miércoles, junio 29, 2011

STILLBIRTH- Plakative aggression (2009)

De este disco se pueden leer por ahí cosas como que mezcla Grindcore, Slam Death, Deathcore, Hardcore, voces limpias con guturales, gorrinillos y coros hardcoretas. Pues sí, todo eso es cierto. También hay quien piensa que la mezcla de estilos es en sí misma un error, o que como este disco no respeta la pureza estilística de ningún género es poco menos que una aberración. Bueno, ese ya es otro asunto y para gustos hay colores, pero por suerte existen grupos y también fans que no tienen la mente cerrada a propuestas nuevas y que piensan que el exceso de purismo es aburrido. Este disco es para ellos.

Ya hay demasiados músicos que se ciñen a los cuatro rasgos básicos de un género y que producen obras propias de una cadena de montaje, bien ensambladas pero sin personalidad y todas iguales, así que en principio es una buena noticia que alguien se atreva a salirse del molde. STILLBIRTH andan ya terminando la preparación de su tercer disco, en la misma línea que este segundo, señal de que tienen las ideas claras y esto no fue un arrebato. La mezcla en realidad ni siquiera es tal: no mezclan nada ni fusionan estilos, sino que los superponen, los suman, los amontonan unos junto a otros sin cortarse lo más mínimo, de la misma manera que las letras pasan continuamente del alemán al inglés y se quedan tan anchos.

Si tomamos como ejemplo el tema “Happy Stillbirthparty”, o  cualquier otro, vemos que los riffs se integran con las diferentes voces y con los cambios de tempo sin dejar de ser brutales, directos y agresivos. Los cambios nunca son bruscos, un elemento se transforma mientras los demás siguen su camino, luego les toca cambiar a éstos, después retoman el principio, etc., pero no hay salidas de tono repentinas ni excentricidades gratuitas. En general prevalecen las partes ultrapesadas y los ritmos contundentes, como si hubieran extraído los breaks de un disco de DYING FETUS y a partir de ahí hubieran creado algo totalmente nuevo añadiendo otra serie de influencias de lo más variado, o como si tuviéramos una versión simplificada y accesible de las complejidades propias de ZUBROWSKA.

Canciones cortas junto a otras largas, velocidades de todo tipo, unos juegos vocales alucinantes y encima con una producción ejemplar, clara pero potente al máximo, aunque a veces podrían lograr que los temas estuvieran más cohesionados o que algunas partes no se pareciesen tanto ni resulten tan genéricas. Lo dicho, un disco no apto para puristas a ultranza ni espíritus cerriles, sino precisamente una propuesta que abre caminos y explora posibilidades, lo cual difícilmente puede considerarse algo contraproducente más que desde una visión muy estrecha.

martes, junio 28, 2011

PARALLAXIS- 2009- Psychotronic poetry

Los grupos rusos cada vez encuentran el camino más abierto hacia el resto del mundo y han subido notablemente de nivel. El que ahora nos ocupa se mueve con su primer disco en un terreno cercano a lo progresivo pero sin llegar a ser Metal técnico, pese a que el nombre de la discográfica pueda despistar. Su complicación consiste en algunos ritmos entrecortados y en el diseño intrincado de la mayoría de riffs, con interesantes acentos a cargo de la batería.

El bajo tiene un papel tan importante como las guitarras, que, como es lógico, llevan el peso de la música, y la voz introduce una nota de variedad muy llamativa dentro del género, porque abarca gruñidos Death, gritos medio hardcoreros como en “Land of withering skies” y un uso más que ocasional de gorrinillos, con especial gracia en “Manifest” y “Method of Sparta”. Se echan de menos más solos, dado el planteamiento musical y también porque los que aparecen prometen pero no culminan.

La mayor pega del disco es que los cambios de ritmo son exageradamente bruscos, además de demasiados, y las distintas partes de los temas guardan tan poca relación unas con otras que éstos no logran tener un ambiente ni una personalidad propios. Por otra parte, tampoco se muestran muy hábiles a la hora de desarrollar los riffs y casi siempre se limitan a repetirlos sin más, otra carencia importante tratándose de este estilo. Por último, la producción es muy limpia y todo suena claro y separado, quizá incluso demasiado, porque los instrumentos parecen poco empastados, y además en general le vendría bien algo más de pegada.

Aun así es un intento esperanzador y el disco tiene momentos verdaderamente atractivos, como los temas mencionados u otros como “Resurrection of modern god” y “Righteous butchery” donde vuelve a cobrar protagonismo la fantástica labor del bajista, y en general ofrece la posibilidad de disfrutar del género sin pasarse de exuberancia ni resultar asfixiante como otros.

lunes, junio 27, 2011

TESTAMENT en vinilo

Hoy 27 de junio se reeditan en vinilo los cuatro primeros álbumes de TESTAMENT por cortesía de Back On Black Records, sello especializado en este tipo de publicaciones. Se trata de una edición limitada en vinilo de 180 gramos. Los títulos y formatos son los siguientes: "The Legacy" (1987), vinilo púrpura; "The New Order" (1988), vinilo transparente; "Practice What You Preach" (1989), vinilo blanco; "Souls Of Black" (1990), vinilo azul.

sábado, junio 25, 2011

GOMORRHA- Body (P)art (2006)

Tercer disco de estos adoradores a muerte de CANNIBAL CORPSE, toda una lección de cómo rendir tributo a un grupo haciéndolo tan a las claras que no quede mal. Ni lo disimulan ni lo camuflan, esto es una versión de los americanos pasada de revoluciones, velocidad y gruñidos, una orgía de brutalidad a medio camino entre la época de Chris Barnes y el giro hacia el estilo más técnico y pulcro que dieron desde que entró “Corpsegrinder”.

Riffs destripantes, mucho trémolo, blasts por un tubo y voces cavernosas con algún gorrinillo añadido configuran uno de esos discos que objetivamente no brillan por su calidad ni aportación personal pero que son extraordinariamente disfrutables, sobre todo para los que sean tan adictos al estilo como estos alemanes trogloditas. La mayor pena es que la producción les ha quedado un tanto pobre, con unas frecuencias medias demasiado presentes y un sonido un tanto chirriante, que para este género no es el más idóneo.

Son once cortes suficientemente complejos y variados, pero sin florituras y directos al cráneo como un martillazo. El disco incluye una versión burrísima del “Unchallenged hate” de NAPALM DEATH y un video-clip de los dos primeros temas, y además el libreto se despliega mostrando completa la portada, que de puro cutre es graciosa. Toda una masacre de Death monstruoso, una oda a las huestes de Alex Webster y compañía y todo un regalo para los que añoran su vertiente más salvaje.

viernes, junio 24, 2011

Seth Putnam, R.I.P.


El pasado 11 de junio moría Seth Putnam, líder de ANAL CUNT y personaje singular, polémico y extremo donde los haya habido, aparentemente a causa de un infarto. Al frente de su agrupación principal había dado forma a una de las bandas más inclasificables de la escena y había creado un universo lírico que no dejaba indiferente, desafiando todo sentido común a base de mal gusto, humor cáustico y ofensivo y un peculiar sentido del absurdo. Entre sus proyectos paralelos estaban nombres como ADOLF SATAN, VAGINAL JESUS o la parodia de Black acústico IMPALED NORTHERN MOONFOREST junto a su compañero de ANAL CUNT Josh Martin. También había colaborado en diversas grabaciones con numerosos grupos como NAPALM DEATH o PANTERA. Descanse en paz. Dying is gay.

jueves, junio 23, 2011

ANAL CUNT- Fuckin' A (2010)

Sin haberlo previsto, este disco de los dioses del ruido y la ofensa quedará como el testamento de Seth Putnam, recientemente fallecido, aunque aún habrá un capítulo póstumo de su degeneración porque antes de morir dejó grabadas sus partes en un disco al que falta por añadir las de Josh Martin, que creo que está en la cárcel. Ese capítulo final volverá a consagrarse al Noisecore o al Noisegrind que tan terroríficamente desplegaron en discos intratables como “Everyone should be killed” o “It just gets worse”, mientras que este penúltimo estallido de locura consistió en una ristra de parodias extremas sobre los tópicos del “Cock-Rock” y las bandas angelinas, con un soporte musical nuevamente inclasificable.

