jueves, febrero 23, 2012

NAPALM DEATH- Utilitarian (2012)

Por algo NAPALM DEATH tienen ganado el estatus de leyenda: porque después de treinta años son capaces de sacar su disco número catorce con semejante fuerza, convicción y valentía. Sin dejar de lado toda la sabiduría acumulada a lo largo de los años, despliegan una energía y una frescura que no se les veía desde el “Enemy of the music business” del año 2000 (vaya por delante que considero aquel disco el más proporcionado de toda su carrera, por lo bien que combinaba los distintos registros habituales en el grupo). Esto es lo más variado que han hecho desde entonces, con aún mayor equilibrio entre sus ingredientes, pero a la vez siguen siendo ultraviolentos y a ratos incluso parecen más enfadados que nunca.

Por ahondar en estas ideas: no se han conformado con complacer a los nostálgicos y ofrecer un repertorio retro –una jugada quizá fácil en tiempos de “revival”-, pero tampoco se meten en experimentos inapropiados vistos en otras etapas. Y sin embargo lo hacen todo a la vez: el disco recorre todas sus fases previas, influencias, estilos y rasgos, añade alguna nueva audacia y, lo que es aún más alucinante, los amalgama todos con perfecta coherencia. Al grindcore criminal y desmadrado se le unen disonancias, ritmos entrecortados, baterías hardcoreras, riffs Death, chillidos, gruñidos… toda la paleta que NAPALM DEATH ha ensayado durante décadas puesta al servicio de una sola idea: crear un álbum devastador.

Y lo consiguen: frente a discos recientes más apagados o monocromáticos como “Smear campaign” (o el no tan reciente “Order of the leech”), este nuevo ataque suena brillante y vibrante, y su variedad lo eleva hasta alturas muy superiores. Ante un disco innovador como fue “The code is red…”, este va un paso más allá en atrevimiento pero sin llegar a los niveles de la época “Inside the torn apart”/”Words from the exit wound”. Y comparado con su inmediato antecesor, el violento y reivindicativo “Time waits for no slave”, este disco número catorce tiene tanta o más virulencia pero además la expresa con mejores medios.

Su mayor acierto, insisto, es la combinación de los hallazgos del grupo a lo largo de tres décadas, dejando al margen la sempiterna cuestión de que ninguno de estos ND son los mismos que estaban allí entonces. No importa: el espíritu original pasó a Shane Embury y de ahí al resto de miembros de lo que hoy sigue siendo la formación básica del grupo, con la ausencia del difunto Jesse Pintado. Así, la herencia de clásicos como “Utopia banished” está presente en trallazos como “Think tank trials”, los orígenes más radicales se aprecian en la breve “Nom de guerre”, hay espacio para las indagaciones rítmicas propias de un disco como “Fear Emptiness Despair” en “Blank look about face”, y los escarceos más groovies de la era “Diatribes” vuelven a la palestra en temas como “The wolf I feed” y “Orders of magnitude”.

Y encima es un disco directo, muy inmediato y que engancha desde el principio. En absoluto simple, porque cada tema recorre un buen número de secciones, ambientes y velocidades distintas, pero sí muy directo, como decía. Estribillos fáciles y destructores como “Think tank trials” o “Quarantined” van directos a la médula. Y “Barney” está más colérico que nunca desde hace años, con un vozarrón que parece el de un grizzli infectado con la rabia y puesto de speed hasta las cejas, aparte de que siguen explotando de forma magistral la alternancia de sus gruñidos con los gritos histéricos de Mitch Harris.

Dentro de las audacias antes mencionadas, la más llamativa es la del tema “Everyday pox”, que cuenta con la participación al saxo del insigne John Zorn, creador de los no bien conocidos pero geniales NAKED CITY así como de PAIN KILLER, estos junto al batería ex-NAPALM DEATH Mick Harris. Pero también voces melódicas en “The wolf I feed” que recuerdan a los primeros FEAR FACTORY, coros orquestales en “Fall on their swords” y “Blank look about face”, o los propios ritmos Groove ya apuntados, que nunca sobrepasan una aceptable discreción pero que le dan al conjunto unos momentos de contraste verdaderamente impagables. Lo que no cambia es la orientación de las letras, siempre centradas en problemas de nuestro mundo como la ecología, la explotación humana o las tiranías de la política.

Junto a los anteriores grandes ejemplos de variedad y de calidad, el final del disco parece decaer hacia un panorama algo más previsible, con varios temas convencionales y “normalitos”… pero justo al final rematan con “A gag reflex”: la balanza se inclina hacia el lado de la satisfacción completa y el círculo se cierra con este tema de marcada factura Death, lo poco que aún no había tenido ocasión de destacar en todo su esplendor. Es una jugada maestra y culmina un álbum en el que NAPALM DEATH se han recreado a placer. Quizá mirados por separado, los distintos elementos no tengan la impresionante categoría propia de los clásicos, pero la sabia combinación y la salvaje ejecución de todos ellos devuelve a NAPALM DEATH a su momento de mayor gloria desde hace años.

domingo, febrero 19, 2012

FARSOT- Insects (2011)

No sé en qué estaban pensando FARSOT cuando han decidido dar esta continuación a su muy prometedor “III” del 2007, pero les ha salido un álbum francamente aburrido. Con mucha apariencia de ofrecer algo grande, entre la misteriosa portada, el inusual título, la enorme duración de los temas y del propio disco, pero en realidad bastante hueco e insustancial. Al final resulta que tanto despliegue de medios es pura fachada, y el disco peca, por tanto, de pretencioso y de parecer lo que no es.

