jueves, marzo 31, 2011

REVOCATION- Existence is futile (2009)

Esto sí que es un tremendo ejemplo de Thrash Metal actual y a la vez con raíces, que no es retro pero tampoco se pierde en excesos vanguardistas, aunque es considerablemente ambicioso en muchos sentidos. Ni repite cosas oídas mil veces ni tampoco es “moderno” en plan MESHUGGAH, GOJIRA o STRAPPING YOUNG LAD: es la continuación lógica del estilo, su actualización natural. Una música con una ardua elaboración instrumental y un conglomerado de influencias que provienen de muy distintos sitios. Eso sí, en su anterior disco el eclecticismo era aún mayor, y sobre todo provisto de un alto grado de desenfado, casi hasta con un toque gamberro, pero ahora parece que han querido darle una mayor cohesión, una apariencia general mucho más homogénea y también más enfocada hacia un determinado público. Me aventuro a pensar que en ello pueda haber influido el fichar con Relapse, porque ya cuando el grupo se hacía llamar CRYPTIC WARNING mostraban ese nivel de libertad estilística que ahora parecen haber querido acotar. En cualquier caso, el resultado es favorable y no resulta demasiado forzado ni artificial.

Y en realidad la variedad de influencias sigue presente, y tan pronto se marcan un pasaje melódico como un flirteo con voces casi Hardcore o un solo con claro sabor a Fusión. A esto último, de hecho, recurren varias veces, y normalmente prescindiendo de acompañamiento rítmico (caso de “Pestilence reigns”, “Dismantle the dictator” o el tema-título del disco), lo que acentúa aún más el carácter lejanamente jazzístico. Pero en general lo que prevalece es un Thrash  muy cañero a la vez que muy complejo y siempre agresivo, veloz y con un alto nivel técnico. No es “Metal Técnico”, sino que les gusta crear temas instrumentalmente difíciles y además pueden permitírselo, pero no está concebido como lucimiento acrobático. Y de Death no tiene nada, salvo un par de ocasiones en que añaden una segunda voz más áspera y gutural, como en “Reanimaniac” o “Dismantle the dictator”.

Aparte de lo complejo de los riffs, el disco destaca por sus fabulosos arreglos, que lucen especialmente en los desarrollos instrumentales, en los solos y en todos los rellenos melódicos, como bien demuestran “The brain scramblers” o “Leviathan awaits”, aunque casi cualquier tema sería un buen ejemplo. Además, el hecho de que los tres músicos lleven juntos más de una década, ya desde que se llamaban CRYPTIC WARNING, se nota en lo compacto del resultado. También presentan dos instrumentales, la inicial “Enter the Hell” y la muy amena y variada “Across forests and fjords”, con lo cual creo que no se le puede pedir mucho más al álbum, salvo algo más de inmediatez, ya que se trata de música con una cierta tendencia intelectual y temas como “Anthem of the betrayed” dan un respiro justo en el sentido contrario. Y, ya como opinión personal, me parece que la portada de su anterior disco, típica portada de Pär Olofsson, describía mejor la música de este “Existence is futile” y la de éste encaja mejor con la propuesta musical del anterior.

miércoles, marzo 30, 2011

DESTROYING DIVINITY- Dark future (2010)

Esto es Death Metal con todas las letras, oscuro, maléfico y tenebroso. Un cañón de disco, una apisonadora, un demonio hambriento de almas malditas. Nada de Old School Death, flirteos con historias de zombies ni reminiscencias thrashers, sólo Death engendrado por alguna divinidad venida del mismísimo infierno. Con un sonido grave y denso como pocos, estos nueve temas levantan un muro impenetrable que verdaderamente sobrecoge y crean una atmósfera totalmente opresiva, asfixiante, casi agónica. Un disco que si hubiera salido a principios de los 90, hoy sería una obra de culto.

