sábado, abril 30, 2011

NUCLEAR WARFARE- God of aggression (2010)

En estos tiempos en que todo el mundo parece tocar en un grupo y publicar discos con una facilidad asombrosa, no se entiende que una banda que edita su tercer disco a través de un sello discográfico haga las cosas de forma tan descuidada, y es que existen infinidad de Demos o de discos autoeditados que tienen mejor sonido y producción y diseño general que este “God of aggression”.

Para empezar, el equilibrio entre los instrumentos está descompensado en favor de la voz, el sonido de la batería deja muchísimo que desear y ésta a su vez está también desequilibrada entre sus distintos componentes, aparte de que la caja tiene un timbre especialmente desagradable y hueco. El resultado final transmite una sensación muy poco o nada profesional, e incluso sin tratarse de un grupo profesional ni que viva de ello, es lógico esperar más y, sobre todo, mejor hecho.

Y respecto a la música en sí la conclusión no es muy superior, porque los temas suenan toscos y poco elaborados y están plagados de riffs mediocres y partes superfluas. El bajo acompaña demasiado a menudo a las guitarras haciendo sus mismas líneas, y la batería, aparte de verse perjudicada por la producción, tiende a resultados bastantes insulsos. La voz, por su parte, presenta al principio un convincente estilo Thrash agresivo y furioso, pero lo estropean después en temas “March to war” o “Thrash attack” con una segunda voz aguda que resulta poco menos que ridícula y con unos coros de una ingenuidad propia de cómic infantil.

Si a todo esto añadimos unos solos simplones y repetitivos en medio de un contexto general de ideas genéricas, pasajes en los que el estilo fluctúa del Thrash a algo indeciso entre Hardcore elemental y Metal tradicional, tenemos sobradas razones para desearle a estos alemanes que se centren antes de plantearse publicar su cuarto disco.

NOCTURNAL BLOOD- Devastated graves - The morbid celebration (2010)

¡El Infierno se desata sobre la Tierra! Con todas sus maldiciones apocalípticas y sus bestias inmundas congregadas en este primer disco de NOCTURNAL BLOOD, banda formada por un solo miembro que se hace llamar Ghastly Apparition (y antes de eso Nocturnal Ghoul y Spirit Of Darkness). Previamente habían publicado una Demo, un Split y dos EPs, y ahora presentan su primer álbum completo en el que mantienen su estilo de Black/Death primitivo y de ultratumba.

La música como tal no puede decirse que tenga gran valor en cuanto a composición ni a ejecución, pero no importa, porque la atmósfera, el sonido, la capacidad de sugestión, todo desprende oscuridad y un aura maléfica verdaderamente irresistibles. En realidad no hacen nada nuevo, los temas son de una simpleza mayúscula, los riffs son cualquier cosa menos originales y la batería va a piñón casi todo el tiempo, pero por alguna razón el conjunto tiene una capacidad diabólicamente hechizante.

Quizá sea la voz, que parece salir de las mismísimas entrañas de Belzebú, o el sonido genuinamente tétrico, oscuro y venido del más allá, pero es imposible sustraerse a la dimensión hipnótica con que recrean la herencia de HELLHAMMER o BLASPHEMY. La mayor pega es que el disco es demasiado corto, ya que a lo largo de sus sólo siete temas no llega ni a los veintisiete minutos, y quizá desaprovechan la oportunidad de haber desplegado con mayor énfasis todo su potencial.

viernes, abril 29, 2011

NOCTIFERIA- Death culture (2010)

En cada subgénero suele haber unas convenciones que más o menos todos los grupos siguen fielmente, ignoro si por aquello de forjarse una imagen fácil de ubicar o sólo por pura inercia, pero cuando lo hacen con excesivo rigor el resultado es artificial y poco creíble. No es en absoluto el caso de NOCTIFERIA, que transmiten un gusto genuino por lo que hacen sin necesidad de tomárselo como una pose. Su música se inscribe en el ámbito de bandas como FEAR FACTORY, ecos de MACHINE HEAD o SOULFLY, post-Thrash tipo MESHUGGAH o STRAPPING YOUNG LAD y hasta algo de Death melódico estilo sueco. Semejante código genético parece difícil de compaginar, pero lo consiguen y además con una naturalidad pasmosa.

Hay varios puntos que hacen especial este disco frente a los anteriores referentes, principalmente la citada naturalidad del conjunto, la credibilidad general de su propuesta, el hecho de que todo fluye sin asperezas. En segundo lugar, que saben hacer temas: dicho así parece una ingenuidad, pero no lo es, al menos no en una época en la que a menudo prima el complicar los temas sin ton ni son o el añadir fragmentos inconexos y pretender que eso forma una unidad. NOCTIFERIA logran dar su propia personalidad a todos los temas y hacen que cada uno de ellos resulte identificable por separado. Hay canciones rápidas, otras más lentas, otras más pegadizas, las hay más melódicas o más rítmicas o más guitarreras, pero todas se dibujan perfectamente frente al resto y no hay forma posible de confundirlas.

Otro gran valor es que, pese a la multitud de parientes lejanos, estos eslovenos no suenan en concreto a ninguno de ellos y las influencias se diluyen sin dejar una huella rastreable. Y todavía mejor es que de la ascendencia industrial tipo FEAR FACTORY toman la ambientación sonora pero han dejado de lado la parte rítmica más mecanicista y machacona, y del Thrash de vanguardia cogen la inspiración para ciertos riffs pero rechazan las complejidades que privan a los temas de su carácter directo. Y es que todos entran a la primera, lo que viene a ser otra sorprendente virtud y más aún dentro de un estilo en que lo habitual es justo lo contrario. A eso ayuda que las canciones tienen estribillos, estribillos de los de toda la vida, de los que vienen después de la estrofa y condensan lo más memorable y pegadizo, y aun así la música suena totalmente a siglo XXI sin renunciar a ese rasgo de convencionalidad que en la práctica sólo sirve para que el disco sea cercano y disfrutable.

Por último hay que señalar que la producción es magnífica y que los arreglos están hechos con esmero y de forma inteligente: hay una presencia de teclados casi permanente pero introducida con tanto acierto que apenas se percibe, y cuyo efecto consiste en potenciar los distintos ambientes o en resaltar partes concretas de cada tema, e igual sucede con los efectos vocales, los arreglos de guitarra o ciertos sonidos que añaden por aquí y por allá. En todo esto se trasluce el alto grado de profesionalidad que ha alcanzado el grupo a lo largo de sus casi veinte años de existencia y tras cinco álbumes publicados, así como su depurado buen gusto.

Y respecto a la oferta concreta de los temas, dentro de la propuesta general entre industrial y medio futurista encontramos riffs cañeros e inmediatos como en el principio de “Slavedriver”, estribillos que podrían haber engendrado DARK TRANQUILLITY como el de “Non individuum”, ambientes orientales en la final “SM 02”, pesos pesados como la monumental “Rust” o la no menos ambiciosa “Monarch”, y uno de los momentos más asombrosos en el ultra-pegadizo “Demoncracy” y su innegable parecido con los primeros y más iconoclastas MARYLIN MANSON del “Antichrist Superstar”. Doce temas más una intro a lo largo de casi cuarenta y nueve minutos de música variada, actual, agresiva, pegadiza, sincera y bien elaborada. ¿Quién da más?

jueves, abril 28, 2011

NEURASTHENIA- Your omen (2009)

Una muestra más de lo productivas que son las fronteras de los géneros cuando se aprovecha sabiamente lo que queda a ambos lados. En esta ocasión el ejemplo viene de la mano del segundo disco de estos italianos, muy superior a su debut, en una onda Thrash pero con una cierta inclinación melódica y varias incursiones en terrenos cercanos al Heavy. Lo bueno es que la mezcla está hecha con naturalidad, que los elementos se funden sin estridencias unos con otros y que el grupo no parece estar enfocando sus esfuerzos compositivos en ninguna dirección predeterminada ni tratando de sonar a ningún grupo en concreto.