No es lo más excéntrico que han hecho musicalmente -en eso se lleva la palma sin duda “Picnic of love”- y tampoco lo mejor, porque el disco entero lo pueden haber compuesto perfectamente en un fin de semana, aparte de que hay unos cuantos riffs que recuerdan a varios clásicos heavys, o será que de puro simples se confunden con casi cualquier cosa que ya exista de antes. Es como un cruce de SAXON en versión simplista, los MOTÖRHEAD más metálicos, una pizca de POSSESSED e incluso algo de los propios MÖTLEY CRÜE del “Shout at the Devil”, pero todo en plan sucio y salvaje y puestos de coca hasta las orejas.

Riffs típicos del Heavy Metal más burdo, chillidos propios del Grind, sonido cafre, actitud punk y letras que rozan el delito público. Porque en ANAL CUNT las letras siempre han sido un cincuenta por ciento de su esencia, y esta vez no iba a ser menos, con sus burradas de siempre pero puestas en boca de un rock-star que suelta perlas como “You said you're eighteen but you're only twelve”. Y qué otro grupo puede rimar cuatro líneas seguidas terminando todas con la palabra “Ass” y que tenga gracia, o hacer que la propia mujer de Seth encarne en el estribillo de “Yay! It’s pink!” a una grupi tonta y menor de edad enculada y golpeada hasta sangrar.

Pero la parodia sigue durante todo el disco, con títulos como “Whiskey, coke and sluts”, “Fuck Yeah” o “I wish my dealer was open” (tema musicalmente distinto al resto y que cierra el álbum con cierto desasosiego), el cual en realidad viene a hablar de lo mismo que el “Dr. Feelgood” de MÖTLEY CRÜE pero en versión cruda y sin su halo de glamur, o esa frase en “Loudest stereo” donde dice que lo va reventando a base de “Anal Cunt, Buckcherry and Mötley Crüe”. En lo musical hay hasta una reminiscencia, casual o no, en el principio de “Hot girls on the road” del “Red hot” de la banda de Nikki Sixx, incluido en su segundo disco. Y por supuesto la portada, en la que roban aquella del “Too fast for love” y hasta el logo del grupo para reírse en su mismísima cara.

Aun así siempre hay algo macabro y turbador en cada disco de ANAL CUNT y precisamente más cuanto mayor es su apariencia de broma, porque conociendo sus adicciones, excesos y demás, no se sabe muy bien dónde acaba la burla y empieza la realidad. En todo caso, oír una vez más a Seth Putnam gritando como un enfermo desquiciado durante media hora siempre merece la pena. Y no habrá muchas más oportunidades.

miércoles, junio 22, 2011

MORBID ANGEL- Illud divinum insanus (2011)

A estas alturas -y eso que el disco salió hace sólo un par de semanas- todo el universo metalero sabe ya cómo es el último álbum de MORBID ANGEL y muy probablemente sea el disco más descargado de los últimos tiempos, o el que más deprisa y con más voracidad ha sido buscado por hordas de metalheads hambrientos tras ocho años de espera. Y a estas alturas ya no debe haber un solo aficionado que ignore la gran sorpresa que ha supuesto. El terrible impacto de ver juntos en un mismo disco temas razonablemente clásicos dentro de su estilo y otros totalmente experimentales y modernos. Herejía, claman muchos. La descomunal espera ha sido igualada y superada por el no menos descomunal revuelo que se he levantado de forma casi inmediata. Los dioses caídos, la traición suprema, el caos, la debacle, el final de la humanidad o poco menos…

Y como el disco está oído y requeteoído más o menos por todo el mundo, una reseña no aportaría nada que la gente no sepa ya, así que… Miremos un poco más allá, hacia los motivos que pueden estar detrás de este curioso giro, si es que los hay y realmente no hay que creer la ingenua candidez con que Dave Vincent proclama que “les apetecía hacer un disco así, sin más”. Pero incluso en ese caso hace falta una pequeña revisión crítica del disco, una mínima reseña, casi una disección, porque me temo que ambas cosas, la música y la estrategia de presentación elegida, van unidas.

De los 11 temas del disco hay sólo cuatro “raritos”, así que el escándalo y la conmoción no deberían ser para tanto. ¿O sí? En realidad esos cuatro temas ello solos superan los veintiséis minutos de duración, mientras que los cinco temas “normales” o tradicionales se quedan en algo menos de veinticuatro. Aparte, el tema final sólo tiene un minuto y medio medianamente chocante, así que se puede añadir a la última lista y ésta rondaría ya los veintiocho minutos. La intro -birriosa como pocas- no cuenta ni en un grupo ni en otro, porque es tan insulsa que lo mejor es ignorarla por completo; su total ausencia de un crescendo, un clímax, una tensión ascendente que desemboque en el primer tema (es decir, lo propio de cualquier intro), la puede emparentar con los monótonos y faltos de relieve temas experimentales. Al final la cosa queda mitad y mitad.

Los temas tradicionales compuestos al estilo conocido y que les dio gloria en sus inicios no están mal, qué caramba. No son una maravilla pero no están mal. Tienen blasts (y Tim Yeung está impresionante), riffs poderosos, sonido agresivo y están cortados por el estricto rasero del Death de Florida más purista. Ahí viene precisamente el primer mosqueo, pero en eso entraré luego. Los temas nuevos, raros, provocativos son… todo esto y más cosas. Distintos, experimentales, imprevistos… “Too extreme” es abierta y deliberadamente machacón, “I am morbid” es Heavy Metal de libro, “Destructos Vs. The Earth” es industrial y suena a Rammstein, y por último “Radikult” parece un tema de Marylin Manson. Vaya panorama. Pero siendo justos hay que decir que todo ellos, cada uno en su campo, están logrados.

¿Entonces? ¿Al final el disco es un “dos en uno”, un conjunto con partes escindidas, una balsa de aceite sobre agua? Así es. No hay fusión ni mezcla ni estamos ante una música híbrida, y de hecho no se puede decir ni por asomo que MORBID ANGEL hayan dejado de componer, tocar y grabar genuino Death Metal americano. Pero al lado, como un pegote irreconciliable, han colocado… eso otro.

Así que no queda más que preguntarnos, ¿por qué? ¿Con qué intención lo han hecho? Porque algo así nunca es casual, y mucho menos viniendo de los padres del Death o al menos uno de sus mayores estandartes, y mucho menos aún tras un largo período de ocho años y una anhelante espera de intensidad proporcional. ¿En qué estaban pensando? ¿No sabían lo que iba a pasar? Lo lógico es suponer que sabían cómo reaccionaría el público, sabían que esta amalgama imposible cabrearía a mucha gente y que amplios sectores se llevarían las manos a la cabeza escandalizados. ¿Entonces?

Entonces hay que volver a la escucha de los temas “tradicionales” y retomar el mosqueo al que me referí antes: esos temas por sí solos no son propios de una leyenda como MORBID ANGEL, ni siquiera lo serían de muchos grupos que empiezan en la actualidad y que ofrecen trabajos más personales e intensos. Y no hay peor cosa que la indiferencia. Nada peor que no levantar pasiones tratándose de un grupo de su envergadura, no provocar reacción alguna, perderse en el olvido tras toda una carrera, diluirse sin dejar una honda huella perdurable… como la que han logrado magistralmente con este “Illud divinum insanus”.

Quedará ese como el mayor logro del disco: haber sido un hito de la historia reciente del Metal extremo en cuanto a capacidad de convocatoria y de generar interés, causar controversia, motivar tomas de partido radicales y hacer estallar exabruptos por medio mundo. No está mal. Salvo alguna diva del Pop que una y otra vez conseguía promoción planetaria gratis escandalizando siempre con los mismos temas a la Iglesia y a la sociedad más puritana, MORBID ANGEL se han convertido en los más sagaces estrategas de la historia musical reciente, claro que sin llegar a las cotas de difusión de la susodicha. Pero al menos se habla de ellos, “aunque sea para bien”.

martes, junio 21, 2011

DISFIGURED- Amputated gorewhore (2011)

El Brutal Death americano se mueve, y eso siempre es una buena noticia. DISFIGURED habían comenzado su carrera dentro de los cánones de la brutalidad al estilo de Texas, pero en este segundo disco han dado un paso adelante y encima sin traicionar esos cánones. ¿Que cómo lo han hecho? Pues con algo tan simple como un estilo en los riffs fresco y cercano y una producción diáfana pero a la vez ultrapotente.