E incluso hoy merece serlo, porque el hecho de tener unas raíces reconocibles no significa que imite a nadie, al contrario: todo el disco muestra una marcada personalidad y una manera definida y propia de hacer las cosas. Por un lado toman la oscuridad esotérica de grupos polacos y por otro la naciente brutalidad que tenía el Death de Florida cuando el estilo adquirió sus rasgos, y lo presentan con un insuperable gusto por lo siniestro y una fuerza aplastante. Tienen un aire del carácter de INCANTATION pero más rasgos musicales en común con MORBID ANGEL, y al mismo tiempo suenan rabiosamente actuales.

Pese a ello, aquí no hay concesiones a las modas ni tampoco música fácil o pegadiza, y de hecho recurren a armonías poco previsibles que cuesta retener y se ve que no intentan agradar a nadie más que a ellos mismos. Por eso mismo el disco resiste una larga serie de escuchas repetidas, no sólo las resiste sino que las pide y con cada una es mayor el peso de su poder hipnótico. Salvo la final “Face to face to destiny” –la más larga y lenta del álbum-, puede que no sea un disco pegadizo en el sentido de entrar a la primera, pero sí lo es por ese carácter hipnótico, y desde su mismo comienzo resulta seductor a la manera de un ritual diabólico.

Musicalmente, alternan pasajes más tradicionales con otros en los que mandan los blasts o incluso una especie de caos controlado, y construyen riffs de diseño intrincado que no recuerdan a nadie pero que entroncan sabiamente con toda la vasta tradición anterior gracias a la omnipresente oscuridad del conjunto. Se le añade un poderoso trabajo de producción, una voz de ultratumba, detalles solistas y arreglos oportunos y tenemos un resultado magnífico. Desde luego, muy superior en todos los sentidos a sus dos anteriores discos (el segundo, “Hell unleashed”, sufría particularmente de una producción confusa que no ayudaba a distinguir la música y en la que los instrumentos no estaban bien equilibrados), aunque ya en ellos mostraban su estilo personal y el mismo gusto obsesivo por la oscuridad.

martes, marzo 29, 2011

VIOLATOR- Annihilation process (EP, 2010)

Y más “nuevo” viejo Thrash, menuda paradoja… Estos brasileños llevan casi una década en esto, publicaron en el 2006 su disco “Chemical Assault” con Kill Again Records y este “Annihilation Process” es su segundo EP. Y es un EP generoso: siete temas en 25 minutos de música, no está nada mal, y de hecho es lo que en otros géneros nos suelen ofrecer como discos completos. Pero esto es Thrash y cada género tiene sus propias convenciones, en este caso para bien.

El resto de convenciones también las siguen a rajatabla, de manera que estamos ante un disco completamente previsible, nada original y bastante repetitivo. Riffs básicos, temas rápidos y alguno incluso más rápido, cambios de ritmo que no complican en exceso los temas y voz agresiva. En fin, un grupo más de Thrash sin personalidad y difícilmente distinguible del resto pero “que lo hace bien”. Esa es la gran baza de todo este movimiento y su justificación más repetida. Pues como la reseña no da para mucho más, me voy a permitir una reflexión al respecto, que al fin y al cabo también tiene que ver con la propia reseña.

Repetiré algo que ya he dejado caer alguna vez: hacer lo mismo que ya han hecho otros muchos antes no tiene ningún valor, por muy bien que suene, y además dice bien poco de la imaginación de su autor. En general no hace falta nada especial para hacer temas siguiendo un patrón ajeno, basta con fijarse en ese patrón, desmenuzarlo y reproducirlo después, pero ahí no hay nada creativo ni se ve la huella verdaderamente personal del autor. Y el resultado puede ser más o menos irreprochable, pero sólo a la manera de una cadena de montaje, con productos clónicos, o de un creador “por encargo”. Es como los coreanos que aprenden flamenco, “lo hacen muy bien” pero les falta ese algo extra, la verdadera autenticidad, y en el mejor de los casos sólo consiguen ser buenos actores.