Las influencias y las señas de identidad se dejan sentir tanto en los elementos de un género como en los del otro, y así encontramos ataques directos en la mejor tradición Thrash, como en el principio del tema “Go fuck themselves”, que pronto se metamorfosea en otra serie de pasajes con caracteres muy variados, tempos pesados como “Church of tomorrow”, riffs más clásicos y melódicos en “Filthy lucre”, guitarras dobladas al estilo maidenesco en la veloz “I hate my family”, todo un himno furioso y reivindicativo en “Liar #1”, y finalmente el tema más ortodoxamente thrashero, como bien anuncia su título: “Thrash is back in town”.

La variedad está asegurada, pero también una ejecución intensa y a la vez cuidada, unos arreglos suficientemente interesantes y detallistas, una producción contundente y una voz agresiva que ocasionalmente gruñe, a veces grita y otras entrega unas inspiradas y pegadizas frases melódicas con sabor, más que clásico, intemporal y ajeno a tendencias. Todos los temas atraviesan distintas secciones y cuentan con abundantes cambios de ritmo y de tempo, pero siempre dentro de estructuras bien cohesionadas, con sentido unitario y que además no desdeñan la inclusión de estribillos en donde concentran sus líneas más memorables. Sin llegar a ser una joya, se trata de un disco verdaderamente atractivo y valioso que les augura un buen futuro.

miércoles, abril 27, 2011

NEKROMANTHEON- Divinity of death (2010)

Curioso disco: los quince primeros segundos parecen el principio del “Kill’ em all”, nada que objetar sobre eso porque tampoco es nada del otro mundo. Luego el siguiente minuto y medio es el principio del “Hell awaits”, con sus mismos ritmos y sus riffs casi iguales y su mismo cambio final al desembocar en la parte rápida y principal del tema. Esto ya empieza a oler mal. Pero es que lo que viene después sigue en la misma línea: refrito del tema de SLAYER sólo que con una voz más bronca y oscura y menos agresiva, pero los cambios, las líneas vocales, los riffs con trémolos de una nota… todo es demasiado parecido como para pasarlo por alto.

En realidad el riff principal de este tema, cuando empieza la parte rápida, se parece más a los del “Pleasure to kill”, y de hecho el resto del disco se dedica a hacer esto mismo, escupir riffs sacados de los primeros dos discos de KREATOR y cruzarlos con SLAYER, voz macarra aparte. No está mal, veinticinco años después y a alguien se le ocurre que puede estar bien imitar, plagiar o robar precisamente a los grupos más emblemáticos, pioneros e influyentes de la música extrema de ambos lados del Atlántico y, no ya que no se va a notar, sino que es un buen planteamiento. Supongo que, al igual que a los miembros de la propia banda, habrá gente a quien también se lo parezca.

Temas como “Cry havoc”, “Alcoholy terror” o “Lex talionis“ hacen poco o ningún favor al disco y al propio grupo. Sí, todo suena muy intenso y dan caña por un tubo, pero no hay absolutamente nada valioso en lo que se refiere a composición de temas propios, a la faceta creativa del grupo, y no veo qué sentido tiene montar un grupo con tal intención en lugar de hacer una banda de versiones.

martes, abril 26, 2011

NAZARENE DECOMPOSING- Demonic inquisition (2009)

Primer disco de estos alemanes que se desenvuelven sin mayor problema, pero también sin sorpresas, dentro de los esquemas más previsibles del Black. A partir de influencias básicas como DARK FUNERAL, MARDUK o ENTHRONED, dan forma a una serie de temas que no aportan nada pero que resultarán entretenidos a los fans acérrimos del género, en especial a los más volcados en sonoridades primitivas y crudas. Riffs sencillos, producción rasposa pero audible y voz maléfica, todo confeccionado con un gran sentido de simplicidad bien entendida.

Tampoco puede decirse que estén especialmente afortunados en cuanto a inspiración, salvo algún tema como “End of all lies”, ya que todas las ideas que exhiben a lo largo de la casi media hora de música que comprende el álbum son tremendamente genéricas, cuando no refritos de las señaladas influencias en versión poco o nada elaborada. Y la ejecución se limita a patrones igualmente básicos, tanto en la batería como en las guitarras, tocados con furia y carácter innegablemente “true” pero quizá demasiado elementales como para no volverse repetitivos al cabo de un rato.

lunes, abril 25, 2011

SPACE EATER- Aftershock (2010)

Thrash Metal con otras varias influencias, como corresponde a los grupos que gusta de contratar el sello Stormspell. Sabor añejo y efluvios del pasado más remoto del género es lo que abunda en este “Aftershock”, con reminiscencias claras de FORBIDDEN cruzadas con Speed Metal. Con este planteamiento ya sabemos de entrada que ni la huella personal ni el afán de innovación van a ser los protagonistas, pero siempre quedan otras vías de interés. En este caso lo que mejor hacen SPACE EATER es desarrollar las partes instrumentales de los temas, con cambios de ritmo que se suceden sin brusquedad, solos efectivos, dobles melodías y un buen trabajo en las secciones intermedias.

Curiosamente es en esas partes donde dan lo mejor de sí mismos, ya que los riffs principales, los tempos y las líneas vocales tienden a repetirse demasiado. En general abusan de los riffs tipo “nota repetida a mil por hora + adorno final”, de las líneas vocales sincopadas y de los temas invariablemente speedicos (el tema “Up on these shores”, por ejemplo, es un compendio de todos estos rasgos a la vez). Es decir, de los tópicos topicazos, en los que también redundan títulos como “Crush Kill Destroy”, que evocan a SARCÓFAGO o, aún antes, a los CARNIVORE de 1985. El resultado de todo ello es que el disco sufre de un carácter un tanto machacón que no le beneficia en absoluto.

Pero luego sorprenden con las mencionadas secciones instrumentales en las que dejan intuir que tienen más talentos que el de saber utilizar patrones ajenos. La propia “Up on these shores” es buena muestra de ello, pero los ejemplos se repiten en títulos como “Divide & conquer”, “No retreat” -a pesar de ser más corta que el resto- y, sobre todo, “FAA”, que a lo largo de sus más de siete minutos ofrece dos pasajes destacables en los que dejan abierta la puerta a la esperanza. Son pocos ejemplos y además modestos, y tratándose de un segundo disco ya deberían haber asentado de forma más resuelta un estilo propio, pero hay indicios como para confiar en propuestas superiores para el futuro.

domingo, abril 24, 2011

METALLICA- Load + Reload (1996/1997)

Hay varias formas de abordar estos discos: de entrada, es un hecho objetivo, histórico y dicho por ellos mismos que el “Reload” es la compilación de los temas que les sobraron de las sesiones de grabación de “Load”. Creo que eso lo dice todo. Es un disco de caras B. También decían en las entrevistas de la época que no les importaba que “Load” hubiera vendido la mitad que el álbum negro porque la otra mitad la vendería el Load 2 y así la suma final salía bien, cosa que no habría ocurrido si hubiesen publicado un solo volumen. Como estrategia de mercado es intachable y hay que quitarse el sombrero. Así que con el “Reload” no merece la pena insistir más, porque el propio grupo ya aclaró su naturaleza inferior y su mera utilidad mercantilista.