La cosa empieza bien con un contundente principio del primer tema, pero no hay muchos más momentos rescatables. El resto son tempos medios sin energía o bien tempos lentos sin capacidad de sugestión. Y ambas cosas por un mismo motivo, o por dos: la falta de ideas y el abuso de repetición. Y si uno se dedica a repetir pasajes o frases que en sí mismas no son nada del otro mundo, el resultado es previsible. Les salva la producción, nítida, potente y a la vez cortante (¿pero quién no tiene una buena producción hoy día, o al menos ajustada a lo que quiere conseguir?), y una cuidada ambientación en ciertos pasajes mediante discretos sonidos de relleno o interesantes adornos del bajo y pequeños detalles melódicos, pero insuficientes para lograr una verdadera fuerza evocadora.

Y no hay manera de justificarlo diciendo que es post-Black, Avant-gard, Dark-progressive o lo que sea, porque no es verdad. Y como no es Drone ni tampoco es Doom, las repeticiones se traducen en generar cansancio, no en crear atmósferas. De vez en cuando aparece algún momento un poco más seductor, especialmente en “Perdition”, u otros como el principio de “Adamantine Chains”, pero nada aleja la sensación de haber estirado los materiales musicales mucho más allá de lo que daban de sí. Un par de temas acústicos sin mayor trascendencia completan la jugada, el segundo de los cuales cierra el disco y resulta algo más interesante por sus cambios de intensidad, pero tampoco va más lejos de ser un boceto en el que se limitan a repetir una misma secuencia de acordes, y al que encima se les ha ocurrido titular “somnolent”.

sábado, febrero 18, 2012

HUMAN ERROR- 10 reasons to kill your boss and destroy the whole world (EP, 2011)

Crust acelerado sin mayores pretensiones, once minutos y medio de descontrol y caña en una decena de temas cortados todos por el mismo rasero, siguiendo una onda más punk/hardcore que NAPALM DEATH, por citar la referencia más habitual, y que ciertamente no llegan a Grindcore salvo en momentos como “Grinding down the business metal”. Una especie de DISCHARGE o GBH algo más violentos, pero ni por asomo parecidos a REPULSION, por seguir con nombres clásicos.

Tiran siempre del esquema básico de empezar el tema con un riff -a cual más simplón-, añadirle una batería rápida y acoplar unos berridos rabiosos que incitan a destrozar la habitación y pegarse con el primero que pase (o directamente hacer lo que propone el título del EP). Bronca y violencia durante un rato, todo muy básico, muy elemental y sin ninguna sofisticación. Da para un entretenimiento o un desahogo y se acabó. En ese sentido cumple, pero no va más allá y tampoco invita a pensar que pudieran defenderse dignamente en un larga-duración.

viernes, febrero 17, 2012

PYRRHON- An excellent servant but a terrible master (2011)

Disco inclasificable este de los americanos PYRRHON: se puede abordar desde su lado técnico, desde el experimental, desde el deathcore o hasta olvidándonos de todos y sumergiéndonos sin más en su marea de ruido y gritos, seguramente lo más práctico.

Pero por concretar, nos quedaremos con el lado “-core” (delante pueden figurar varias etiquetas, a gusto del consumidor). Es verdad que tratan de probar cosas poco habituales, en un afán casi vanguardista, y también que a veces buscan la complejidad propia de grupos progresivos, pero lo que prevalece es el gusto por los ritmos entrecortados, los gritos histéricos, los cambios bruscos, los riffs plagados de efectos… es decir, el recital propio de los grupos “-core”. Lo bueno es que está compensado por todo lo demás, con lo que la música es sobradamente variada y rica y ellos evitan convertirse en unos títeres más como tantos otros.

Sin embargo, les falta inmediatez, como resultado precisamente de ese mejunje donde han mezclado tantas cosas. Grupos como SUICIDE SILENCE pueden pecar de monótonos, previsibles y faltos de personalidad, pero llegan, enganchan, tienen esa cercanía rápida que resulta clave para captar la atención del oyente. Y no solo para captarla, sino para lograr que permanezca después. PYRRHON desarrollan una música mucho más intrincada, con más méritos musicales, más interesante y más profunda, pero que falla en la tarea de resultar atrayente. Nombres como CEPHALIC CARNAGE, BURNT BY THE SUN, SHAOLIN DEATH SQUAD, THE DILLINGER SCAPE PLAN, etc. (cada uno en su línea particular), pueden ser igual de complejos, vanguardistas o enrevesados, pero tienen más gancho.

Como en todo, aquí habrá gustos distintos (los del propio grupo, sin ir más lejos), e igual que podemos decir que la música de PYRRHON es quizá demasiado cerebral, también hay que reconocer que es compleja, sofisticada, arriesgada y muy, muy intensa. La fuerza con que atacan los instrumentos es pasmosa, las voces chorrean rabia y la propia música, con sus disonancias, armónicos, arpegios y riffs marcianos, es una estridente muralla de aristas. Quizá no invita a querer tirar la pared a cabezazos, ni siquiera tras muchas escuchas, pero su intensidad es innegable, al igual que el resto de virtudes señaladas.

Pero luego ellos mismos desdicen todo esto y se quedan en cueros con dos largos temas al final del disco -ambos por encima de los ocho minutos- donde la intensidad flojea de manera alarmante. No tiene mucho sentido rematar un disco de esta forma, bajando el pistón y metiendo largas secciones lentas, casi ambientales, o partes que divagan y no aportan nada de nada. Una pena. Hasta ahí el álbum llevaba muy buenas trazas -al margen de no ser idóneo para todos los gustos-, pero pierde muchos enteros en estos temas, que entre los dos suponen un tercio de su duración total.

jueves, febrero 16, 2012

THE UNBORN DEAD- Primitive origins (2011)

Realmente debe haber muchos grupos en el mundo para que uno del nivel de estos canadienses siga batallando en solitario y tenga que publicar por su propia cuenta. Ya, que eso lo hace mucha gente hoy día y es de lo más normal, pero es que en este caso el resultado es tan profesional y está tan bien presentado y realizado que cuesta más entenderlo. No parece el habitual debut autoeditado, sino un pedazo de disco por el que hubiera apostado un sello potente, y de hecho se me ocurren varios internacionales cuyos productos no siempre están a la altura de éste.