El retro-Thrash clónico tiene sus méritos y es entretenido (y además ha logrado que, tres décadas después, grupos como EXODUS sean exhibidos con toda justicia como padres del Thrash por delante de METALLICA o al menos con igual importancia), pero el problema de darle más valor del que tiene es que fomenta el estancamiento estilístico, el cual parece haber entrado en bucle como cuando los guionistas de cine se quedan sin ideas y se dedican a hacer remakes de clásicos. Y además, por perder más tiempo de la cuenta oyendo nuevos discos clónicos nos perdemos la ocasión de conocer los originales, con todo el valor histórico que tienen, y hay que reconocer que el panorama está tan saturado que el tiempo es oro.

Por mi parte lo tengo claro: de lo de ahora me quedo con grupos como WARBEAST –con miembros de GAMMACIDE y RIGOR MORTIS, es decir, que esto lo inventaron ellos-, o bien con bandas nuevas como FLESH MADE SIN, HEXEN, KATAFALK, VEKTOR o nuestros BREATHLESS, que, sin renovar nada, tienen personalidad de sobra. Y el resto de bandas que no traen siquiera una milésima parte de algo propio no creo que merezcan la pena. Porque, total, si hacen literalmente lo mismo que los grupos de los 80, entonces primero terminaré de conocer las discografías de ilustrísimos segundones ochenteros como E-X-E, KUBLAI KHAN, HEXX, SLAMMER, EXHORDER, WRATH, ZOETROPE, FALSE PROPHET, RAZOR, FORCED ENTRY, DEMOLITION HAMMER, INVOCATOR, etc., y cuando acabe con ellas, entonces ya me pondré con… Ah, no, para entonces querré volver a escuchar a HIRAX, HOLY MOSES, HEATHEN, SLAUGHTER, ABATTOIR, JUGGERNAUT, HALLOWS EVE, SACRIFICE, INFERNÄL MÄJESTY, NASTY SAVAGE, SOOTHSAYER, HOBBS ANGEL OF DEATH...

domingo, marzo 27, 2011

GAMA BOMB- Tales from the grave in space (2009)

Otro disco más de los irlandeses, y otro que no aporta nada en absoluto. Al menos el primero era más variado y sincero, aunque se pareciera a los ANTHRAX de Neil Turbin. Su segundo “Citizen brain” era un disco premeditado y falso, y éste sigue exactamente las mismas coordenadas, pero se ve que eso es lo que les piden desde arriba. Por algo nos los venden junto a EVILE y BONDED BY BLOOD como el supuesto renacer del Thrash Metal. Para empezar, no sé por qué tiene que renacer algo que nunca ha muerto, y para continuar, no sería un “renacer” sino una simple repetición de formas de hacer las cosas que ya existieron hace décadas.

No cuela: EVILE imitan a TESTAMENT, BONDED BY BLOOD a EXODUS y GAMA BOMB a TANKARD, con un sonido más metálico y ramalazos de SLAYER que le añaden agresividad, pero esa es la idea. Y no me olvido de MUNICIPAL WASTE y su “revisión” de D.R.I. Curiosamente los cuatro grupos están en Earache, qué cosas. Y curiosamente los tres grupos americanos plagian a grupos americanos, mientras que GAMA BOMB son europeos y hacen lo propio con un grupo europeo. Y, también curiosamente, los grupos originales de más renombre, TESTAMENT y EXODUS (aparte de otros como FORBIDDEN o DEATH ANGEL), están hoy día en Nuclear Blast, la gran competidora. Si todo esto es casualidad, que baje Dios y lo vea.

Respecto a la música, no hay mucho donde arañar: riffs simples y temas rápidos, todos a la misma velocidad, al estilo de los borrachines alemanes pero sin su gracia y, sobre todo, sin su credibilidad. Variedad, la mínima o ninguna, por descontado, en eso también coinciden con TANKARD (salvo en su disco “The Tankard”). No digo que no puedan gustar a alguien, supongo que sí, pero esta afirmación se puede hacer de prácticamente cualquier disco que se publica y no implica nada. Por mi parte, no veo la necesidad de que existan discos clónicos y grupos pastiche, y me quedo con los catorce discos de TANKARD, aparte de SODOM, NUCLEAR ASSAULT y un largo etcétera.