Pero es que el “Load” tampoco es para tirar cohetes: un disco de 78 minutos siempre es un reto difícil y que se salda bien si entregas el “And justice for all”, pero con temas digamos “convencionales” y sin tanto desarrollo instrumental la única baza posible era estar sobrado de inspiración, poco menos que tocado por la divinidad de las musas. Y Metallica no lo estaban. En el disco negro sí, eso es innegable (es cierto que se hicieron mainstream, pero de qué manera, el disco parecía un recopilatorio de grandes éxitos, una ristra de números uno agrupados para la ocasión). Entre otras cosas, el comienzo de “Ain’t my bitch”, sobre todo al llegar la estrofa, es “demasiado” parecido al “The blitzkrieg” del grupo homónimo que ellos mismos ya habían versionado en el EP de “Creeping death”.

Y en general el disco buscaba modelos ajenos y los reproducía a ratos con gracia –“Until it sleeps” desprende rabia marca Hetfield por los cuatro costados- y con temas demasiado sosos otros ratos –especialmente los tres temas ultralargos-. Pero ya no había nada de la irreductible personalidad creativa del grupo, de su naturaleza indómita, de su afán por encabezar la vanguardia del metal, de su gusto por reinventar los moldes. Cuando publicaron “Ride the lightning” la gente llamaba a las emisoras americanas pidiendo que los pincharan, y al final las radios tuvieron que transigir y los pusieron. Eso era Metallica. Y eso había aportado al movimiento que los vio nacer, la prodigiosa capacidad de estar por encima del sistema y obligarle a adaptarse a ellos y no al revés. Insisto: eso era Metallica. Y conviene no perderlo de vista al valorar el sentido de los “Loads” en su trayectoria, ya que fueron un movimiento de retroceso hacia fórmulas compositivas terriblemente simples y nada arriesgadas, y el resultado, además, es del montón. Nada más. Visto así, tampoco es un disco tan polémico. Sólo aburrido.

jueves, abril 21, 2011

SECTIONED- Purulent reality (2010)

Esto básicamente es el grupo DIMENTIANON pero con un bajista distinto y haciendo Death Metal clásico. Los otros tres miembros son los mismos, pero no así su línea musical, que aquí se aleja de osadías y eclecticismos y se ciñe a los cánones del género, fusionando con bastante acierto el estilo americano con algo del europeo, aunque siempre con predominio del primero.

En general lo que encontramos son muchos medios tiempos y creación de atmósferas oscuras, riffs básicos y voz no gutural, todo muy ajustado a la ortodoxia original del estilo pero sin que resulte anacrónico. Ni parece un viaje en el tiempo ni tampoco un préstamo de músicas ajenas, sino simplemente Death con raíces que bebe de fuentes sobradamente conocidas.

El resultado es satisfactorio aunque tampoco hay nada que sobresalga, ningún tema estelar ni ningún riff o pasaje que llame especialmente la atención. Pero todo está elaborado con eficacia y demuestran un profundo conocimiento de lo que hacen. Siete temas que en ningún caso bajan de los cinco minutos, ambientes tenebrosos, mucha actitud, sonido orgánico y credibilidad en grandes dosis son los principales atractivos de este “Purulent reality".

martes, abril 19, 2011

SAURON- Satanic assassins (2008)

De entre los varios grupos que responden al nombre de SAURON, éstos provienen de Estados Unidos y se decantan por el Thrash primario y tosco al estilo alemán de los años ochenta. Grupos como SODOM, primeros DESTRUCTION, primer álbum de KREATOR, pero también bastante de la crudeza del sonido de BATHORY o HELLHAMMER y algo de la simpleza primitiva de grupos ingleses como VENOM o WARFARE, particularmente en las líneas vocales. Como ejercicio de recreación no está nada mal, la verdad, porque, recordando a todas esas influencias y a algunas más, no se puede decir que suenen en concreto a ninguna de ellas. No aportan nada nuevo pero tampoco saquean descaradamente las arcas del legado de otros grupos.

Su principal baza a la hora de recrear ese mundo áspero de los orígenes del Thrash europeo es la producción, ya que todo suena rasposo y sucio de una forma totalmente creíble. La batería en especial tiene un sonido poco o nada pulido, pero, al margen de gustos, está claro que encaja con lo que el grupo pretende. Quizá se echa de menos una presencia más clara del bajo, que está demasiado enterrado bajo la tormenta sonora. Y en general el enfoque que le dan al disco queda bien en las partes rápidas, que son el 95 por ciento, pero en los pasajes con ritmos más pesados se pierde la sensación de contundencia, como en la sección central de “Angel hunter”. Terminan el disco con toda una declaración de principios como es el tema “Thrash Metal nightmare".

lunes, abril 18, 2011

ABOMINANT- Where demons dwell (2010)

ABOMINANT son como los MOTÖRHEAD del Death Metal americano, irreductibles e imperturbables. Nueve discos en catorce años, y durante la primera década del milenio a razón de uno cada dos años, sin faltar puntualmente a la cita, además de mantener la formación original con relativamente pocos cambios. Si algo hay que reconocerles es su constancia y el hecho de que se hayan mantenido siempre fieles a sí mismos por encima de modas y tendencias. Han tenido sus pequeños cambios y han permitido que su estilo se ampliase, pero también lo han hecho grupos como SINISTER u OVERKILL y al igual que a éstos sólo se les puede alabar su integridad.

Tras un primer disco labrado en la más genuina ortodoxia del Death americano estilo años 90, dieron entrada a ciertos elementos melódicos que alcanzaron su mayor presencia en el disco “Ungodly” del año 2000, y desde entonces nunca los han abandonado del todo. Claro, que sus resultados musicales distan de los de las mencionadas bandas y en general de todo lo que producen los grupos de primera línea. Junto a la fidelidad a sus raíces, ABOMINANT también cargan con una considerable falta de personalidad y un carácter demasiado genérico en sus creaciones. Son trabajadores incansables, pero no han logrado sacar a la luz nada que realmente les haga sobresalir por encima del resto de competidores.

Tampoco lo hace este “Where demons dwell”, donde los riffs, los cambios, los ambientes o la propia temática bélica suenan conocidos y hasta un poco gastados, dentro de su habitual amalgama de partes rápidas, rasgos clásicos e ingredientes melódicos. Pero son ABOMINANT, y nadie espera resultados excelentes ni que reinventen nada. Lo que hacen lo hacen con total y apasionado convencimiento y eso se transmite, llega y emociona, su espíritu y su entrega se plasman en cada tema, en el sonido, en la fiereza con que ejecutan sus respectivas partes. ABOMINANT son un valor seguro: los oyentes saben lo que pueden encontrar en cada nueva entrega y eso es ni más ni menos lo que les ofrecen una vez más, y esperemos que por mucho tiempo.

domingo, abril 17, 2011

HEGEMON- Contemptus mundi (2008)

Al igual que en los demás géneros extremos, la escena Black francesa tiene solera y un alto nivel de calidad, con grupos consagrados como ANOREXIA NERVOSA o ARKHON INFAUSTUS, otros no menos veteranos como CRYSTALIUM o LOVE LIES BLEEDING, los pioneros NEHËMAH o los más recientes VORKREIST, entre otros. También cuentan con algunos de los sellos discográficos punteros en cuanto a Metal extremo actual y bien hecho pero que no renuncia a su identidad, como Osmose, Listenable, Season Of Mist o Adipocere. En todas estas coordenadas encajan HEGEMON, ya que se formaron en 1996 y su último disco hasta ahora fue editado por Season Of Mist.