Tampoco es que inventen nada, y el estilo no va más allá del conocido Death de influencia americana que ni es exclusivamente Brutal Death ni tampoco seguidor a ultranza de SUFFOCATION. Mezcla rasgos tanto clásicos como actuales, hay algo de los mencionados y más aún de CANNIBAL CORPSE, pero también medios tiempos y ritmos pesados, que son más abundantes que las partes veloces… Todo el abanico que uno pueda imaginar entre, por ejemplo, GORGASM y VILE, aunque con clara preferencia por los segundos.

Algunos temas por sí solos son como un pequeño compendio de su estilo y su forma de componer, arreglar, tocar, etc. Por decir alguno, me quedo con “Pieces” y su fantástica combinación de redobles, trémolos, armónicos, velocidades diversas, voces contrastantes… todo con una enorme intensidad y fuerza y con una producción que, insisto, está por encima de lo que uno espera en estas publicaciones. La originalidad no es su fuerte, vale, pero tampoco copian a nadie, los temas están estupendamente trabajados -sobre todo en el aspecto rítmico- y dan caña a base de bien. Que no es poco.

miércoles, febrero 15, 2012

DESERT- Star of delusive hopes (2011)

Desde Israel llegan con su disco debut estos DESERT, aunque en realidad la mayoría de sus componentes son inmigrantes de la antigua Unión Soviética. Lo que plantean es un Power/Heavy/Gothic moderadamente ameno, no demasiado pretencioso y con un buen puñado de grandes nombres como influencia. Hay ecos de SENTENCED, unos HELLOWEEN decelerados, unos STRATOVARIUS o RHAPSODY menos técnicos y épicos y hasta algo de los grupos holandeses con fémina al frente.

Eso en cuanto al registro del que parten, porque después los temas como tal no brillan a tanta altura. La producción es clara, potente y moderna pero a la vez orgánica, lo cual ayuda mucho al resultado final, sin embargo la composición no pasa de ser correcta y los temas cumplen sin más ni más: riffs en los que no se han dejado los sesos, teclados que en varias ocasiones no tienen un papel propio (o doblan a las guitarras o simplemente sirven de fondo) y coros heterodoxamente apegados a la tradición (“Letter of Marque”, “Soul of a wanderer”) dan buen ejemplo. Otros rasgos de su estilo son la presencia de solos limpios y hasta neoclásicos, mucha melodía, mucho arpegio, algunas progresiones… Nada nuevo, por tanto, pero tampoco realizado con ninguna aportación verdaderamente personal.

Por otra parte, lo mejor lo dejan para el principio y van perdiendo brío a medida que el álbum avanza, el encadenamiento de “Victim of the light” y “Release me” ya lo hace presagiar y lo que viene después no vuelve a levantar cabeza, o no tanto como en los primeros temas. Al final la energía se diluye en un mar de parones, estrofas blandas y un claro exceso de pasajes melódicos. El tema-título cierra con algo más de empuje y con unos aires nuevamente ambiciosos, pero para entonces la impresión global ya es de demasiada irregularidad y de muy poca garra.

martes, febrero 14, 2012

THRASHGRINDER- Seeds of revolution (2010)

Tal y como está el panorama de grupos sin inventiva que sacan sus recursos del patrimonio ajeno, esto no es de lo peor que se puede encontrar. La mezcla va a base de un poco de D.R.I. y un mucho de SLAYER, pero al menos sin plagios descarados. Con esos ingredientes lo lógico sería quizá un nuevo “Undisputed attitude”, pero no, lo que sale no tiene tal grado de fusión y cae más cerca del lado típicamente Thrash de Araya y compañía, del cual, por cierto, la voz en particular toma mucho prestado. La grabación es bastante elemental pero por suerte la producción y el sonido cumplen.

Esa inclinación hacia el Thrash más convencional se nota desde el principio y se repite después en cortes como “No surrender” o “Disorder in the court”, mientras que otros como “Self respected” van de uno a otro estilo con suficiente gracia y sin estridencias. Los elementos Crossover son minoritarios a lo largo del álbum, y afloran más en ciertos momentos del tema-título o en los coros de “What are you afraid of?”, lo justo para evitar que el disco acabe siendo otro estéril caso de retro-Thrash clónico.

Es más: a veces sorprenden con ocasionales estampidas de Blastbeats como las de “Invisible war”, la mencionada “No surrender” o la final “System”, con lo que se abren a un registro más moderno y apuntan así la posibilidad de aumentar su catálogo de influencias. Esperemos que caigan en la cuenta y lo exploten de ahora en adelante, porque la baza de estos grupos que no aportan nada propio reside en fusionar lo de los demás con la mayor ambición posible, y estos finlandeses de nombre tan poco ocurrente no han empezado del todo con mal pie.

lunes, febrero 13, 2012

INSANE ASS VOMIT- Insane Ass Vomit (EP, 2011)

Desde hace tiempo en Rusia están que tiran la casa por la ventana, y en cuestión de géneros extremos minoritarios parecen incansables. Este grupo es uno más de los muchos que se consagran al pastoso arte del Goregrind, hecho con mal gusto, como debe ser, brevedad, salvajismo y sentido del humor.

Son diez temas en trece minutos, y para qué más si les da tiempo a todo: ritmos frenéticos, blasts, partes pesadas, voces guturales, gorrinillos, coros macarras, chillidos esquizoides… Todo condensado en una píldora de locura de un solo uso. Por caber, hasta les caben las intros de rigor, adaptadas a las dimensiones generales y, por eso mismo, aún más efectivas que las que se pasan de longitud en tantos otros discos. E incluso meten partes Slam, sin mezclas ni fusiones, puro Slam plantado en medio del delirio grindcorero, y tan anchos que se quedan. Entre unas cosas y otras acaban siendo algo a medio camino entre INHUMATE y ANAL NOSOROG con incisos de AWAITING THE AUTOPSY.