[Nota del autor: EVILE no son americanos, son ingleses. Pero la idea básica no cambia.]

jueves, marzo 24, 2011

IMMACULATE- Atheist crusade (2010)

¡Ahora sí! Con este segundo disco los suecos IMMACULATE dan un enorme paso y se convierten en una banda que ya puede ser tomada en serio, y de qué manera. Para empezar, por fin tienen un estilo propio y han dejado de robarle riffs y frases a grupos consagrados. Las influencias existen, lo cual es lógico en cualquier grupo y más haciendo Thrash Metal, sea de la tendencia que sea, pero ahora las sintetizan en una propuesta totalmente única. Lo más curioso es que el estilo que ahora despliegan con tanto convencimiento y que les hace reconocibles y atractivos estaba ya en su disco debut, pero escondido bajo una absurda pose de querer ser más “trues” que nadie.

Tampoco es que hayan abandonado del todo la pose, porque siguen teniendo títulos tan pueriles como “Thrash Metal avenger” o “Thrashark”, aparte de “Gutterthrash” (al menos nunca tan ridículos como los del primer disco de FUELED BY FIRE), pero la música sí es sensiblemente más personal y totalmente creíble. Y lo mejor de todo es que suman creatividad, variedad y técnica a un sonido añejo y a una enorme intensidad interpretativa. En todo ello reflejan fielmente el ambiente ochentero que parece inspirarles, ese ímpetu de cuando existía una continua efervescencia creativa por parte de los grupos y éstos se esforzaban por resultar cada cual más personal.

A mí me siguen trayendo a la mente la versatilidad, la velocidad y el espíritu inquieto de unos HOLY TERROR, sobre todo en el glorioso “Mind wars”, sin sus ocasionales elementos melódicos y heavys. O, aún más alejado en estilo, el no menos fabuloso “Master of disguise” de SAVAGE GRACE, dicho todo ello como un elogio en toda regla, por supuesto. Lo que no es tan fácil de ubicar en algún antecedente concreto es la manera de cantar del vocalista, Mika Eronen, sobre todo por su registro ultra-agudo y sus desquiciados chillidos, que quizá a alguien puedan incomodarle pero que no desentonan con la música, igualmente desquiciada e indomable. Tienen algo de hilarantes, sin duda, pero si te gustan, al final se acaban volviendo adictivos.

Más que agresividad o violencia, lo que transmiten IMMACULATE es muchísima energía, un ataque metalero sin descanso ni para ellos ni para el oyente, un maratón de Speed/Thrash que no da respiro. Y, sinceramente, ni registrando en los más remotos fondos del estallido original del Thrash se encuentran muchos discos que desplieguen este tipo de energía a la vez que esta enorme cantidad de cambios, ritmos y riffs frenéticos. O que lo haga sin que sean un grupo “técnico” al estilo de los discos publicados rozando ya la década de los 90, es decir, impecable en ejecución pero frío en expresividad. IMMACULATE lo hacen y funden en pleno 2010 lo mejor de todo un estilo y una época, sin sonar desfasados y sin plagiar a nadie. Impresionante.

miércoles, marzo 23, 2011

BLASPHEMER- Devouring deception (EP, 2010)

BLASPHEMER forman junto a FLESHGOD APOCALYPSE y HOUR OF PENANCE algo así como la Santísima Trinidad italiana de la ultrabrutalidad sumada a la ultracomplejidad. Sin olvidar, por supuesto, a VOMIT THE SOUL, pero los tres anteriores tienen una afinidad estilística entre sí mucho mayor. En esta ocasión nos encontramos con un EP de cinco temas mas un videoclip en directo con “Kuru - Laughing Death”, de su primer disco. Los temas incluyen una versión del “I am God” de BROKEN HOPE además de una versión remasterizada de su propio “Cloaca of iniquity”, también procedente del primer álbum del grupo.