Su propuesta musical no destaca por su originalidad pero sí por lo bien realizada que está. Parten del Black primigenio de unos MAYHEM, sobre todo en las partes rápidas, o unos SATYRICON, pero lo complementan con toda suerte de tempos distintos y atmósferas cambiantes, además de un muy interesante doble juego vocal, que es la nota más innovadora que introducen. Ningún tema se limita a un único ritmo, sino que, al contrario, la inquietud creativa que demuestran les lleva a atravesar diferentes pasajes -no siempre con mucho sentido unitario- y a alcanzar una duración media por encima de los cinco minutos. Cada uno es un pequeño viaje a través de distintos ambientes y emociones, generalmente violentos pero también épicos, y frecuentemente aparecen atisbos melódicos de cierto sosiego… antes de volver a la carga.

El trabajo sobre los riffs es, junto a la citada variedad, lo mejor del disco, por su diversidad y por sus concienzudos arreglos. En general tienen el diseño habitual del género a base de arpegios y trémolos agudos, pero de vez en cuando encajan detalles rítmicos como en “Proskynese”, frenan la maquinaria bélica con arpegios limpios en “Eli, Eli lamma sabacthani” o en la mencionada “Proskynese” y otras varias, añaden repentinas secciones melódicas en “Because of war, because of men” o “Contemptus mundi”, doblan las guitarras solistas en “Asakku” o se dejan llevar por la épica guerrera que inflama todo el disco y entonan arrebatados cantos de batalla. En general, un disco muy válido, con un planteamiento continuista y conocido pero que al mismo tiempo actualiza el género mediante una más que digna labor de composición y arreglos.

viernes, abril 15, 2011

ANCIENT DOME- Perception of this world (2010)

A veces de las mezclas de géneros surgen resultados formidables, y más aún cuando acompaña la inspiración. De entrada es un campo de cultivo muy fértil y que ofrece posibilidades de desarrollo en varias direcciones, si se saben aprovechar. ANCIENT DOME tienen la fórmula perfecta para extraer lo mejor del Heavy y del Thrash a la vez, sin hacer ni lo uno ni lo otro ni tampoco un híbrido a base de injertos, sino una poderosa criatura que encarna todo el potencial de ambas tendencias en un solo impulso incontenible. Ya lo hicieron con su anterior y no menos fabuloso “Human key”, pero es que encima están en estado de gracia y les salen unos temazos de auténtica antología.

Esto es el festival del riff y las líneas vocales pegadizas, el perfecto circo del Metal coreable y a la vez cañero, agresivo y cortante. Unas guitarras de puro acero con un sonido afilado y una producción potentísima, unos coros oportunamente situados y unos estribillos a la antigua usanza, es decir, memorables y de los que concentran toda la identidad del tema: un planteamiento ganador, siempre que la inspiración haga su parte, y vaya si lo hace. Su postura musical se podría comparar con la de unos recientes FLOTSAM AND JETSAM u otras bandas que hacen Thrash pero no puro al 100%, aunque ambos grupos no se parecen en nada más y ANCIENT DOME ganan de largo en energía y grandes ideas.

Sin sonar a nadie concreto, retoman toda la frescura de los himnos concebidos para el directo y engendran riffs y estribillos que no sólo entran a la primera sino que dan ganas de oír una y otra vez. Con esos materiales les han salido unos cuantos temas de esos que sólo con dejar oír su principio en un concierto provocan una reacción inmediata de euforia y una oleada de puños en alto. Pero además los han arreglado con una generosa cantidad de detalles técnicos en los riffs, guitarras dobladas y rellenos solistas, algún arpegio, un bajo que cumple a la perfección su papel sin destacar más de la cuenta y una más que razonable variedad de ritmos distintos y de ambientes contrastantes.

Y luego está la oferta de temas como tal, desde la caña directa de “Liar”, el estribillo enfervorizado de “Predominance”, los ritmos cabalgantes de “Confused certainty” y “Face the facts”, con otro estribillo directo, la especialmente thrashera “DevastHate”, la instrumental “Gordian Knot” y por último ese hito sin complejos que es “Dream again”, ese pedazo de balada Heavy donde las haya, con su chillido doblando la voz en el estribillo, con toda su épica a pecho descubierto y recuperando ese sentido de total falta de pudor propio del Metal ochentero en los países latinos, pero hecha con la suficiente clase y sinceridad como para no poder resistirse a ella y acabar coreando a voces su estribillo.

Si no alcanzan la perfección es sólo porque no han pulido todo lo deseable las composiciones: dejan varios trozos sueltos de música por aquí y por allá, como puros pegotes que meten con calzador en cualquier sitio. Parecen pequeñas ideas que no hayan desarrollado hasta producir temas autónomos pero que tampoco se resignan a abandonar en un cajón. Así empieza “Predominance”, con una innecesaria intro antes del riff que hace propiamente de intro, e igual ocurre en el tema-título, incluso la mencionada instrumental tiene una intro de algo más de medio minuto sin ninguna relación con el resto del tema (todo el tema en realidad está hecho a base de partes inconexas).

La intro de “Face the facts” también podría sobrar, aunque este caso no es tan evidente. Y luego está “Collision”, que con su 1’22 de duración no llega ni a la categoría de tema instrumental y que es un muy claro ejemplo de idea dispersa a la que les cuesta renunciar. El resultado de todo esto es que los temas pierden sentido de unidad, que es algo bastante importante dentro del género. Este es el gran y único defecto del disco. Bueno, este y el imperdonable fade-out repentino al final de “Dream again”, pero por lo demás les ha salido un álbum impecable, privilegiado en cuanto a ideas, bien planteado, bien ejecutado y con una producción soberbia, todo un clásico intemporal.

miércoles, abril 13, 2011

DEADLYSTRAIN- The moltitude of beings (2010)

Italia está que no para en cuestión de Death Metal de un tiempo para acá. Destaca quizá el rango más extremo, ocupado por grupos de Brutal como SEPTYCAL GORGE o EXHUMER, CLITORIDUS INVAGINATUS en cuanto a Slam o NATRON en un registro más generalista, entre otros muchos. Es en este parámetro en el que también se mueven DEADLYSTRAIN (que cuentan en sus filas con el bajista de VULVECTOMY y el actual cantante de GRIMNESS 69), para alegría de quienes aprecien el Death hecho a la vieja usanza, es decir, inteligible y con una pizca de oscuridad, pero a la vez totalmente actual y, por supuesto, despiadado y atronador.

Lo que más percibimos en este primer larga duración del grupo -tras su EP del 2008- son influencias del estilo americano de los primeros 90, concretamente el de Florida a través de grupos clásicos como MONSTROSITY, y también otros grandes nombres como SINISTER o CANNIBAL CORPSE de la etapa George Fisher pero sin llegar a su grado de recargamiento técnico. Los riffs recuerdan a menudo al estilo de los neoyorkinos, con sus ritmos irregulares o sus trémolos como en “Drowned by obscurity” o “Frozen graves”, pero aquí todo suena más accesible y más directo, que es uno de los grandes valores del disco.