Aquí no da tiempo a perder la atención ni, por supuesto, a aburrirse, todo es conciso y directo pero en ningún momento simple, y menos aún simplón. Al contrario, demuestran variedad y dinamismo a raudales, y eso en un género en principio tan limitado es digno de alabanza. Aunque quede raro decirlo, suenan “frescos” sin dejar de ser cafres, bestias y depravados. ¿Para cuándo un disco más largo?

domingo, febrero 12, 2012

DYSENTERY- Internal devastation (2011)

Notable progresión desde su anterior disco “From past suffering comes new flesh” para estos americanos volcados por completo en el Slam. Aquel álbum era bastante tosco y a ratos incluso parecía una colección de bocetos más que de temas bien rematados. Ahora han ganado en este aspecto y este segundo intento resulta mucho más compacto y con un acabado superior, especialmente en cuanto a sonido.

La composición, sin embargo, no ofrece nada especialmente impactante y no se aleja mucho del mencionado debut ni lo supera. Slam puro y duro, con ritmos de sobra conocidos (aparte de secciones más rápidas en temas como “From creation to dust” o “Decimation of fear”), el stop-and-go de rigor, mucho palm-mute, riffs cromáticos… En fin, lo propio del género pero realizado sin el menor atisbo de personalidad. Es un buen pasatiempo y, como decía, el sonido logra que uno brinque y sacuda la cabeza, así que no se le puede negar efectividad, pero es uno más entre cientos de discos.

Quizá algún tema como “A world apart” da muestras de querer ir más allá de lo obvio, su variedad resulta refrescante e incluye varias partes que se alejan del carácter genérico presente en el resto de cortes. Algunos otros momentos esperanzadores aparecen por aquí y por allá, pero son pocos y en general el disco va perdiendo interés a medida que confirma su personalidad previsible (“Forsaken memories”, “Genocidal God”) y que empieza a volverse repetitivo.

sábado, febrero 11, 2012

HATE DIVISION- Strategy of obsolescence (2011)

Portada del gran Marco Hasmann y edición a cargo del sello andaluz Pathologically Explicit, quienes comparten comunidad con otras conocidas discográficas como Grotesque Productions o Hecatombe Records. Tras un EP de cuatro temas autoeditado en el 2009, publicaron a principios de este 2011 su primer álbum completo, en una onda Brutal Death con algunos otros elementos que lo hacen ameno y personal, lo que de entrada ya es mucho.

Su música delata su procedencia canadiense a lo largo de todo el disco, y con ella la marca de calidad que suele acompañarla. Hay ecos claros de grupos como PAROXYSM, los primeros KATAKLYSM y sus conocidos “northern hyperblasts”, de los que quizá abusan, o unos MAN MUST DIE (a los que, sin ser canadienses, la producción de Jean-François Dagenais en su debut les dio un sonido muy en esta línea y quienes casualmente son de Glasgow, Escocia, mientras que HATE DIVISION son de Nueva Glasgow, en Nueva Escocia).

La otra influencia más destacable es la de DYING FETUS, tanto por la velocidad como por algunas partes más groovies -perceptibles en cortes como “Medicinal perdition”-, así como por lo técnico de los riffs, que por suerte no alcanzan el recital gratuito de arpegios en que a veces se empantanan Gallagher y compañía. De todo este repertorio de grandes nombres e ilustres influencias sale el estilo de HATE DIVISION, que obtiene resultados especialmente destacables en temas como “A slice of freedom” o “Tyranny of the weak”.

viernes, febrero 10, 2012

THIRST OF REVENGE- Annihilation of races (2011)

El ex-HUMAN MINCER Carlos Mejías vuelve con la segunda entrega de su proyecto en solitario, en el cual se encarga de todos los instrumentos y, por supuesto, de la voz. Brutal Death a la americana y sin sorpresas, y una buena continuación solo un año después de su debut “The beginning of the end”, que, por cierto, es el título del tema que a modo de intro musical abre este trabajo (con una llamativa recreación del comienzo del “Mandatory suicide” de SLAYER).

Como decía, pocas o ninguna sorpresa y sí mucha velocidad y también brutalidad a raudales, que es de lo que se trata. “Rest in pieces”, “Deprecated homicide” o “Devouring human scum” son buena muestra de este planteamiento sin más complicaciones, caña directa, riffs asesinos y voz gutural en píldoras concentradas de poco más de tres minutos, una fórmula quizá demasiado conocida pero que, si no se aspira a más, da lugar a verdaderos trallazos imparables como los que aquí se recogen.

El tema título, por su parte, ofrece otro enfoque algo más elaborado y también más variado, sin dejar de ser brutal ni directo. Con ello consigue alejar durante sus casi seis minutos la sensación de que “cualquier riff vale con tal de acoplarle un blast monstruoso”. Esta es probablemente la principal limitación de los demás temas, en los que a veces la célula principal -el riff- tiene una regularidad rítmica algo monótona o incluso un carácter demasiado genérico, pero que al final cumplen gracias a toda la parafernalia de brutalidad que los recubre.

jueves, febrero 09, 2012

SPECTRAL MORTUARY- Total depravity (2011)

Segundo disco de estos daneses, en la misma línea que su debut “From hate incarnated” del 2007, es decir, un Death que ni es solo clásico ni solo Brutal Death, sino que se mueve con soltura entre ambas corrientes y podrá, por tanto, gustar a un público muy amplio. Recogen lo mejor de la tradición del Death de Florida y lo combinan con partes más violentas (“Found in feces” o “Defects of depravity” serían buenos ejemplos), sin que se pueda decir que ninguna prevalece sobre la otra.