Por aclarar lo último, el sonido que han logrado es tal que asegura que puedas poner el disco a toda leche en la PA de un local de ensayo o un garaje, sótano o cualquier otro reducto privado de animaladas y que la distorsión resultante no desdibuje la música. Potencia y pegada, pero con una nitidez en la que todo se escucha a la perfección y en la que destaca el bajo, con líneas protagonistas (“Vomit creampie surprise”) o doblando las guitarras como en “Embalming the corpse”.

Y respecto al peculiar estilo de los riffs -y también de ciertos ritmos-… es difícil describirlo, pero en varios de ellos ni el diseño ni las escalas son los más típicamente Death, y el resto siempre logran ser ingeniosos, amenos, distintos. El caso más notable es el de “Raping a retard” o también “Bodyfarm buffet”, aunque a lo largo de todo el disco se percibe ese mismo aire. Lo bueno es que siempre aparece diluido y sin que dé el cantazo o acabe produciendo frases estrafalarias. Es algo así como los momentos más inspirados o casi melódicos de algunos temas de SEVERE TORTURE, pero con mucha más gracia aún.

La regularidad a lo largo de todo el álbum es otro gran atractivo, y también la enorme variedad de ritmos -algo menos de voces, aunque también-. Otro punto a favor es que han metido doce cortes en lugar de los ocho o diez que tacañamente nos endosan algunos grupos del sector, y no por meter más automáticamente es mejor, pero en este caso todos están al mismo nivel y el disco sigue un desarrollo perfectamente equilibrado con sus 32 minutos que recorren toda clase de pasajes. Tampoco abusan de las intros, que de hecho no aparecen hasta la mitad.

Lo único reprochable es que a veces intentan meter en cada tema -y mira que todos son cortos y condensados- tantos materiales o tan distintos que se convierte en un conglomerado sin dirección ni estructura, y la sensación es que hay riffs aislados gloriosos más que temas unívocos gloriosos. Aunque también logran esto último incluso en los temas “largos”, como “Drowning in feces” -descontadas sus escatológicas y alusivas intro y outro-, así que los medios y el buen hacer los tienen. Si este disco representa el avance que pueden dar con cada publicación, entonces habrá que esperar con expectación su próximo asalto.

lunes, junio 20, 2011

DESTRUCTION- Day of reckoning (2011)

Con todas las bandas grandes y con solera existe el riesgo de centrar la reseña de un disco en el hecho de si han cambiado de estilo en lugar de en el propio disco. En realidad también es tarea de la reseña constatar si existe o no ese cambio, pero valorarlo ya es otra cuestión. Particularmente es un punto que pasaré por alto, porque creo que es parte de la libertad creativa de los músicos y que en sí mismo no está sujeto a juicios de valor. Y por la parte de los oyentes allá cada cual, si le gusta que lo compre, y si no a otra cosa, que por suerte hay muchas.

DESTRUCTION son un pilar indiscutible de la historia del Metal extremo y del Thrash europeo, han tenido sus devaneos como todo el mundo más o menos, pero siempre han estado ahí, salvo durante la espantada de Schmier en los 90. Y del cambio de milenio en adelante han entregado seis discos de auténtica caña, a veces con títulos de lo más genérico y resultados musicales irregulares, pero paridos desde las entrañas y fiel testimonio de su devoción por la causa. Así que de entrada en este “Day of reckoning” se ven libres del síndrome del ‘veterano que vuelve a las tablas’, el mismo que con tan poco garbo han llevado grupos como DEATH ANGEL, ONSLAUGHT o FORBIDDEN.

En general los clásicos alemanes del Thrash han mantenido el tipo con mucha más entereza que sus colegas americanos y los citados ingleses, quizá en parte porque nunca se han ido. Y DESTRUCTION siguen tan en forma como siempre. Eso sí, en la década pasada su estilo se ha ido abriendo a influencias ligeramente más generalistas, a veces casi Heavys, como se ve en el diseño de algunos riffs o en el hecho de que en varios de los cortes de este último disco las líneas vocales tengan casi tanto protagonismo como las instrumentales. Evidentemente no es un cambio drástico, es sólo un nuevo matiz que les ha hecho crecer y que, al margen de gustos personales, evidencia su deseo de no copiarse a sí mismos y de no vivir anclados en el pasado.

Se echa de menos una mayor variedad rítmica, sobre todo en las estrofas, pero por otra parte el disco mantiene una regularidad envidiable en cuanto a potencia y a intensidad en la ejecución, y también en procedimientos compositivos y estructuras de los temas. El resultado es un trallazo tras otro de Thrash atemporal con un pie puesto en el Metal con mayúsculas y sin etiquetas, temas con estribillos directos, fáciles -a veces demasiado- y también ideales para corear a voces en directo, como “The demon is God”, “Destroyer or creator” o especialmente “Misfit”. Cambios de ritmo ágiles y bien trabados, solos que no buscan el lucimiento, voces chillonas y muchísima agresividad completan este estupendo disco de un grupo emblemático como pocos.

domingo, junio 19, 2011

DECEPTION- Inferno (2011)

Los polacos DECEPTION no son nuevos en esto, y como tantos otros grupos que viven y progresan en el underground, hacen lo que les da la gana y van a lo suyo. Su primer disco, que aunque fuera una agrupación de las dos primeras demos autoeditadas tenía solvencia, acabado perfecto y un estilo unitario, se movía en un Death clásico, un poco a la americana aunque con menos desarrollo técnico. Luego sacaron dos álbumes más volcados hacia el estilo de IMPIETY o de sus compatriotas STILLBORN -con quienes, por cierto, han intercambiado y comparten músicos-, y ahora vuelven con su cuarto asalto.

Y siguen tan furibundos y maléficos como de costumbre, pero en esta ocasión recuperan la línea de aquellas demos aunque manteniendo también algo -poco- de esa segunda época centrada en sonoridades rasposas y ambientes blasfemos casi Black. La combinación no está nada mal, realizada con su habitual simpleza de planteamientos pero terriblemente efectiva. Death directo, muchos blasts, riffs del montón y un sentimientos de rabia satánica permanente.

No es un grupo que destaque por su nivel instrumental, su imaginación compositiva ni su gusto por innovar, no aportan nada sustancialmente personal y sus ideas son genéricas la mayor parte del tiempo. Pero quien haya seguido su carrera sabrá que son auténticos y que desprenden un aura de maldad que se plasma a la perfección en su música. Saben lo que quieren hacer y lo hacen con total dedicación, y el resultado no será excelente, pero convence.

En el disco destacan temas como “Plague”, algo más pegadiza que el resto, la breve y explícita “Fire, blood and death”, con su título reminiscente de BATHORY, y sobre todo la final y destructiva “I stand above you”, mientras que el intento por diseñar una pieza de grandes dimensiones en el tema-título se queda a medio camino. Ocho minutos y medio no es el terreno en que mejor se desenvuelven, lo suyo es el ataque directo y la brutalidad infernal, y de eso parece que aún tienen para rato.

sábado, junio 18, 2011

FEN- Epoch (2011)

Evaluar un disco comparándolo con otro no es lo más justo, pero a veces es práctico. En este caso es casi inevitable pensar en la anterior obra de FEN, el fabuloso “The malediction fields” del 2009, a la hora de hablar de su segundo disco. No se trata de decir cuál es superior -aunque también esto al final es inevitable- o de juzgar el valor de los cambios que haya habido, sino de aprovechar las diferencias y semejanzas para explicar qué ofrece este “Epoch”.

Básicamente sigue siendo Post-Black, o Black de vanguardia, o Black atmosférico, o cualquiera de esas varias etiquetas que más o menos vienen a significar lo mismo. Lo que ha cambiado es que este trabajo es mucho más lineal y algo más monótono, sin los contrastes, las líneas de tensión ni las vibrantes dinámicas de su debut, y la profundidad ha dado paso a algo más plano y previsible. La consecuencia es que ha disminuido la mágica capacidad de evocación que hacía tan especial aquel primer disco.