En efecto, todos los temas tienen riffs y frases que, sin ser deslumbrantes, llegan al oyente sin problema y no se estancan en una densa ristra de notas ni en un impenetrable muro de blasts. Y al mismo tiempo, tampoco se puede decir que sean facilones o que aburran al cabo de varias escuchas, porque no es así y, de hecho, han encontrado un gran equilibrio entre ambas tendencias. Es decir, se trata de temas con numerosos cambios, partes bien trabajadas, estructuras razonablemente complejas y una más que sobrada variedad rítmica, pero a la vez entran a la primera y ahí se quedan con toda naturalidad.

La sensación principal es que la música respira, cosa no siempre habitual en el género, que todo fluye. A ello contribuye una producción formidable en la que todo se distingue a la perfección pero que ni está pulida en exceso ni sufre el sonido demasiado digital y frío de los últimos discos de CANNIBAL CORPSE. Añadimos una voz profunda pero no gutural -que ocasionalmente hace escarceos en otros registros- y algunos solos, breves y dispersos, y tenemos un disco que augura un gran futuro para estos italianos. Por otra parte, publicaciones así honran a Sevared Records, que muy a menudo se enclaustra en su propio agujero de extremismo y lo lleva a niveles de preocupante endogamia.

martes, abril 12, 2011

DIMINISHED- Rectal torment (2010)

Qué lástima de grupo: después de un debut heterodoxo y transgresor como fue su anterior “Chainsaw cunt”, parece que están decididos a ser un grupo más y a perderse en la vorágine de bandas indiferenciadas. Una pena, porque iban camino de haber podido consolidar una propuesta de lo más singular dentro del universo extremo, en particular del Brutal Death cruzado con Grind, y sin embargo se alejan justo en la dirección contraria.

Sí, la música de este “Rectal torment” es terriblemente destructiva y depravada, los instrumentos destripan sus respectivas partes con absoluta brutalidad y la voz se acerca, sin llegarle, a la de Niels Adams de PROSTITUTE DISFIGUREMENT cuando era más o menos un troglodita del inframundo. Y también mantienen el doble ataque vocal además de una alta dosis de caos en muchos pasajes, pero han disminuido sensiblemente las partes con arpegios limpios, las melodías delirantes o los solos cacofónicos, que se limitan al principio de “Impurity” y un poco en “Penetrate to desolate” y “Vanity’s illusion”, pero de forma tan anecdótica que parece hecho por cumplir, y en general se aprecia una merma muy clara de todo lo que sea personalidad propia.

Y otro punto desconcertante: ¿por qué han publicado este disco sólo diez meses después del anterior? ¿Qué sentido tiene eso? No sabemos si querían quitarse de encima una colección de retales o es que simplemente han hecho las cosas con precipitación y falta de criterio. Y esto enlaza con el último asunto y el más imperdonable: el disco dura diecisiete minutos. Diecisiete. Se le puede llamar “disco” porque es redondo y suena, pero me parece el colmo del despropósito y puede que estemos ante el álbum más corto publicado y distribuido como larga duración. No creo que haya que profundizar mucho en hasta qué punto, y más tal como está el mercado musical, esto es poco menos que una tomadura de pelo.

lunes, abril 11, 2011

DIMINISHED- Chainsaw cunt (2010)

Qué descubrimiento tan inesperado es este disco, y qué poco hace presagiar la portada lo que encierra su interior. Es más, no se entiende por qué la eligen si eso les camufla en la conocida marea de portadas semejantes y les hace parecer un grupo más que probablemente ofrezca música de lo más previsible. Y en parte lo es, pero también es una música que incluye un amplio porcentaje de elementos extraños al género y, pese a ello, es ortodoxamente brutal y monstruosamente destructiva.

Hacen un Brutal Death con alguna influencia Grind y un enfoque general propio de psicópatas. Pero luego aparecen pasajes con arpegios limpios en “Assumption of the virgin”, un tema entero instrumental en esta misma línea -“All is not lost”-, dobles voces, efectos de wah-wah, arpegios medio clásicos en “Molesting the decayed”, solos delirantes en “A jar full of vaginas” o “Anal seepage”, melodías disonantes y fuera de tono en la citada instrumental… y a todo esto la voz y los instrumentos siguen a lo suyo, masacrando víctimas a base de guturalidad y salvajismo. Porque todos esos elementos no están fusionados con el resto de la música, no es un estilo híbrido y caótico en plan CEPHALIC CARNAGE, sino que están añadidos literalmente a la parte brutal del disco, que es la que predomina. Y, sin embargo, el resultado tiene sentido, incomprensiblemente pero lo tiene, y cada tema posee su personalidad y encuentra su razón de ser.

Además, sus duraciones oscilan entre el minuto y medio y los cinco minutos (hasta alcanzar un total de media hora), lo que da idea de hasta qué punto estos tíos hacen lo que les da la gana, o más exactamente su guitarra solista, que es quien compone casi todo el material y quien a día de hoy sigue siendo, junto al cantante, el único miembro original. Por cierto, la portada debe ser de las más simples que ha hecho Jon Zig pero a la vez de las más turbadoras, porque también es una de las pocas en las que sólo hay figuras humanas y no aparecen monstruitos ficticios varios, y quizá de ahí viene su halo inquietante. Y eso que el motivo visual no es nuevo y ya lo habían usado FUNERAL RAPE en su disco titulado prácticamente igual -y con portada igualmente ilustrativa-, u otros como CUNT GRINDER con un toque humorístico, HUMAN BLOODFEAST en versión no mecánica del artefacto, MORBID SAVOURING antes que todos ellos o nuestros EXTIRPATING THE INFECTED en su primer EP.

domingo, abril 10, 2011

DELIRIUM- All these years of dying... (2009)

Algunos discos son aburridos, sin más, por muy trabajados que estén o muchas horas que les hayan dedicado. Si falla la base, las ideas, la inspiración, todo lo demás no logra sacarlo a flote. Eso es lo que le sucede al álbum de estos mejicanos, y el caso es que empieza bien, en unas coordenadas de Death melódico estilo sueco con un tema veloz y resultón, pero poco después se les acaba el fuelle.

Hay varias cosas que contribuyen a que el disco sea poco menos que soporífero: para empezar, el empleo abusivo de los mismos ritmos, sobre todo ese ritmo sincopado que hace que la música vaya a trompicones y que usado de vez en cuando está bien pero si se abusa de él, cansa. Luego los incontables parones que introducen sin venir a cuento en muchos temas y las partes con arpegios y voces limpias; no hay nada malo en ellas a priori, pero sí cuando una y otra vez todos los arpegios duran lo mismo y el cambio de uno a otro sigue un ritmo invariable, lo que produce un desfavorable efecto de pesadez. Y la voz, amén de repetitiva, lleva muchas veces el mismo ritmo que la parte instrumental de los temas, lo que se convierte en otro elemento de monotonía.