Ya en el segundo tema del álbum, “Time to decay”, se atreven a ceñirse por completo a tempos lentos, y de nuevo repiten la jugada más tarde en “Torturous attainment”, dejando claro que no pretenden avasallar a base de blasts y brutalidad descarnada, que saben de dónde vienen y que además no se dejan marcar un guión previo. Buen síntoma. El resto del disco mantiene esta amplitud de miras y pasa continuamente por pasajes, ritmos y riffs muy distintos, lo que le da un gran equilibro al conjunto.

Una buena producción, limpia pero cortante y poderosa, y una ejecución eficiente en la que destacan las partes solistas terminan de configurar un disco altamente atractivo, quizá poco innovador y también necesitado de algún “himno” o algún tema que marque las diferencias y que fuese realmente impresionante, pero al fin y al cabo un buen disco y de escucha bastante recomendable.

miércoles, febrero 08, 2012

HEMOPTYSIS- Misanthropic slaughter (2011)

Buena música la que llega desde Estados Unidos con este primer disco completo de HEMOPTYSIS, un nombre que significa “expectoración de sangre procedente de los bronquios o los pulmones”. No les queda mal, la verdad, aunque aquí no hay ni remotamente nada Gore, ni tan siquiera Brutal Death. Practican un género mixto que fusiona Death melódico con Thrash y algunos rasgos de NWOBHM. La ventaja de estos planteamientos abiertos es que la variedad está garantizada de entrada, eso que ya llevan ganado, y sólo hace falta que se den maña aprovechando la multitud de elementos con que trabajan para lograr un buen resultado.

Al mismo tiempo está el inconveniente de que los géneros que mezclan tienen enorme solera y muchas grandes obras antes de ellos, lo que supone un reto. Pero se las apañan para tener su propio estilo y no sonar a nadie en concreto. Las influencias están diluidas a la perfección y nada da el cantazo, son solo eso, influencias, la huella de haber asimilado en profundidad diferentes fuentes y tradiciones. Según el momento pueden sonar a DEATH, los últimos CARCASS, los primeros IN FLAMES, o todo a la vez (y hasta al “Wasted years” de IRON MAIDEN en el principio del tema “M.O.D.”, una simple anécdota pero que es graciosa).

La producción ha logrado un sonido orgánico, denso, cálido, muy acorde con ese rasgo retro de su carácter. Son once temas en cincuenta minutos, muy  bien trabajados a base de cambios de ritmo fluidos y con sentido (el mejor ejemplo quizá sea “End of sorrow”), mucha energía, unos músicos sobradamente eficaces y una voz rasposa que si no expectora sangre poco le falta.

Y luego están los solos, capítulo aparte… Ahí sí que alcanzan muy alto nivel, gracias a un sentido de la expresividad y la dinámica que no es frecuente hoy día. Vamos, que tienen “feeling” para dar y regalar. Quizá el tema más agraciado en esto sea “And the world dies”, por los diálogos de las dos guitarras y porque hay solos en varios momentos del tema, pero en realidad todo el disco brilla magníficamente en este apartado. De regalo, también usan melodías dobladas en varios pasajes, como en “Shadow of death”, un atractivo más que añadir al conjunto.

Y respecto a la composición, pues no han parido el gran clásico del siglo pero, como decía, da gusto escucharlo y sumergirse en su universo de influencias, matices, giros, diversidad, todo con actitud, rabia, pericia musical y una inspiración razonablemente aceptable. Dentro de las fronteras del “revival”, o al menos del gusto por géneros un tanto añejos, creo que este es uno de los ejemplos más dignos y logrados que se pueden encontrar hoy día.

martes, febrero 07, 2012

ULTIMO MONDO CANNIBALE- Drink my milk (2011)

Un disco entretenido y ahí queda la cosa, confeccionado con riffs elementales, ritmos repetitivos y un montón de ideas mediocres. Un producto del montón que, si bien no tiene ningún fallo espantoso que se le pueda achacar, tampoco presenta nada interesante o mínimamente imaginativo.

El sonido les acerca a tantos otros grupos de Goregrind pero no llega al nivel de pastosidad de insignes figuras como THE DAY EVERYTHING BECAME NOTHING, ni tampoco a su potencia destructiva ni, por supuesto, a su grado de ingenio creativo. Eso por no mencionar propuestas mucho más interesantes como el giro que dieron SUBLIME CADAVERIC DECOMPOSITION en su tercer álbum, “Inventory of fixtures”, de las cuales este álbum está a años luz.

En fin, creo que la tesis queda clara y que no hay que insistir. Estos italianos ofrecen música fácil de consumo rápido, y como pasatiempo no está mal, pero hay un millón de grupos más haciendo lo mismo, todos con la misma voz regurgitante y los mismos riffs básicos, aunque tal vez con más gracia. Qué cuesta combinar más veces la voz principal con alguna otra, o variar un poco los riffs, digo yo. ¡Y qué pensarán IMPETIGO viendo el uso tan pobre que se le da al título de su disco pionero!

lunes, febrero 06, 2012

TRANSDIMENSIONS- 2010- ...And the story begins (EP, 2010)

Tal como reza su propia biografía promocional, TRANSDIMENSIONS es un proyecto en solitario que surgió en noviembre del 2008 en la mente de Jorge Gabilondo "Ossian", un joven músico de Pamplona que ha formado y forma parte de bandas de la escena local como KITEEN NUKKUA (Power Metal sinfónico), RAISE AFTER MIDNIGHT (Death Metal) y SEKRETO DE SUMARIO (Thrash-Crossover). Influenciado por multitud de corrientes, decide crear TRANSDIMENSIONS como un proyecto musical que aglutina gran variedad de estilos basados en el Metal extremo y melódico, así como otras influencias de carácter más leve fuera del metal. Las pistas de las canciones de este EP fueron grabadas por Javier Armendáriz en su “home studio”, mientras que la grabación de las voces, así como la mezcla y la masterización, corrieron a cargo de Miguel Santamaría en los On-Off Studios de Berrioplano (Navarra). Las cuatro canciones forman parte de lo que será un disco completo que verá la luz en algún momento del 2012.