Así pues, sólo la mitad del disco es material propio nuevo, pero para tratarse de un MCD su cantidad está compensada con lo demás que ofrece. La nueva versión de “Cloaca of iniquity” se agradece particularmente, porque la producción de su “On the inexistence of God” del 2008 era algo confusa y también débil. Ese es uno de los aspectos destacados en este disco, que el sonido ya no tiene aquella bruma impenetrable que por momentos hacía difícil distinguir qué estaba pasando, lo cual para un grupo tan técnico era todo un contrasentido. Y además tiene mucha más pegada, así que en este sentido salen ganando de lejos.

Y la música, por si alguien lo dudaba, no cambia en absoluto y sigue los mismos parámetros de complejidad inalcanzable y brutalidad intratable, si bien los ritmos ahora parecen más fáciles de seguir, en parte gracias a la producción. La portada y el arte gráfico, como no podía ser menos, corren a cargo del gran Marco Hasmann, en aquel momento todavía en el puesto de guitarrista del grupo. Aparte del mencionado videoclip, el libreto del disco viene con letras, fotos y agradecimientos, todo lo cual se ve que está hecho con esmero y con el afán de ofrecer un producto bien acabado en todos los sentidos.

martes, marzo 22, 2011

VOICE OF REVENGE- Chronicles of betrayal (2010)

Algunas portadas engañan: ésta en concreto, con su tono rojo predominante y su imagen de una especie de mandíbula gritando y en descomposición, parece presentar a un grupo de Brutal Death o incluso con un toque Gore, pero no. La clave la da el logo del grupo, que no se corresponde del todo con lo habitual en ninguno de esos géneros, y, efectivamente, la música que practica el grupo es Death melódico. Contundente, agresivo y oscuro, pero melódico y de ninguna manera Brutal, pese a los blasts.

Basta el comienzo de “Falling mask” (segundo tema, o primero tras la intro musical) para que quede claro: guitarras solistas dobladas casi al estilo maidenesco –a través de la herencia de los mejores IN FLAMES de sus comienzos-, sobre una base armónica con regusto clásico, un sonido limpio y un blast pujante y enérgico. Estos son, en esencia, los elementos con los que trabajan durante todo el disco, junto a una voz típicamente Death, gruñona y áspera y a ratos gutural pero no demasiado.

Sus temas no tienen el carácter vagamente “comercial” de los de Goteburg cuando empezaron a hacerse famosos, no son pegadizos de esa manera, pero sí de otras. Su propuesta incluye elementos melódicos dentro de una amplia gama de registros, sin dejar de sonar razonablemente intensa. Eso sí, es música asequible y a ratos ni siquiera se puede considerar verdaderamente “extrema”. Con todo esto, la conclusión es que podrá gustar a público de diversa procedencia siempre que no sean muy fundamentalistas.

Lo cierto es que ni inventan nada ni muestran excepcionales hallazgos compositivos, virtudes técnicas ni nada en grado superlativo. Se limitan a presentar diez temas muy variados rítmicamente, bien estructurados, bien arreglados, de una media de cinco minutos, fáciles de escuchar, con una producción algo blanda pero un sonido limpio y a la vez orgánico. Y, no obstante, sin tratarse de un disco deslumbrante, seduce y engancha con su encanto intemporal y su convincente sencillez.

lunes, marzo 21, 2011

BONDED BY BLOOD- Exiled to Earth (2010)

EXODUS parecen estar viviendo una segunda juventud y vuelven a mostrarse llenos de vitalidad, aunque no de ideas, porque todo su material parece mirar hacia su propio pasado y hacia los tiempos de gloria de sus primeros discos. Al menos están rebosantes de agresividad, como si fueran de nuevo unos adolescentes hormonados y salvajes, y en este reciente “Exiled to Earth”… no, un momento, ¡que no son EXODUS! Qué despiste, pero es que suenan como ellos, cantan como ellos y se llaman como el título del disco del que roban casi todos sus planteamientos musicales.