Y es difícil de entender, porque lo normal de un grupo en expansión es que amplíen sus procedimientos, pero en “Epoch” se abusa de los mismos mecanismos, los mismos cambios, las mismas estructuras. Sólo en “Half-light eternal”, con su reminiscencia inicial del tema “Colossal voids”, volvemos a encontrar un punto por el que se filtra la luz y la atmósfera se despeja, o también en “The gibbet elms” y sus sinuosas líneas de bajo. En la final “Ashbringer” muestran su faceta más veloz, agresiva y a la vez épica, logrando otro de los puntos álgidos del álbum.

Por el lado contrario, el de los deméritos, pesa mucho el sonido de la batería, en especial la caja, con un timbre tosco y hasta estridente que destaca demasiado y no encaja con la densidad opaca del resto de instrumentos. También la propia ejecución de las partes de batería deja mucho que desear, y en temas como “Of wilderness and ruin” y “Carrier of echoes” la insistencia y repetición casi permanente de un mismo patrón se vuelve verdaderamente aburrida.

Aun así el disco presenta temas intensos y bien construidos, arreglos cuidados y pasajes donde la mezcla de primitivismo y delicadeza logra crear ambientes sugerentes. En sí mismo arroja un resultado más que favorable, y al margen de que su predecesor hubiera dejado el listón muy alto, es un disco altamente disfrutable y lleno de matices y de ambiciosa creatividad, pese a no culminar todo su potencial.

viernes, junio 17, 2011

HUMAN VERMIN- Vermin (EP, 2009)

Hay cosas que no se comprenden: que circulen por ahí supuestos discos de larga duración que no sobrepasan los veinte minutos o que este grupo valenciano no tenga un contrato discográfico. ¿Y qué tiene que ver lo uno con lo otro? Pues que HUMAN VERMIN presentan esta su primera obra como un EP, cuando con mucho menos de sus 26 minutos y medio hay bastantes grupos que nos venden la moto del disco completo, y algunos hasta se permiten meter largos rellenos ambientales. Aquí no hay rellenos ni engaños, sólo Death Metal intenso y brutal que llama poderosamente la atención desde su mismo comienzo.

En todas esas circunstancias coinciden con el inicio de la carrera de EVILE, cuya primera entrega fue también un EP, también de duración e inspiración generosas y también autoeditado. En lo musical no coinciden, por supuesto, pero espero que de aquí en adelante continúe el paralelismo y HUMAN VERMIN den el mismo salto que en su día dieron los ingleses. Quitando algún tema más flojo como “Wanna die”, el disco es todo un cañón y tiene momentos realmente ocurrentes, además de un sesudo trabajo de composición.

Su estilo es Brutal Death clásico, sin las debacles caóticas ni las guturalidades extremas de las propuestas más recientes. Riffs atronadores que no demuestran interés por desarrollos técnicos sino sólo por volarte la cabeza a base de violencia sonora, pese a lo cual su competencia instrumental no ofrece discusión, además de que los seis temas están compuestos y estructurados con esmero. En general se aprecia un trabajo profundo en cuanto a arreglos, cambios de ritmo y variedad en los temas, y la destilación de todo ese esfuerzo es lo que ha dado lugar a esta formidable grabación.

“In your flesh” es el tema más rápido y el que más explota los blasts, seguido por “20 seconds”, mientras que “Devilmade” es el más largo y elaborado. La joya del álbum, al menos a nivel compositivo, es la violentísima “All my hate”, con sus singulares parones y con esa inspiración rítmica que la convierte en algo único e inimitable. Redondea el conjunto la potente “Human Vermin day”, tan directa y frenética como el resto. En conjunto se trata de un disco muy superior a muchos que vienen avalados por una discográfica conocida, un álbum repleto de guitarras devastadoras e incansables y un trabajo acabado y presentado con total profesionalidad.

jueves, junio 16, 2011

KADAVAR- Kadavar (2009)

Antes de separarse, estos italianos dejaron para la posteridad este magnífico álbum, una primera muestra de lo que eran capaces y que aunque necesitaba aún pulir ciertos aspectos, era ya una obra madura, consolidada y de brillante factura. El grupo se había creado en el 2007 y a los dos años ya lo dejaron, todo un misterio. En realidad ya funcionaban antes del 2007 bajo el nombre de BLEEDING EYES (no los de Treviso que hacen Metalcore y siguen en activo, KADAVAR venían de Milán), ignoro desde cuánto antes, pero en cualquier caso fue una notable pérdida, dado el enorme potencial que demostraban.

A lo largo de nueve temas entregaban un Death Metal de raíz clásica y ritmos contundentes, más volcado en los medios tiempos pesados que en la velocidad y con un sonido oscuro y denso a la vez que crujiente. Basta escuchar “Towards the abyss” o “Behind the storm” para entender todo esto y para caer rendidos ante su despliegue de poder. Voces agónicas junto a las guturales predominantes, trémolos, solos interesantes y muchos, muchos riffs. Sobre todo eso: riffs sin descanso en medio de toneladas de fuerza aplastante.

En efecto, eran toda una máquina de fabricar cuchillas en forma de música. Lo que les quedaba por mejorar, aparte de una batería que cumple sin más, era, paradójicamente, evitar algunos riffs sin apenas relación con el resto, o desechar ciertos cambios de ritmo un poco forzados, para alejar la sensación de que a veces los temas pierden el hilo. Pero en realidad esto pasa continuamente en el Death, así que ahí queda. La tormenta, el diluvio, el torrente de riffs está garantizado y también la variedad de ritmos, aparte de un trabajo de guitarras muy cuidado entre las rítmicas y las solistas.

Grandes temas de potencia inacabable y frases memorables, como “Global collapse”, “Lust of mortal decay” o la inicial “From flesh to sorrow”, que culminan en una evocadora instrumental acústica con solo rasgado. Y para rematar la jugada portada del gran Marco Hasmann, donde el plano abismal, el ambiente arcaico y una misteriosa figura conforman, junto a un logo legible, una de esas carátulas que, no sabría explicar por qué, reflejan a la perfección lo que después ofrece la música en el interior.

miércoles, junio 15, 2011

WORMROT- Dirge (2011)

Al parecer estos grinders venidos de Singapur están cosechando buenas críticas desde que ficharon con Earache, y la verdad es que son un rato cafres y bastante entretenidos, pero tampoco es para tanto. Guitarra, batería-voz y voz solista, para qué más, veinticinco temas en dieciocho minutos y a correr. Grindcore elemental, salvaje, veloz y al grano.

Sus mayores méritos son la fiereza con que destrozan los instrumentos, el doble ataque vocal -gutural y chillón, y a veces hasta un tercero- y la virulenta brevedad de los temas. Y es una gozada simplemente oír esa guitarra asesina con que empieza “Compulsive disposition” y asistir a los redobles y ultrablasts del demonio que tienen por batería, lo malo es que a los cinco minutos ya está todo dicho. En realidad lo está desde el principio, porque no hacen nada que no hayamos oído mil veces antes con INFERIA, DECRYPT, ROTTEN SOUND, etc. La gracia está en que lo hacen a lo bestia, sí, pero no da para mucho más pasado un rato.

Los temas están todos cortados por el mismo patrón, salvo algunos como “Deceased occupation” que se permiten alguna elucubración por el camino, los dos que cierran el disco y poco más. Por otra parte, el hecho de que sean tan cortos y, sobre todo, que casi los hayan empalmado unos con otros hace que no tengan entidad propia. Cuando casi la mitad de los temas ronda el medio minuto y apenas están separados entre sí, el resultado es que hay muchos que parecen una parte más del anterior.

Ya sé que es Grindcore, por supuesto, pero no me parece un planteamiento muy inteligente por su parte. Y como ejemplo de Grind actual verdaderamente desquiciado y también con temas mínimos, creo que GRIDLINK están muy por encima, y en cuanto a Grind algo más variado pero sin salirse de la brutalidad y los cánones del género hay grupos mucho más interesantes, como WOJCZECH o BEYOND TERROR BEYOND GRACE.

lunes, junio 13, 2011

THE METAPHOR- Metaphor (2009)

Estos chinos qué cosas hacen… La idea de una invasión de grupos amarillos, miles de grupos chinos devotos del Thrash alemán ochentero, todos emulando a la vez las hazañas de unos SODOM o unos primeros DEATHROW, da un poco de miedo, la verdad. Por ahora la panda de pirados que conforman este proyecto se encargan de lanzar el aviso, y su avanzadilla llega en forma de media hora de Thrash primitivo y rudimentario, casi rupestre.