La consecuencia de todo ello es que la música parece estancarse y no avanzar. Aparte de eso, los temas están organizados a base de añadir fragmentos sin ninguna relación entre sí, lo cual dificulta aún más el retener algo o lograr que llame la atención. Si además contamos una batería bastante simplona y la presencia de unas partes solistas pobrísimas (basta escuchar como ejemplo “A filthy poem”), el resultado final se cae por su propio peso. Mientras que canciones como “Liar” se salvan sólo parcialmente porque tienen algún pasaje llamativo –aunque ninguna se libra de las estructuras caóticas-, otras como “Strangers” o la instrumental situada en último lugar son, entre otros muchos, un buen muestrario de la acumulación de todos estos inconvenientes juntos.

sábado, abril 09, 2011

DINKUMOIL- Metal weld (2010)

¡La invasión amarilla ya está aquí! Poco a poco van surgiendo más grupos metaleros en China, o, más exactamente, van traspasando sus fronteras y proyectándose al exterior. Y a medida que sigan asimilando las formas de la música occidental seguirán haciéndolo y tal vez en progresión geométrica, pero siempre partiendo de un carácter clónico inevitable, ya que la naturaleza de su música siempre huele a imitación.

Estos DINKUMOIL al menos resultan entretenidos al principio por lo inusual de su propuesta, una música que junta elementos de Heavy Metal y de Thrash primerizo, con solos un tanto NWOBHM y una voz en la que reside lo más llamativo de su sonido. Pero en realidad la rareza no es tal y su efecto se desvanece a las pocas escuchas, en cuanto se comprueba que, efectivamente, hay partes heavys al lado de riffs más proto-Thrash y ya, sin más. Son entretenidos, pero ni los temas ni los riffs son nada del otro mundo y tampoco explotan con mucho afán esa superposición de estilos.

Y respecto a la voz también la ilusión de originalidad dura poco, porque si en el primer tema suena bastante a la de “Snake” de VOÏVOD una vez que dejó de berrear como un poseso en sus primeros discos, en el siguiente ya queda claro que el deje medio arrastrado y la displicencia punky con que entona provienen de él, y en el tercero hasta encontramos el efecto sonoro que tenía la voz en temas como “Golem” del disco “Angel rat” del 91, que es precisamente en el que el vocalista de los canadienses terminó de desarrollar su forma más melódica de cantar y con el que este “Metal wald”, por cierto, guarda algunas semejanzas en cuanto a su planteamiento híbrido.

Nada demasiado interesante, por tanto: unas cuantas cosillas que toman prestadas y que reparten por aquí y por allá para pasar el rato, un solo de bajo en el tema “Stimulant” con reminiscencias del “Anesthesia” en su sonido, un riff rockanrolero en “Miss P do dirty” propio de los SAXON más vacilones que después da paso a un tema en la misma tónica que el resto del disco… Y en total media hora de pasatiempo sin mayores pretensiones y elaborado con bastante simpleza.

viernes, abril 08, 2011

DIMENTIANON- Collapse the void (2010)

Cuando una banda evoluciona de manera tan decidida como DIMENTIANON a lo largo de sus distintas publicaciones, es lógico esperar que rematen la faena de forma espectacular. Y si no tanto, al menos sí con la ambición que habían venido demostrando. Además, un tercer disco suele ser la ocasión perfecta en que los grupos culminan esa evolución y dan lo mejor de sí mismos, y también la que muchas veces determina su carrera posterior. En este “Collapse the void” me temo que los neoyorkinos han desaprovechado una oportunidad magnífica.

Ciertamente, el álbum despliega la magnífica diversidad estilística de trabajos anteriores, e incluso la amplía con un uso de los teclados y los arpegios limpios que resalta aún más la expresividad de ciertos pasajes. La producción es infinitamente superior a todo lo que habían editado hasta ahora, y sueltan por aquí y por allá riffs, ritmos e ideas de lo más atractivo. Por eso mismo no se entiende que se hayan contentado con presentar cuatro temas que ocupan unos veinticuatro minutos. Seamos serios: el tema ambiental “Fragmented nostalgia” sólo tiene sentido dentro de algún proyecto de gran envergadura en el cual sirva como interludio o intro, o bien para crear contraste entre las diferentes atmósferas. Pero en un álbum de estas dimensiones es un puro relleno.

Eso nos deja con dos temas de más de ocho minutos cada uno y otros dos de tres y pico, lo que tampoco parece muy coherente, porque la altura de miras de los temas largos, sus continuos cambios y toda su riqueza imprevisible se pierde en los otros dos, o no llega a cobrar forma. Y, repito, exhiben ideas de sobra como para haberlas desarrollado sin limitaciones y, dado que los temas largos van por esos derroteros –y la propia trayectoria anterior del grupo también-, el oyente las espera con todo derecho, pero al final se queda a medias, por no decir con las manos vacías.

Quizá para ellos es un EP de transición, pero no es así como lo comercializan y tampoco parece ésa la aspiración de la propia música. Todo el disco parece concebido a partir de un impulso que finalmente no alcanza su realización plena, ese es su gran problema. Y habiendo dejado atrás la tosquedad de su inicial “Seven suicides”, habiendo engendrado después esa criatura furiosa e inclasificable que era “Hossanas novus ordo seclurum”, con su mezcla de Black, Death y hasta Grind, un tema Doom de más de veinte minutos y una variedad vocal que pocas veces se ve, esta última entrega deja un inevitable sabor agridulce.

jueves, abril 07, 2011

AURORA BOREALIS- Timeline (The beginning and end of everything) (2011)

AURORA BOREALIS parecía hace tiempo un proyecto más, sin muchas ambiciones, pero a lo largo de los años se han ido consolidando y van ya por su quinto disco completo. Tal vez no sean muy conocidos por parte del público, pero cuentan con la particularidad de ser probablemente el único grupo por cuyas filas han  pasado esas tres bestias pardas de la batería que son Derek Roddy, Tim Yeung y Tony Laureano. Me imagino que eso tiene que ser una presión para quien ocupe después el puesto y que el actual batería, Mark Green, debe sentirse como mínimo algo intimidado, más aún porque llega al grupo sin ninguna referencia previa. Y hay que decir que hace bien su labor pero que no alcanza a sus predecesores. Los otros dos miembros del grupo han sido y siguen siendo los mismos desde que empezaron.

La música de AURORA BOREALIS se decantó hace tiempo por el Death, y por si quedaban dudas, en este “Timeline” lo reafirman, y el único elemento que pervive de su carácter Black de otros tiempos es la voz. Los instrumentos atacan un Death de libro que no rehúye la brutalidad pero que en general suena accesible, limpio y actual. Los temas tienen poca variedad de diseño pero sí bastante en cuanto a riffs, ritmos e influencias, y cubren un espectro que puede satisfacer a distintos oyentes dentro del género. Las partes más pegadizas se encuentran al principio del disco, pero a partir de ahí la música cae a menudo en pasajes genéricos y en numerosos lugares comunes. La producción ha logrado un mejor equilibrio entre los instrumentos que en entregas previas del grupo y un sonido nítido y brillante, pero quizá algo frío.