Hasta ahí la información promocional y los datos técnicos, y entrando en la reseña del contenido musical lo primero que hay que decir es que este responde a la descripción anterior: Metal variado y concebido desde perspectivas múltiples, con un claro afán de no encasillarse en ninguna tendencia y libre de la rigidez de escuelas inmóviles. Aquí hay tanto voces guturales como limpias, ritmos pesados junto a medios tempos, guitarrazos de riffs cortantes entre melodías de carácter evocador, ambientes épicos que alternan con pasajes más agresivos… La descripción, como digo, se cumple y el estilo se abre a una variada gama estilística, todo un estupendo punto de partida.

Después ese enfoque inicial tiene que plasmarse en temas concretos y en una grabación sonora final, y ahí surgen los puntos flacos. Aclarada la orientación estilística, todo disco se puede valorar atendiendo a aspectos como composición, ejecución y grabación (por eso existen temas inspiradísimos pero técnicamente muy fáciles de tocar -con los  primeros MOTÖRHEAD o VENOM como paradigma-, discos de Metal técnico apabullantes pero sosos y sin gancho, o álbumes que deslumbran en lo uno y lo otro pero arruinados por una infame producción, entre los cuales un claro ejemplo es el “…And justice for all”). A TRANSDIMENSIONS la inspiración se le ha ido por derroteros algo impersonales, y aunque el abanico de influencias es digno de alabar, no ha conseguido dar forma a temas que aporten nada sustancial frente a sus modelos originales ni que generen frases, riffs o estribillos verdaderamente impactantes, cuanto menos memorables.

El ensamblaje de los materiales está hecho con muy buen criterio, eso sí, pero la materia prima no brilla a la misma altura. Es decir, se nota una profunda labor de asimilación de los cánones establecidos desde hace tiempo en el amplio mundo del Metal, en cuanto a arreglos, estructuras, cambios de ritmo, alternancia de voces, etc., patrones que llevan en vigor varias décadas porque otras generaciones de músicos los han ido estableciendo. Pero eso no salva a un disco si la base, que son las ideas, no son igual de buenas. Lo mejor, lo más valioso de cualquier obra, me atrevo a decir que es su parte creativa, no su parte artesanal. Sobre esto cada cual tendrá su opinión, claro, pero visto desde la que yo acabo de exponer, el álbum de TRANSDIMENSIONS se queda a medias.

Aun así hay diferencias entre los cuatro temas: el primero (“Lights in the abyss”) es el que más engancha, y el segundo, llamado “Repression”, tiene más pegada que ningún otro, acercándose al Death más contundente frente a la orientación Melo-Death del resto, pero viene lastrado por algo que se repite en los dos últimos: el estribillo se cae. De hecho, casi ni hay estribillo, y el que hay, al igual que en los otros dos temas, está en la misma o en una tesitura más baja que la estrofa, todo un error de bulto. A cambio, “Repression” tiene una de las secciones instrumentales más potentes y compactas del EP. En “The universal game” tenemos aires casi Viking y guitarras solistas que dibujan un interesante contrapunto melódico con la voz a lo largo de todas las secciones. “Once in the deepest” recupera la agresividad y la contundencia, alternando de nuevo con un estribillo melódico y de voces limpias y ofreciendo un solo breve pero intenso.

La voces limpias, por cierto, son la parte que peor parada sale de la producción, no sólo porque en la mezcla final están demasiado altas, sino porque su sonido parece demasiado “casero”, como si no tuvieran suficiente compresión, con el resultado de que no empastan bien del todo con los instrumentos. La batería es programada -o eso parece a todas luces- pero no hay nada que objetarle porque suena clara y a la vez potente, y de hecho toda la producción tiene un buen nivel, salvo por el punto señalado. El EP, en definitiva, es un buen primer intento, parte de una admirable toma de postura y tiene sobrada ambición de miras, además de un meritorio trabajo de arreglos y producción. Confiemos en que los buenos principios lleven a un final aún superior de aquí a un tiempo.

domingo, febrero 05, 2012

ANTICHRIST- Forbidden world (2011)

Cuando me disponía a oír este disco no pensé en que el nombre del grupo les hiciera parecerse a nadie en concreto, simplemente era un nombre, uno de los más trillados y genéricos pero un nombre al fin y al cabo. No pensé particularmente en SLAYER ni en el tema de su debut “Show no mercy”. Luego al ponerme a escucharlo, cuando llega el estribillo del primer tema, la cosa cambia: ¡coño! ¡el estribillo de “Fight till death”! Que no es que se parezca, sino que ¡¡directamente lo han robado!! Creo que si la cosa sigue así y tantos grupos siguen plagiando por las bravas y tan de frente, llegará un día en que todos lo veamos bien, acabemos idiotizados e incapaces de reaccionar y se cree toda una nueva moda: ¡hagan canciones con retales de otros grupos, lo más “in”, el último grito! Y al paso que vamos, lo mismo funciona.

Vale, vamos a dejar al margen ese detalle (aunque haberlo colocado justo al principio del disco no demuestra mucha inteligencia por su parte), vamos a rebajar el tono apocalíptico y vamos a centrarnos en la música. Es más, vamos a ser benévolos y tragarnos que estos devotos del primer Thrash no han oído nunca el citado disco. Veamos... mmmhh... riffs ramplones, estrofas repetitivas, tempos parecidos todo el rato, la voz del hijo de Tom Araya… ¡vaya! Hasta un grito en el 01:10 de “Torment in Hell” que es calcado a los que prodigaba el susodicho en sus primeros años, o al del principio de “Angel of Death”, algo más corto pero con el mismo tono, la misma inflexión, el mismo final… Venga, vamos a pensar que tampoco conocen a Tom Araya y que nunca han oído “Angel of Death”.