Con títulos como “War fuck peace” queda claro por dónde van los tiros, u otros como “Bloody cult”. Más que recuperación del pasado es toda una inmersión en él, pero hacia su vertiente más cruda. Sonido áspero y rasposo para unos riffs basados en rasgados continuos de una misma nota, baterías a cien por hora y una voz gruñona y antipática. En teoría es la fórmula de siempre, pero en manos de este grupo suena distinta y resulta atractiva.

Hay algo magnético en esa simpleza que transmiten, en ese aire de adoración ciega, casi obsesiva, por un sonido y un estilo. Pero objetivamente hablando la dimensión de lo rudimentario es demasiado grande y el disco a ratos parece casi una Demo, hasta en detalles como dejar a veces en silencio el canal del estéreo de cada guitarra cuando llega su solo correspondiente. Pero esto, de nuevo, es lo que lo hace tan seductor. La pescadilla que se muerde la cola.

El mayor problema es que este efecto se pierde cuando hemos oído lo mismo cuatro o cinco veces, y eso que de vez en cuando hay cambios de ritmo, los mencionados solos e incluso algunas guitarras dobladas, pero la impresión general es de repetición. Aun así,  quien disfrute a muerte con este planteamiento básico, el sonido cazalloso y la obcecación en la agresividad más simplista, encontrará aquí todo un objeto de veneración.

sábado, junio 11, 2011

IN FLAMES- Sounds of a playground fading (2011)

Todas esas reseñas que se basan en decir “este disco es malo porque ya no hacen Death” o cosas parecidas me parece que equivocan el tiro. Los grupos son libres de cambiar de orientación si les da la gana y nadie es quién para criticarles por ello. Hoy día nadie compra un disco sin haberlo oído antes y no vale la queja de que te han estafado incumpliendo las expectativas creadas, como pasaba hace unas décadas. Si quieren cambiar son libres de hacerlo, y si a ti te parece mal no lo compras y en paz, pero eso no lo convierte en un mal disco. El “Reload” no era malo porque METALLICA hubieran dejado de hacer Thrash Metal, sino porque era malo, sin más. Malísimo. Pero si en vez de eso hubieran grabado, qué sé yo, el “Powerslave” o el “Defenders of the faith”, estos no dejarían de ser buenos sólo por el cambio de estilo, y de igual manera CRYPTOPSY pueden grabar un disco acojonante de Deathcore o KREATOR en su día uno de Gothic y habría que juzgarlos como tales discos de Deathcore y de Gothic. Supongo que se entiende por dónde voy y cómo enfoco los discos de los muy vilipendiados IN FLAMES.

En cualquier caso, en este su décimo disco apenas hay Nu Metal ni Metalcore, para tranquilidad de la parroquia, sólo Metal melódico moderno, muy melódico y muy moderno. Los suecos parecen haber terminado de encontrarse a sí mismos en un punto de equilibrio fabuloso, donde maduran toda su evolución más reciente con pleno convencimiento y orgullosos de lo que hacen. Y lo hacen muy bien, mejor que en todos sus últimos intentos. Están inspirados y lo plasman en trece temas descaradamente diseñados para ser recordados y coreados a pleno pulmón. Estribillos muy pegadizos, pegajosos incluso, basados en las líneas vocales, de fácil escucha y rápida asimilación.

Es una fórmula de consumo rápido y poco perdurable, sí, pero ese es el terreno en que se mueven y, partiendo de esa premisa, lo hacen verdaderamente bien, aunque también es cierto que abusan de las armonías maidenescas y de las bajadas de tempo al llegar al estribillo, y cuando ya han usado este recurso varias veces empieza a oler un poco. La impresión final es que el disco tiene un aire ligeramente premeditado, pero en el fondo es normal, no son unos novatos, están en una gran compañía y calculan bien lo que hacen a partir de una idea previa, sin que tampoco se pueda decir que el disco les venga más de la cabeza que del corazón, porque no sería verdad.

Y, por otra parte, la producción es excelsa: la cantidad de detalles superpuestos, de capas sonoras y de arreglos de sintetizador son dignos de oír una y mil veces, sobre todo con cascos. Un trabajo de estudio sublime y perfectamente ponderado para que nunca resulte recargado. Siempre pienso que un gran tema es el que puede defenderse lo más a pelo posible porque lo respalda una gran idea, y quizá en este disco los temas no dan lo máximo posible, pero la producción sí, y un disco, que al fin y al cabo es lo que se valora aquí, es más que unos temas, es el arte gráfico, la portada, las letras, la producción, etc.

Al mismo tiempo el disco es guitarrero de narices y tiene riffs en cantidad más que aceptable, en el mencionado estilo de Metal moderno pero riffs, y además con un sonido crujiente y denso. También usan guitarras acústicas, con muy buen gusto y con un magnífico sabor clásico (el propio principio del disco es un buen ejemplo), hay solos armonizados en bastantes temas, como “Deliver us” o “Where the dead ships dwell”, y breves partes aún más melódicas, casi soñadoras, como en “All for me” o una más larga, meditativa y nostálgica en “A new dawn”. Y luego está esa joya llamada “Fear is the weakness”, con un ritmo trepidante y un crescendo portentoso hacia el estribillo, un tema además que por estilo casi podría estar en el disco “Colony”, con esas florituras melódicas de las guitarras, nuevamente armonizadas al estilo que en otro tiempo era lo habitual en el grupo.

También añaden dos temas más relajados, a modo de interludio o para dosificar la intensidad y dar un respiro, “The attic” y “Jester’s door”, dos temas estratégicamente situados, distintos entre sí pero ambos de ambiente y carácter sombrío, sobre todo el segundo. El disco, como se ve, es variado en ambientes y sonoridades, también en velocidades, con canciones rápidas como “The puzzle”. Quizá en conjunto resulte algo largo y le sobre algún tema, tal vez “Darker times”, algo más anodino que los demás, y también sobraría el minuto final de “The puzzle”, mientras que el minuto y medio final de “Liberation” está justificado por ser el final del disco. Este último tema, por cierto, es estupendo, y eso que es el último: un tema de estribillo cautivador y método compositivo Pop, es decir, melodía acompañada por acordes y sin que haya riffs que lo articulen, un estribillo que podrían haber compuesto perfectamente SCORPIONS (de hecho cada vez que lo oigo no puedo dejar de imaginarlo sonando con la voz de Klaus Meine). Y con esto concluye el disco. Para gustos hay colores, y cada cual que juzgue, decida y disfrute con lo que más le guste, que la oferta es amplia.

viernes, junio 10, 2011

ORIFICE- These are the flowers that I love to smell (2010)

Este es un disco extraño y se pueden decir de él cosas bien distintas. Por empezar con alguna, diré que si no fuese por el tema “Pop that cherry” y un par de momentos más, sería un disco de los que van enseguida al montón de los prescindibles, un entretenido pasatiempo que dura lo que dura el propio CD y ya. O también se puede decir que lo más ingenioso que tiene es el título y la portada, mientras que la música cae en terrenos demasiado vulgares y no les llega a la altura. En principio estos ORIFICE tienen todas las papeletas para ser un grupo ideal en directo, perfecto para hacer el bestia con la peña pero cuyas grabaciones no pasan de tener interés más que para sus amigos, familiares y otras víctimas propiciatorias. Y sin embargo, aun siendo cierto todo esto, la cosa no es tan sencilla.

Antes de entrar en materia, una breve introducción biográfica: el grupo se creó en el año 2004 y en un principio contaba con dos personas, una de ellas fue sustituida y un año después, al abandonar también este sustituto, el grupo se redujo a un solo miembro. Tras una interminable ristra de Splits, Demos, CDRs, Casetes y algunos discos completos, en el 2009 finiquitaron el proyecto. Al año siguiente el sello ucraniano Eclectic Productions reeditó con portada y diseño nuevo este larga duración originalmente publicado en el 2007.