Lo más monótono, con diferencia, es la voz, por todo: por el timbre, por el tono, por los patrones rítmicos y por la propia línea vocal. El timbre de voz es continuamente rasgado sin ofrecer nunca otra faceta, el tono en el que berrea es sólo uno y de ahí no sale (a la manera de Tom Araya en los últimos discos, pero evidentemente dentro de otro estilo), el diseño rítmico de las frases se repite una y otra vez, y en cuanto a la forma de gritar… en fin, no hace falta “cantar” para que la voz tenga alguna inflexión y no sea plana, tal como sucede aquí. Aun así, la conclusión general sobre el disco es favorable, se trata de un trabajo sólido a cargo de un grupo respetable y con solera pese a no ser de primera fila. Y la rayada que se marcan con las letras y el concepto del álbum sobre la línea temporal del eterno retorno es digna de atención.

miércoles, abril 06, 2011

HADES- Resisting success / If at first you don't succeed / Live on location (Reedición del 2011)

Cyclone Empire reedita los tres primeros álbumes de los americanos HADES (de 1987, 1988 y 1991 respectivamente), quienes, al igual que tantos otros, vuelven a estar en activo. Tenemos, por tanto, unos discos que son más que su propia música y que subrayan la diferencia que existe entre una música que se graba, almacena y transmite en distintos soportes –hoy día ya sin necesidad de que éste sea físico- y todo lo demás que puede ofrecer dicho soporte. El atractivo de una reedición como ésta reside en el extra de música respecto a la edición original y también en el disco como objeto, en el producto final que además de una música grabada ofrece una portada, un folleto, letras, fotos, explicaciones de los autores o datos de interés sobre el grupo. Así lo entiende la compañía, que se enorgullece de presentar “temas extra en parte previamente inéditos, un libreto renovado, abundantes notas y toneladas de estupendas fotos nunca vistas antes”. Sin ser exactamente falso, tampoco es que la realidad sea luego como para tanto.

Pero antes conviene hacer un breve repaso de la historia del grupo, para quien no lo conozca. HADES llegaron tarde a la escena metalera de los 80, dado el estilo que practicaban, algo que nunca quedó claro si era Thrash o Heavy en un momento en que ambos géneros ya corrían por separado y en el que tal indecisión les excluía a la vez de casi todos los frentes de batalla. Su primer álbum sonaba en 1987 a los ANTHRAX de “Spreading the disease” y a METALLICA, mucho más a los primeros, cuya música primeriza tenía también un pie en el Heavy Metal, pero para entonces ANTHRAX ya había superado ampliamente esa fase. Al año siguiente HADES editaron “If At First You Don't Succeed”, con un estilo algo más thrashero, tras el cual decidieron separarse para concentrarse en su nueva banda NON-FICTION y publicaron en 1991 la grabación en directo de ese último concierto bajo el título de “Live On Location”. Después, sin embargo, vendría otro disco, un nuevo contrato con Metal Blade, nuevas separaciones y nuevas reuniones, la última la actual.

HADES es un  buen ejemplo de cómo una banda no triunfa porque no tiene grandes canciones aunque “lo haga bien”, lo cual, visto a posteriori y en perspectiva parece lo normal y lo justo. Y eso que caen simpáticos y fácilmente se les coge gusto y hasta cariño. Pero hay que reconocer que, aparte de no tener ningún tema que sobresalga, sonaban igual que otros muchos grupos, y precisamente los que triunfaron fueron los que tenían personalidad y una identidad claramente reconocible frente a todos los demás, los que ofrecían algo propio y único. Siempre ha sido así.

En estas revisiones de su fondo de catálogo volvemos a comprobarlo, dado el peso de la historia, que juega contra ellos. Lo que es de agradecer es que el sonido de las mismas se haya mantenido fiel al original, respetando el carácter orgánico de entonces y la sonoridad cálida frente a la tan frecuente frialdad digital de otras remasterizaciones. En el resto de apartados –folleto, explicaciones, letras y fotos- la reedición cumple pero no mucho más. Las letras no son ninguna novedad, así que la oferta se concentra en las explicaciones de los músicos, que son ciertamente interesantes, y las fotos, unas quince en los álbumes de estudio y alguna menos en el directo. Y luego está la música extra como tal, la selección de Bonus-tracks, apartado en el que las cosas se podían haber hecho quizá mejor. El problema con HADES es que ya existen varias reediciones previas de sus obras y dos recopilaciones promovidas por ellos mismos donde ya se recoge todo este material, y cuesta ofrecer algo atractivo a no ser que se opte por añadir sus dos Demos enteras, lo cual había sido una muy buena opción.

En “Resisting Success“ lo más interesante son los dos temas sacados de la Demo del 83, aún con Paul Smith a la voz: “Gloomy sunday”, que apareció luego en un Split canadiense de Megaforce Records en 1984, con su imitación flagrante del “Genocide” de JUDAS PRIEST y una sección anterior de la que se oyen ecos en la estrofa del “Tokyo city” de TOKYO BLADE de 1987; el otro es “Easy way out”, que aparecería asimismo en el 84 dentro del sexto volumen de las recopilaciones “Metal Massacre” de Metal Blade. No está mal, pero ambos se encuentran también en las mencionadas recopilaciones de HADES, mientras que la reedición hecha por Mausoleum y luego por Sixthman de este álbum junto al segundo en un CD doble sí trae dos canciones totalmente inéditas. Los Bonus de “Resisting Success” se completan con dos remezclas de temas del propio disco y la pieza instrumental “Sledgehammer press” (procedente de la segunda Demo, de 1984) regrabada en el 2010.

En “If At First You Don't Succeed”, sin embargo, los Bonus no resultan tan interesantes ni tan novedosos: ni siquiera traen información sobre la fecha y la formación, como sí pasaba en el caso anterior, y además todos ellos se incluyen en los discos publicados en 1999, 2000 y 2001 (con el agravante comparativo de que existe una edición de 1998 a cargo de Exist To Resist Records que trae como propina dos canciones totalmente inéditas). La grabación en directo eleva de nuevo el interés de los Bonus, ya que presenta versiones en directo pero registradas en el estudio de seis temas distintos de los de ese concierto, tres de ellos no incluidos en ninguna otra entrega del grupo salvo el recopilatorio de rarezas “The lost Fox Studio sessions” de 1998; además, con su muy generosa duración de casi 27 minutos, esos extras elevan el total del conjunto por encima de la hora y cuarto de música y superan de sobra el interés de otras reediciones anteriores de este directo.

lunes, abril 04, 2011

DESTRUKTOR- Nailed (2009)

Este es el primer disco completo de los australianos DESTRUKTOR, tras un par de Splits y otros dos EPs, no es mucho si se considera que llevan más de década y media con su Black-Death, o Death-Black, según se mire. Vienen de un país que gusta ampliamente de este tipo de mezclas y donde el Metal extremo, pese a no dar grandes nombres punteros, goza de un nivel de brutalidad y de autenticidad verdaderamente notables. En este caso se cumplen también tales premisas y lo que ofrece este “Nailed” es precisamente eso, música híbrida, en absoluto innovadora ni tampoco de primer nivel pero hecha con grandes dosis de pasión.

La mezcla de estilos se inclina más por el Death que por el Black, de modo muy especial en la voz, pero hay mucho en su crudeza y en su aproximación primaria que suena claramente Black, aparte de toda la iconografía y la ambientación del disco y del propio grupo. Tienen una innegable deuda sonora con DESTRÖYER 666 (los dos anteriores baterías del grupo pasaron también por las filas de sus conocidos compatriotas), ecos lejanos de POSSESSED y de los primeros CELTIC FROST y bastante de la actitud irreductible de DARKTHRONE.