Por cierto, qué gran título ese de “Torment in Hell”… Tan personal e inspirado como esos de “Militia of death”, “Sign of the beast” o “Victim of the blade”. En el próximo álbum les sugiero hacer otros como “Strike of the blade”, “Storm of evil” o “Son of the beast”, porque las posibilidades combinatorias de los collages son infinitas, sobre todo si las piezas son prestadas. Aunque la palma del ingenio se la lleva el glorioso “Death rays”, propio de un parvulario del Metal… ¿“Rayos de muerte”? Estoy por comprarme el disco solo por saber de qué va la letra… Vale, ya lo dejo… Sigamos con la música.

Pues aunque parezca increíble, la cosa empeora a medida que avanza el disco, y si los primeros temas eran una sucesión de riffs mediocres y frases del montón, los últimos son con diferencia los más genéricos y de nuevo los más parecidos a toda un ristra de clásicos. El mencionado “Death rays” es un espanto (con estrofa a lo SLAYER y otro gritito del tío Araya), “Sign of the beast” y “Militia of death” mantienen el nivel bajo cero, y para rematar el estropicio dejan el aberrante “Terror dimension” para el final, donde tras otro riff intercambiable y otra estrofa robada a KREATOR… ¡aparece otra vez el estribillo de “Fight till death”! No tan calcado como antes pero reconocible sin problema (y de regalo otro par de chillidos made in Araya). Plagiarse a uno mismo el plagio que ha hecho a otros ya no es plagio, ¿no? ¿O sí? Ay, que me he perdido.

Pero aquí no acaban las sorpresas: no contentos con su crisis de personalidad, tienen también personalidad doble. O casi triple. Porque en medio del delirio de tosquedad, simplismo e imitaciones, se marcan dos temas de ocho minutos cada uno titulados “Necropolis” y “Minotaur”. Ambas cosas, la duración y los títulos, dan que pensar, y en efecto las expectativas se cumplen: el primero va en una línea Heavy/Thrash que recuerda a los ASGARD holandeses del “In the ancient days” y al proto-Thrash aquel que aún no era Thrash puro con cánones sólidamente establecidos. El tema no es gran cosa, es monótono e insípido, pero el cambio de estilo y la ambición de diseñar una construcción de gran tamaño y estructura simétrica dicen algo en su favor. Y el segundo… es aún más alucinante, porque se trata de una instrumental en onda puramente NWOBHM y primeros IRON MAIDEN o TOKYO BLADE, sobre todo en la segunda mitad, una cosa insólita en medio del álbum y que, aunque de nuevo recurre a tópicos y a elementos ajenos, le da un soplo de aire fresco. Mucho aire es lo que van a necesitar si no quieren asfixiarse en su propia madriguera. Salid afuera, chicos, que hay mundo más allá de vuestras cuatro paredes y de los primeros discos de SLAYER.

sábado, febrero 04, 2012

DOMINUS XUL- To the glory of the ancient ones (2011)

Trece años han pasado desde el primer disco de los chilenos DOMINUS XUL, y en medio un montón de vicisitudes como la muerte de su cantante de por entonces, Danny Grave, la disolución del grupo, la creación de MELEKTAUS -en una onda más rápida, orientada al Brutal Death- y finalmente la vuelta a la actividad y la publicación de este segundo trabajo bajo los auspicios de Xtreem Music.

Las comparaciones con el primer álbum son inevitables, y de rebote con INCANTATION, así que cuanto antes mejor: frente a él, el sonido de esta nueva obra es decididamente más pulcro, han abandonado la sonoridad oscura, mate, casi opaca, que potenciaba hasta el extremo las frecuencias graves y el disco suena algo más brillante, pero no tanto como para dejar de ser un monstruo de Death tenebroso salido de los abismos infernales. En general se centra menos en lo pesado y lo oscuro y no resulta tan denso, en parte por la sensación causada por el sonido y por todo el espesor del que lo han “aligerado”, pero también porque la propia música no es tan densa. A veces es arrastrada y agónica, como en “A tribute to the real knowledge”, donde intensifican el elemento Doom de su estilo, a veces es veloz sin pasarse (luego entraré en eso), y en general sombría pero sin alcanzar aquel ambiente lóbrego y opresivo de su primer trabajo.

Y los devotos que idolatran el “Onward to Golgotha” tendrán que perdonarme -o esperarme de noche en el portal y hacer un sacrificio ritual con mi cadáver en honor de John McEntee-, pero el “The primigeni Xul” me parece que lo supera en algunos aspectos, es más genuino, más maléfico aún, más oscuramente profundo y con un sentido del caos verdaderamente arrebatador. Ya sé que, por supuesto, no tiene su carácter de piedra angular de toda una corriente, por lo que no es una obra casi intocable y con dimensión de culto. No es ese el asunto: si lo traigo a colación es porque creo que aquel fascinante gusto por el caos se ha perdido y ha dejado paso a una ejecución más ordenada, cada instrumento interpreta su parte sin que la suma de todos ellos logre el aura enloquecida de su primer disco (salvo en varios fragmentos de “Burying the Holy lies”, con esos extraños redobles superpuestos a gritos de auténtico lunático, o en otros temas donde las líneas solistas de guitarra crean un efecto similar y que podrían haber intensificado, por cierto). Cuestión de gustos, supongo.

También hay cierta tendencia a repetir recursos compositivos, como los trémolos de una nota en las secciones rápidas frente a los acordes abiertos en las lentas, una batería que salvo el ejemplo citado es demasiado lineal, una voz que debería intentar no basar tanto sus patrones rítmicos en los de las guitarras, o cosas como ese giro armónico con que empieza “The ancient initiator” (una pequeña célula melódica que es repetida en un registro más agudo), el cual acaban de usar en el tema anterior, lo habían hecho ya en “The secret of liquid arcane” y volverán a hacerlo en el último tema tras el principio más lento. Los recursos son limitados, por supuesto, pero existen más. Tampoco parece muy interesante pasar tres minutos de los seis que dura el citado “The secret…” repitiendo una secuencia de tres acordes, con leves variaciones pero sin más.