Tratándose de un grupo de Porno-Grind no pueden presumir de exceso de imaginación –de mérito musical ya ni hablamos-, porque se quedan a medias en todo lo que hace interesante el género, como el sentido del humor, una buena dosis de excentricidad o directamente la depravación más extrema, sin que tampoco se les pueda reprochar que lo hagan mal. Sus ingredientes son riffs facilones, ritmos básicos y una instrumentación de andar por casa. Y así siguen durante casi veinte minutos, pero luego llega “Pop that cherry” y de repente parecen otro grupo: percusiones exóticas y ambiente bailongo introducen un riff resultón que pronto desemboca en un torbellino de blasts ultrasónicos, guitarras infrahumanas, dos voces que lo destrozan todo, ruidos sin otro sentido que amontonar caos… Ojalá todo el disco fuera así.

De hecho retoman esas coordenadas un par de veces más, en “Wanga” y en “Nelson de la Rosa”, aunque sin tanto énfasis. Pero el caso es que son capaces de hacerlo, y eso nuevamente me despista, porque durante la mayoría del tiempo se limitan a riffs simplones y ritmos regulares y, sin embargo, esos pocos temas tienen fuerza real. Además el disco va mejorando en cuanto a variedad a medida que se acerca al final, en el sentido de que en cada tema hay continuos cambios de ritmo y de voces y nunca dejan que ninguna parte se alargue demasiado ni se repita. Trabajando con unos materiales tan básicos es lo más a lo que pueden aspirar, y ciertamente eso lo hacen muy bien. También son comedidos a la hora de añadir intros, outros e inserciones varias, y las escogen más por su gracia que por su contenido escatológico, como en “The grampa” o “Zombies”, y destacan sobre todo cuando los samples se integran con el propio tema, como en “Jodleporn” y “Farmer kid”, de lo más logrado de todo el disco.

24 temas y casi una hora de duración no es algo frecuente en este género y puede ser un inconveniente o bien lo contrario, pero como nadie nos obliga a oír el disco entero me inclino por lo segundo. Si se piensa bien, viene a ser como dos CDs cortos seguidos, así que me parece estupendo que se sientan espléndidos y metan tanto material, que ya me encargaré yo de hacer mi propia selección según el día, el tiempo disponible o el humor con que me pille. Este es otro factor que no me deja formarme una opinión negativa sobre el disco. Y en último término lo que más cuenta es que el puro placer del sonido resulta altamente disfrutable: el registro grave, la distorsión opaca y crujiente, la voz cavernosa y gutural, el conjunto de brutalidad primaria es en sí mismo un gusto, y aunque decir esto equivale en parte a admitir el “cualquier cosa vale”, pues… mira, sí, en este caso ¡hasta eso cuenta!

jueves, junio 09, 2011

REGURGITATION- Clitoraldectomy (EP, 2011)

Una vez, hace tiempo, me pasé un par de días escuchando el único vinilo de los americanos PSYCHOPATH sin notar que el plato estaba a 45 revoluciones y hasta que no pinché otro distinto no caí en la cuenta (supongo que entretanto usé otros formatos). Al principio no daba crédito, porque me parecía increíble que en 1991 alguien pudiera haber grabado un disco tocando tan rápido, pero al mismo tiempo me extrañaba que la voz fuese tan chillona y que la producción no fuera todo lo contundente que correspondía al género. Tonto de mí. Cuando descubrí mi error me caí de una deliciosa nube en la que creía haber encontrado una joya oculta a cargo de unos pioneros desconocidos. El caso es que lo que ahora me provoca este MCD me recuerda vivamente a aquel pasmo en que  floté engañado un par de días, pero esta vez es de verdad. De hecho el acabado sonoro es aquel mismo de la versión acelerada, pero esta vez con la voz en su sitio y sin que la velocidad esté trucada.

No son unos pioneros ni esto es una joya, desde luego, y ni siquiera inventan nada. Son unos SUFFOCATION, PYREXIA o ANGEL CORPSE al doble de revoluciones, dan un millón de notas por minuto y verles en directo debe ser apoteósico, pero nada más, y hay otros mil grupos haciendo lo mismo. Su gran mérito es que la producción permite distinguir todo sin problema, algo de lo que no pueden presumir todos los grupos de esta tendencia y que en realidad es imprescindible para que el torrente de riffs hiperminuciosos y ultraveloces no se pierda en una bruma amorfa, lo que sería un contrasentido. Lo único que le falta a la producción es mayor potencia en los graves, donde se queda bastante escasa. Pero eso se puede arreglar con una buena ecualización, lo cual es imposible en el caso de que falte definición en el sonido o diferenciación en los instrumentos.

Sin ser exactamente Brutal Death, se trata de una música monstruosamente extrema, por la velocidad y por el ametrallamiento constante de notas y más notas, correctamente secundado por una voz no demasiado gutural y una batería algo simplista, aunque con un sonido de caja perfectamente nítido y con pegada, mientras que el sonido de guitarra, pese a la mencionada producción, es lacerantemente salvaje, lo cual es un logro aún mayor. La mayoría de los temas empiezan directamente con riff+blast, sin preámbulos de ningún instrumento por separado, para qué perder tiempo, y el único que no lo hace tarda tres segundos en ponerse al hilo, literalmente. Luego pasan por secciones intermedias más moderadas y después se lanzan de nuevo a correr, volar o como se le pueda llamar a este delirio frenético.

Para acabar regalan una versión del “Infecting the crypts” de SUFFOCATION, que viene a ser la mejor prueba de todo lo que he dicho: incluso si uno no conociera el tema, al poco de empezar ya notaría que no lo ha compuesto el mismo grupo, la velocidad no es la misma, las notas son más largas y todo da la impresión de ser el antepasado modesto de los anteriores temas, como en verdad ocurre. Viene muy bien para contrastar cómo ha cambiado el estilo a lo largo de las décadas, o para preguntarse qué más se podrá llevar a los extremos en las que estén por venir.

Los temas habían sido grabados ya en forma de Demo en el 2002, antes de que los miembros de la banda se involucraran más en su otro proyecto, NECROTIC DISGORGEMENT, en una línea musical muy similar. Ahora han sido remasterizados y editados bajo los auspicios de Comatose Music en forma de CD. Mención especial para la aberrante portada obra de Mike Hrubovcak y su entretenida ristra de homenajes en forma de pegatinas por las paredes del improvisado quirófano.

miércoles, junio 08, 2011

ATHEIST- Jupiter (2010)

No voy a ceder a la tentación de hablar del pasado de ATHEIST ni a comparar este disco con sus primeras y muy influyentes publicaciones de hace veinte años. Más que nada porque no creo que haga falta. Cada disco tiene sentido por sí mismo y este “Jupiter” no necesita ser puesto en la balanza frente a sus predecesores, no rinde cuentas a su propio pasado y no se plantea quedar bien ni cumplir las expectativas de nadie. Además sería imposible en un caso como éste cumplirlas al cien por cien y no defraudar a nadie: hagan lo que hagan despertarán antipatías, si cambian porque cambian y si no, por no hacerlo.

Todo consiste en escuchar el disco pensando que se trata de cualquier otro grupo, por ejemplo uno desconocido, y tendremos una visión poco o nada condicionada. Desde ese punto de vista, estamos ante un álbum moderno, novedoso, que se mueve en un estilo perfectamente actual, un trabajo razonablemente complejo pero sin pasarse y sin abusar de la técnica. Tiende hacia ritmos sutiles pero no demasiado entrecortados, de hecho una vez que pasan los dos primeros temas abunda en tempos rápidos hasta el punto de abusar de ellos. Estructuras variadas y cambiantes y un estilo general que los sitúa más en el Progresivo que en el Técnico completan el panorama.

Se trata de un disco muy coherente, muy homogéneo, y por ello mismo muy honesto, al margen de gustos personales, que son otra historia. Lo cierto es que no se les puede achacar que estén intentando resucitar viejas glorias o que el disco sea excesivamente pretencioso. En realidad es incluso poco ambicioso, dada la capacidad instrumental que posee el grupo y el tipo de música que, si hubieran querido, podrían haber desplegado. Pero eligen no hacerlo en favor de la música y de las ideas, y eso es un gran punto a su favor.