Y con toda esa mezcla engendran una especie de Unholy Metal, War Metal o como se le quiera llamar, totalmente blasfemo y con toneladas de actitud. Su música no es que cuente con hallazgos impresionantes ni grandes ideas, pero tampoco es ésa la aspiración del género, y lo que sí hay que alabarles es que, pese a lo simple tanto de riffs como de temas, han introducido una variedad en ritmos, cambios y estructuras que se aprecia enseguida y que seguramente es lo que salva al disco de caer en la vulgaridad o de volverse monótono, además de que les permite construir temas de duración nada desdeñable y lograr que el interés no decaiga en ningún momento.

domingo, abril 03, 2011

DEPTHS OF DEPRAVITY- Inspirritation (2010)

Este disco engaña, y bastante, y encima lo hace en perjuicio propio. Intentaré explicarme. La primera impresión que causa es la de que nos encontramos ante una ristra de riffs difíciles de seguir, ritmos dislocados e incrustaciones de fragmentos varios, y de hecho dan ganas de hacer un juego de palabras oportunista y, citando su propio título, decir que se trata de un disco de lo más irritante. Pero es que hace méritos para causar tal efecto, porque empieza con uno de los temas más disparatados del álbum –bajo el significativo título de “Destroying everything”-, interrumpido continuamente por absurdos cambios de ritmo, giros completamente inconexos y una serie de motivos melódicos chirriantes y sin otro sentido que provocar extrañeza.

De entrada da que pensar que lo hayan situado justo ahí, a modo de declaración de principios o como abanderado de su deseo de parecer más raros que nadie. Y, sin embargo, una vez que el oyente está predispuesto a entender las cosas desde estos presupuestos, aparecen algunos temas que mejoran bastante, con lo cual no se entiende a santo de qué tanta tontería al principio. Los temas inmediatamente posteriores son aún algo caóticos, pero están organizados conforme a alguna idea concreta que más o menos se puede vislumbrar. Aun así, persiste ese sentido de amalgama inconexa y sin mucho sentido que le quita gran parte de su atractivo al disco.

Después hay temas como “Lethal doze”, “Souring in the hatred” o “This calmness of mine” que empiezan en unos parámetros bastante convencionales y suenan accesibles al principio, para pasar luego a una sección intermedia en la que se les vuelve a cruzar un cable y ponen todo patas arriba, y finalmente retoman la sección inicial, dejando claro que sí saben estructurar un tema cuando quieren. Pero de la comparación de esos dos diferentes modelos de temas lo que se concluye es que el disco no tiene una línea coherente y que ellos mismos no tienen las cosas muy claras. Es más, en esas ocasiones en que hacen el amago de crear un “tema”, les sale el mismo diseño una y otra vez y hasta los ritmos de las partes más accesibles se acaban pareciendo. Quizá sea que lo de recurrir a las partes inconexas es también para despistar y no quedar en evidencia.

Esto no es, insisto, una música instrumentalmente compleja y con composiciones retorcidas pero homogéneas, al modo de grupos verdaderamente ininteligibles como EMETH, DEATH DU JOUR o los húngaros GUTTED, o, sin ir más lejos, los propios HATE ETERNAL. No, aquí lo que pasa es que no hay temas como tales, porque no saben construir estructuras unitarias, o cuando lo hacen se repiten a la menor de cambio. Y hasta grupos como CEPHALIC CARNAGE, con toda su incontenible extravagancia, saben hacerlo y además consiguen que sus giros resulten cuanto más abruptos más graciosos. Y es una pena, porque estos húngaros, dentro de su estilo, tienen unos cuantos riffs interesantes dispersos por aquí y por allá, pero deberán unificar su propuesta si quieren ofrecer un producto verdaderamente sólido.

sábado, abril 02, 2011

ISRAFEL- Chainsaw gynecology (2009)

El concepto de Deathcore, si se piensa bien, es una cosa bastante peculiar y hasta desconcertante. DESPISED ICON deben ser los más dignos exponentes de cómo dos estilos como el Death y el Metalcore pueden encontrar puntos comunes y fundirse en un engendro con identidad propia. Lo malo con estos ISRAFEL es que ellos mismos se reducen demasiado el campo de acción y se quedan con los tempos lentos que pueden darse en ambos estilos, los ritmos entrecortados, los infalibles riffs simplones a mitad de tema y la voz completamente devota del último Barney Greenway, pero poco más.

Y si además en ese estrecho círculo en que trabajan hubieran producido ideas rompedoras, riffs ingeniosos o temas sobresalientes, el resultado habría estado bien. Me temo que no es así, y el disco ciertamente es agresivo y desprende furia, pero no logran destacar entre el torrente de grupos parecidos que ya existen. Todo está hecho con verdadera entrega, eso sí, y creo que lo mejor que se puede decir de ellos es que no son unos arribistas ni parece que se hayan subido al carro de ninguna moda, y en verdad el grupo tiene potencial siempre y cuando logren pulir varios apartados.

Principalmente el de las composiciones, que caen demasiado a menudo en el saco de lo genérico (para hacer, por ejemplo, riffs de dos notas a estas alturas de la película habría que tener una inspiración privilegiada), lo caótico de las estructuras y también el de la voz. No sé por qué, pero el veterano voceador de NAPALM DEATH o, sin salir de casa, el cantante de HINDRANCE, tienen un registro y una forma de berrear parecidos pero no resultan ni de lejos tan monótonos como el de ISRAFEL. Y además, el enfado continuo que intenta transmitir deja de ser creíble sin nada que le sirva de contrapeso.

Sólo en el tema-título, ya el penúltimo del disco, se atreven con unos chillidos histéricos –no en plan Grindcore, sino a la manera agónica de algunos grupos de Black cuando parece que están en un potro de tortura- que, la verdad, le sientan muy bien y por simple contraste le devuelve fiereza a la voz principal. Es una línea que podría depararles resultados interesantes en el futuro. De paso, ese tema junto con el anterior y sarcásticamente titulado “Parasite Hilton” son lo más logrado y ambicioso del álbum. Quizá están situados hacia el final del mismo como una promesa de tiempos mejores.

viernes, abril 01, 2011

HAEMOPHAGUS- Slaves to the necromancer (2009)

En más de un sitio describen a este grupo como Death/Grind, pero la verdad es que de lo segundo hay poco, o no es lo más representativo, salvo por algunos ocasionales blasts. Lo que hacen es un Death con regustillo Old-School e inclinaciones Horror-Death, en plan AUTOPSY pero no tan cáusticos ni tampoco tan macabros como NECROPHAGIA. Mucha variedad de ritmos, muchos pasajes distintos en cada uno de los temas y unos riffs simples y directos. Originalidad poca, desde luego, y recuerdan a muchas otras cosas conocidas, aunque no por su estilo en general sino en trozos aislados: de repente suenan a CARCASS en “The mark of madness“, muchas líneas vocales provienen de los primeros discos de SLAYER, hay riffs que evocan a UNLEASHED, etc., y todo ello en medio de una ambientación siniestra y un poco como de cómic, así que la mezcla es de lo más entretenida.

Y eso es lo que prevalece a lo largo de los catorce temas, una música muy amena, entretenida, también, por qué no, “fácil” de oír –pero no facilona- y que entra a la primera. Parten de unos recursos bastante simples pero los aprovechan muy bien, sobre todo alternando los ritmos y creando atmósferas distintas, sin que los cambios resulten nunca violentos o chocantes. Un par de intros, toques solistas aislados, temas lentos entre otros más rápidos, de vez en cuando unos blasts que, como decía, están usados como un complemento más… El disco transmite una gran sensación de espontaneidad pero todo está trabajado con esmero y convenientemente  colocado, de modo que la aparente simpleza se traduce sólo en que el resultado suena muy inmediato, lo que viene a ser seguramente su mayor logro.