Las partes rápidas aparecen en muchos temas, dándoles una identidad más actual y un aire más moderno: en el primero tras la intro (“Burying the Holy lies”), en “The ancient initiator”, en “Dethroning the false father”, en el principio de “I raise Lucifer” y en “Time for the ancient ones”. Es decir, en cinco de ocho, aunque en todos ellos atraviesan luego otros pasajes y vuelven a los ritmos más pesados, pero también hacen esto a la inversa los que empiezan lentos (salvo el citado “A tribute to the real knowledge”, el único de tempo invariable), de manera que al final las secciones lentas y rápidas están más o menos presentes por igual.

Por otra parte, creo que una de las grandes virtudes del álbum es el sentido de la dinámica que desprende la música, esa capacidad para distinguir intensidades y hasta matices que generalmente las producciones más frías y modernas no tienen. Aquí han logrado plasmar un sonido orgánico que crea tensiones y permite los cambios, en la línea de aquellos álbumes de hace veinte años que fundaron todo un estilo. Está claro que es un buen disco, variado, intenso y con momentos memorables, aunque sin la brillante inspiración y la singularidad de su debut. El paso del tiempo quizá juega también en su contra -al margen de que hubieran dejado el listón muy alto-, porque trece años dan para mucho y a estas alturas hemos oído propuestas superiores en un estilo semejante. Aun así, el resultado es una forma más que digna de revalidar la vigencia de sus autores en el panorama extremo actual.

viernes, febrero 03, 2012

SPASM- Taboo tales (2011)

Lo más llamativo de este disco es su presentación, el aspecto general con la exhibición en los títulos de todo un catálogo de depravaciones (literalmente una lista de desviaciones sexuales, las parafilias que ya aparecían en su anterior álbum) y unas imágenes en el libreto ciertamente turbadoras, en parte por lo que sugieren y no muestran. Los subtítulos de los temas son la franja donde han dado rienda suelta a su “creatividad” más pervertida.

Pero la cosa no va más allá, este es un caso claro en el que el envoltorio está por encima del contenido y este después no llega a su altura ni responde a las expectativas creadas. La música es Grindcore cafre y machacón, no excesivamente rápido ni dado a los ultrablasts, correcto y agresivo pero también facilón, previsible, impersonal, genérico y otros calificativos por el estilo, aunque sin duda entretenido. Pero si no fuera por el mencionado envoltorio, el disco se diluiría en el universo del anonimato y su marea de clones.

Los escasos veintiséis minutos hacen pasar un buen rato, los temas son amenos y cuentan con unas voces variadas y salvajes, así que tampoco puede decirse que sea un mal disco, solo que por fuera parece prometer algo deslumbrante y luego no es para tanto. En realidad estos checos se las han ingeniado para sacar un disco que llama la atención en un mercado saturado de productos difíciles de distinguir y donde cuesta que alguno sobresalga, así que bien por ellos.

jueves, febrero 02, 2012

RECKLESS MANSLAUGHTER- Storm of vengeance (2011)

Un disco curioso que ofrece una propuesta diferente, o al menos en parte. En principio da la impresión de traer aires nuevos a base de unir riffs básicos con blasts a la velocidad de la luz, dando lugar a algo que no es el Brutal Death habitual pero que sin embargo suena bastante brutal, y sobre todo tremendamente rápido (aunque ellos se definen como “Raw Old School Death Metal”). Puede compararse a unos KRISIUN tocando la centésima parte de notas o a unos KATAKLYSM sin su orientación melódica, aunque les falta la inspiración que ha hecho grandes a esas dos bandas.

La superposición de estilos resulta interesante y se sale un poco de lo más previsible, pero ahí acaba el atractivo. Es decir, el planteamiento está bien pero su realización, cómo lo plasman, no tanto, y los resultados flojean tras los dos primeros temas por culpa de una serie de riffs muy del montón. Al cabo de un rato además suena forzado, artificial incluso, y también algo machacón. La escasez de arreglos y una voz excesivamente monodimensional tampoco ayudan a mejorar el balance final, que se queda en una declaración de buenas intenciones y quizá la promesa de tiempos mejores.

miércoles, febrero 01, 2012

CLITEATER- The great southern clitkill (2010)

Puro CLITEATER en su línea de siempre, haciendo lo que mejor saben hacer pero aún con más gracia. Esta vez han logrado la producción más metálica de toda su carrera, con un sonido cortante y afilado al estilo de grupos como INFERIA y en las antípodas del sonido pastoso propio de MORTICIAN. El estilo tampoco es el típico Gore-Grind, sino algo que no se pone límites y que no se preocupa por las etiquetas, tan pronto hay acelerones Grind como ritmos pesados tipo Death y hasta riffs y rasgados de guitarra en plan Thrash (como en “Fred Shipman (A sick man)” o “Glory hole”).

Y en todo momento tienen ese gustillo groovy tan atractivo y contagioso y que hace que su música resulte tan entretenida pese a su evidente simplicidad. Mucha variedad de ritmos y velocidades, voz regurgitante mas otra chillona (y hasta una tercera en “In-Diana Jones”), blasts cuando hacen falta y en general cada cosa en su sitio y sin abusar de ninguna. Mantienen también la vacilada del tema “Positive aspects of collective chaos”, que va ya por su parte nº 4, una por cada disco publicado. ¡Y hasta una versión del tema de PANTERA que parodian en el título del álbum! Lo dicho, puro CLITEATER con toda su esencia y más en forma que nunca.