Aquí no hay devaneos jazzísticos ni exhibiciones de técnica instrumental, sólo el gusto por componer música y crear temas. Aunque si no hay jazz ni samba ni acrobacias tampoco hay mucho Death Metal. Ni mucho ni nada, en realidad, es Metal sin más, con aires de VOÏVOD, DEATH o CYNIC, las citadas inclinaciones progresivas y una gran intensidad en la ejecución, pero no pertenece a ningún subgénero del universo extremo. Es un trabajo maduro que ofrece -y necesita- una larga serie de escuchas, un disco plagado de detalles y, sin duda, la obra de unos músicos solventes y experimentados.

Ahora bien, aunque apuesten por las ideas antes que por la técnica, de lo primero andan escasos: los riffs son poco directos y de una regularidad rítmica que aburre, los temas no tienen la suficiente personalidad propia y se desfiguran unos frente a otros (con honrosas excepciones como “Faux King Christ”), muchos cambios resultan poco naturales e incluso chocantes, porque no se sabe bien a qué vienen, y algunas partes se pueden volver algo cargantes, aparte de que la voz lo es casi de forma continua. Y luego está el mencionado uso y abuso de velocidades rápidas, que se repite en la mitad de los temas, incluso en varios seguidos, lo que hace aún más difícil que tengan su propia identidad.

Está claro que saben tocar, componer y presentar unas producciones de alto nivel y factura totalmente profesional, pero los temas de “Jupiter” parecen a ratos una colección de ideas secundarias abandonadas tras las sesiones de algún disco de primera línea, quizá no deslumbrante pero al menos sí más ingenioso.

martes, junio 07, 2011

VOMITORY- Opus Mortis VIII (2011)

Quien conozca bien a VOMITORY sabrá lo que suelen ofrecer: Death sin florituras, directo al gaznate y casi invariable a lo largo de ya ocho discos, como bien indica el título de este CD. Y eso es lo que nos gusta de ellos, que saben exactamente lo que se espera de sus discos y que nunca defraudan. Uno de esos grupos con licencia para repetirse y encima hacer de ello una virtud. Tuvieron momentos quizá más destacados a ambos lados del cambio de milenio con los álbumes “Redemption” y “Revelation nausea”, pero en general han llevado una trayectoria intachable y han construido una discografía que es un modelo de perseverancia.

En esta nueva entrega, no obstante, encontramos ligeras novedades que no se desmarcan mucho de la personalidad musical del grupo pero que son bienvenidas, pese a todo lo dicho antes, como la presencia de tempos más lentos en diversas partes o incluso en temas enteros, caso de “They will burn” o “Shrouded in darkness”. Más sorprendente resulta aún que a renglón seguido de la primera de esas dos planten otro tema que, al menos durante la mitad de su duración, mantiene también el acelerador a raya. Se ve que no es casualidad, y lo cierto es que añade un componente de variedad a su música que se agradece y que no les quita ni una milésima parte de brutalidad ni de credibilidad.

Otra faceta que llama la atención es que tanto el sonido como algunos riffs se inclinan claramente hacia el Thrash Metal: así, por ejemplo, la citada “They will burn” empieza en un estilo totalmente SLAYER y de hecho prosigue con una estrofa que recuerda horrores a la de “Fictional reality” del álbum “Divine intervention” -salvo por el tipo de voz, claro-, mientras que la de “Forever damned” hace lo propio con la de “Epidemic”, retrotrayéndonos a 1986. Pero son momentos aislados y que de nuevo introducen un punto de diversidad perfectamente medido, y en todo caso las influencias vuelven de nuevo a terrenos más brutales cuando la estrofa de “Combat psychosis” evoca la del “Suffer the children” de NAPALM DEATH.

Lo dicho, VOMITORY son una apuesta segura si sabes lo que te espera con ellos y eso es lo que buscas, un grupo que desde hace años representa uno de los estandartes del Death con mayúsculas y todo un símbolo de su permanencia, y que encima ahora se muestran capaces de ampliar su paleta sonora sin traicionarse lo más mínimo.

lunes, junio 06, 2011

HATE ETERNAL- Phoenix amongst the ashes (2011)

El quinto disco de las huestes de Erik Rutan trae fascinantes novedades, y mejor para ellos que sea así tras el flojo y repetitivo “Fury and flames” del 2008. En esta ocasión han revitalizado toda su propuesta y el resultado no podría ser más actual a la vez que enérgico. Partiendo de una de las mejores producciones en toda su carrera, han logrado un disco furioso pero menos caótico que otras entregas, brutal pero no monótono, intenso pero a la vez inteligible. Un disco que te asalta sin piedad y que desprende genuina violencia, pero que a la vez respira y se deja comprender.

Lejos quedan ya las reiterativas vuelvas de tuerca a los mismos títulos sobre el concepto de reinado, monarquía, trono, etc., y eso que aún les quedaban alusiones a cetros, coronas o realeza, pero debieron darse cuenta de que estaban empezando a aburrir al personal y rectificaron a tiempo. No así con su música, que siguió anclada exactamente en las mismas fórmulas una y otra vez, los mismos patrones, riffs, giros, ritmos… Tras tocar fondo a nivel creativo con el citado cuarto álbum, vuelven ahora más frescos y mejor engrasados que nunca.

Después de esas llamas en las que ellos mismos ardieron quedaron las cenizas de las que ahora resurgen majestuosamente, y qué mejor forma de hacerlo que empezando con un título como “Rebirth”: nada de intros al uso, esto es una breve instrumental pero sin relleno, un minuto de preludio y ambientación antes de la avalancha total con “The eternal ruler”. A partir de entonces puro HATE ETERNAL, riffs intrincados, voz demoníaca que escupe rabia y un vendaval de Death Metal fenomenalmente trabajado a base de arreglos sensacionales, texturas, dobles voces, pasajes solistas y unos músicos totalmente eficaces, hasta llegar al muy coherente título final de “The fire of resurrection”.

Los nueve temas tras la presentación no muestran un cambio sustancial en el estilo ni el sonido del grupo, que conserva intacta toda su ferocidad, pero sí han bajado la velocidad en casi la mitad del álbum, ya que alternan temas a medio tiempo en las posiciones pares desde “Haunting abound”, de manera que la sucesión se vuelve de lo más amena. Además, los temas “rápidos” también incluyen cambios de ritmo y secciones a otras velocidades que aligeran la masa sonora final. Este es sin duda un trabajo soberbio en el que parecen haberse sentado a hacer las cosas con cabeza y estudiando bien la jugada.

Y de remate han superado su otra asignatura pendiente, la de crear riffs o frases medianamente recordables, como en “Thorns of acacia” o “The art of redemption”, aunque les sigue costando transmitir una sensación rítmica fácilmente asequible, un impulso inmediato y claro. Por último, y para no faltar a la verdad, hay que decir que todas sus virtudes son a la vez su único peligro, porque ahora se mueven en terrenos algo más convencionales que antes y porque su nivel de extremismo musical ha bajado ligeramente, pero es que el anterior ya no daba más de sí. Quizá habría sido una buena ocasión para ampliar horizontes compositivos, eso queda a juicio de cada cual, pero lo que está claro es que este es el disco más equilibrado y completo de toda su discografía, sin dejar de ser un álbum apabullante y devastador.

domingo, junio 05, 2011

ANAAL NATHRAKH- Passion (2011)

¡Los hyperblasts pandemónicos no paran! Y para qué parar con una reputación como la suya a las espaldas. Todo lo contrario, lo que ANAAL NATHRAKH hacen con este sexto disco completo es precisamente reforzarla más y despejar toda duda sobre su filiación más brutal y destructiva, por si alguien la tenía.

Hubo un tiempo en que estos predicadores de la aniquilación estaban entre lo más extremo que uno podía escuchar, lo más sobrecogedor y sorprendente, además de ser uno de los fenómenos más misteriosos, dado el inicial hermetismo del proyecto. Una década después muchos grupos han llegado más lejos en todos esos aspectos, pero los de Birmingham han mantenido el tipo ajenos al resto del mundo y han construido una de las discografías más regulares y sólidas que se pueden encontrar hoy día.

Con este “Passion” tampoco cambian el patrón, y nos presentan el mismo despliegue de desquiciamiento, la misma avalancha de nihilismo sónico a base de voces desgarradas, riffs asesinos, redobles y blasts incesantes por parte de una percusión tan en primer plano como las propias guitarras, y de remate ese sesgo melódico que se empezó a hacer frecuente en los estribillos desde el “Eschaton” del 2006 y que había aparecido ya antes en temas como “Do not speak”. Por lo demás, se mantiene intacta la dimensión histérica de las voces, con agudos a lo MACABRE en “Tod Huetet Uebel”, y la ultravelocidad casi constante de la parte instrumental, que da muy pocos momentos de descanso, como en la más pesada y rítmica “Ashes screaming silence”.

En realidad este disco sigue muy de cerca la línea del anterior “In the constellation of the black widow” de hace un par de años, conservando los citados rasgos de estilo y ampliando quizá aún más el uso de esos elementos melódicos que resultan tan llamativos en medio de la masacre sonora y que dan al grupo un toque de refinamiento aún más perverso. Este planteamiento continuista a unos les parecerá fidelidad a sí mismos mientras que a otros les podrá parecer inmovilismo, pero es innegable que ANAAL NATHRAKH tienen una personalidad única y un estilo inconfundible y que son de esos pocos grupos que se reconocen al instante en cuanto suenan, y eso, al margen de todo lo demás, ya es mucho.

sábado, junio 04, 2011

CHILDREN OF TECHNOLOGY- It's time to face the Doomsday (2010)

Otra pandilla de camaleones jugando a querer ser alguien que no son. Será dejarme llevar por prejuicios, pero después de ver fotos de estos italianos la percepción de su música ya no es la misma, después de ver cómo se han currado a conciencia el uniforme completo hasta reunirlo todo: las cadenas, las crestas, los parches de grupos escogidos, las camisetas en la misma línea, pantalones raídos, tachuelas, alcohol, tabaco y, por supuesto, la pose. Todo perfectamente deliberado y todo reconstruido hasta el último detalle, todo muy premeditado y artificial, hasta convertirlos en unos auténticos punkis de postal, como decían en sus tiempos LA POLLA RECORDS.

Estamos en pleno siglo XXI y estos tipos no son G.B.H., ni DISCHARGE, ni los EXPLOITED, ni ASSÜCK, ni la cafre de Wendy O. Williams cresta en ristre montando broncas de verdad en medio de cargas policiales y escándalos públicos, y es inevitable sentir un tufillo a niños bien metidos a punkis de fin de semana por parte de estos CHILDREN OF TECHNOLOGY. Al fin y al cabo hoy día todo el mundo tiene un grupo y al final en un 99% se trata de bandas de aficionados, así que no es difícil ponerse el disfraz y hacer un poco el ganso el sábado por la noche, mamarse, tirar unas fotos, tocar tres riffs mediocres y creerse alguien.

Quizá me esté equivocando, pero estas cosas se notan, se ven de lejos, y encima en este caso la música lo confirma: la pose externa se prolonga en el saqueo sin escrúpulos que llevan a cabo con la música de POISON IDEA. Lo que aquí se traduce en ocho temas ramplones que mezclan los rasgos más previsibles de VENOM o MOTÖRHEAD con regustos de grupos como BROKEN BONES o CHAOS UK pero en pretendida versión festiva. Y luego está toda la supuesta ambientación post-nuclear, que en realidad no va más allá de cuatro tópicos y unos títulos descaradamente ostentosos y que no se aproxima ni de lejos a la que encontramos en los debuts de grupos como ATTILA o, sobre todo, CARNIVORE.

Y el caso es que luego la música resulta entretenida, pero “entretenida” es tanto como decir que da para un rato y ya. Concretamente, para los veinticinco minutos que sus cabezas han sido capaces de engendrar, lo que tampoco dice mucho de ellos. Como digo, es resultona, da el pego y te hace llevar el ritmo durante un rato mientras estás a otra cosa, pero que no sea desagradable o molesta no la convierte en música valiosa, y pasado ese rato de entretenimiento facilón e impersonal quizá sea más interesante volver a grupos infinitamente más originales, creativos y además auténticos como AMEBIX o CRUMBSUCKERS. O, ya puestos, a los propios POISON IDEA.

jueves, junio 02, 2011

OBSCURA- Omnivium (2011)

Partamos de la idea de que ningún género es mejor que otro por definición, y que por tanto dar cien mil notas no es mejor que dar cuatro. Tampoco es peor, más bien lo que resulta tonto es comparar estilos entre sí, porque puede que un disco hecho con cuatro notas transmita mucho más que otro poblado de fuegos artificiales y camuflaje sonoro en forma de destreza instrumental. Por eso mismo tampoco es prudente considerar que la misión del Death Técnico es desplegar toda la técnica posible o que la del Brutal Death es hacer cuantas más brutalidades mejor. El último usa la brutalidad como protagonista y el primero hace lo propio con la técnica, pero ambos las usan para algo, o así debería ser.

Lo que nos lleva a considerar el último disco de OBSCURA como un buen paso adelante en su carrera por alzarse con el cetro del Death Técnico. Si se tratara de comprobar quién toca más deprisa o da más arpegios por segundo, seguro que hay muchos alumnos privilegiados en campus, conservatorios y centros especializados que los superan, pero esto consiste en hacer discos, en componer temas. Temas cuyo enfoque consiste en usar con abundancia los recursos técnicos del instrumento y una serie de complejidades formales y compositivas, pero temas, no meros ejercicios gimnásticos. Y en todos esos apartados OBSCURA se han superado a sí mismos.

Ciertamente, han aumentado su exuberancia técnica y, mejor aún, su extraplanetaria precisión para encajar toda la serie de elementos que ponen en juego, y en este sentido el trabajo es impecable. Y por otra parte van mejorando en cuanto a componer temas unitarios, homogéneos, con personalidad propia y cada uno identificable por sí mismo, pero en este punto aún les queda por mejorar, y sería fácil retar a quienes abjuran de grupos como BRAINDRILL a que hicieran la misma prueba con este “Omnivium”: oír un pasaje al azar y saber a qué tema pertenece. La verdad es que es difícil, y aún muchos trozos siguen siendo intercambiables sin que pasara nada ni el resultado final variase mucho.

En contra de esta idea se alzan gloriosamente la tercera canción, “Ocean gateways”, aunque quizá sólo porque usa una única velocidad y eso es lo que más sensación de identidad le aporta, y la maravillosa instrumental -o casi- “A transcendental serenade”, penúltima en el álbum. Pero hay cierta sensación de falta de diferenciación a lo largo de los temas centrales y también en el último del disco, a lo que tampoco ayuda la tendencia a cabalgar tan a menudo en los registros más veloces del metrónomo y hacer que tantos trozos se acaben pareciendo (eso es lo que le pasa también a discos como “The inexorable” de ANGELCORPSE, por retomar el principio de esta reseña). Por el contrario, hay fragmentos melódicos en “Vortex omnivium” y otros vocales –cantados con voces limpias- en todos esos otros temas que descuellan sobre la marea de notas y llaman la atención por su naturalidad y su carácter directo, en definitiva, por su sencillo y atractivo encanto. Creo que OBSCURA harían bien en no dejar que la servidumbre a un género determinado les limite estas expansiones creativas ni ponga barreras a su inspiración.

La labor de Jeroen Paul Thesseling, bajista en el “Spheres” de PESTILENCE del 93, es sencillamente magistral, por su eficacia técnica, por su sonido tan personal y, sobre todo, por el buen gusto con que frasea y el sentido constructivo con que complementa el trabajo de las guitarras. El solo de “Celestial spheres” y toda su participación en la mencionada instrumental son magníficos ejemplos de todo ello. Por último, conviene destacar que el libreto del disco es mucho más cuidado de lo habitual, las páginas que muestran a los músicos son desplegables y todo en él está imprimido alternando partes brillantes con otras en mate, para destacar las primeras, y por supuesto con sus letras, información, fotos, etc. En conclusión, se trata de un muy buen disco, y ni que decir tiene que los adoradores del grupo se pueden preparar para morirse de gusto, pero en justicia creo que aún se le puede reprochar cierto carácter forzado, premeditado o hasta pretencioso.