Sí, así es como sonarían EXODUS si un pacto con el diablo les hubiera devuelto su juventud y volvieran a ser unos chavales furiosos haciendo música veloz y directa. Pero si hubieran hecho un disco como éste, las críticas se felicitarían por su espíritu fresco pero les acusarían de estar copiándose a sí mismos. Así que me da igual que estos sean BONDED BY BLOOD y que sean los niños mimados de Earache, este disco es el “Bonded by blood 2” cruzado con el estilo actual de EXODUS. Si es que el propio nombre del grupo ya lo dice, y mira que hay que tener descaro y falta de toda modestia para llamarse como el título de un disco clásico y encima copiar sin disimulo al grupo que lo creó.

Vale, hay algunas diferencias: hay quizá más temas rápidos, los riffs son más complejos –pero sin resultar técnicos, sino a la manera de las últimas y sesudas composiciones de Gary Holt-, y la voz suma a la influencia de Paul Baloff la de John Connelly e incluso algo del primer Bobby Ellsworth. Pero por mi parte no basta para que me convenzan. Ya, ya, está eso de que “lo hacen bien” o incluso que “saben tocar”, pero ambos son el punto de partida para que un grupo grabe y edite un disco, es decir, lo mínimo, lo que se da por supuesto. Y la principal diferencia con los EXODUS del 85 –no tanto con los de ahora- es que aquí no hay ninguna de las ideas geniales de aquel disco emblemático.

Así que sólo me cabe decir: ¿estamos tontos o qué? ¿Por qué prestar tanta atención a un disco que repite once veces los mismos ritmos, los mismos tempos, los mismos cambios, los mismos coros y las mismas líneas vocales? Sobre todo esto último. Todo lo cual, para más inri, procede de otro grupo. Es decir, que no sólo no tienen ideas propias, sino que además las que plagian las explotan hasta la extenuación una vez y otra vez y otra vez y de ahí no salen en todo el disco. Y en todos los temas los mismos riffs, y el mismo cambio de ritmo en el mismo punto del cronómetro, y, peor aún, la misma línea vocal. Qué digo la misma, la única, si sólo tienen una. Y encima no es suya.

¿Ejemplos? Todo el disco es un ejemplo continuo, pero por concretar algún tema, me quedo con “Prototype: Death machine” y sus “gang-chorus” sacados… sí, del “Bonded by blood”, y con su voz que imita a Paul Baloff, y con sus patrones vocales sacados… eso, de ahí, y con su riffing a medio tiempo que pusieron en circulación los de San Francisco. Luego el tema se acelera a ratos, adentrándose en el tempo rápido que en realidad prevalece en la mayoría de los demás cortes del disco. En éste al menos ese aspecto está un poco equilibrado, pero en los demás ya sabemos que tras el principio a toda velocidad vendrá pronto un cambio algo más pausado, luego vuelta a correr y así once veces y a cobrar.

El problema es que hoy día existe un montón de grupos que lo hacen mucho mejor que estos americanos pero que no tienen ni la décima parte de su notoriedad, como VEKTOR y su deslumbrante “Black future” con algún toque progresivo, HEXEN y sus ingredientes melódicos y hasta NWOBHM, grupos como XANADOO, WARBEAST o TOXIC HOLOCAUST haciendo genuino retro-Thrash pero sin copiar a nadie, o en España los modernizados ANGELUS APATRIDA y los formidables BREATHLESS. Por eso no veo a santo de qué BONDED BY BLOOD reciben tanta atención. En el mejor de los casos, y como ya pasaba con el anterior y con su primer EP, este disco es disfrutable si uno sólo le pide caña, agresión y riffs cortantes, porque de eso hay mucho y además la producción es soberbia. Si se aísla la parte instrumental de la insufrible y repetitiva monolínea vocal, queda un disco con una muy buena producción y una ristra de riffs nada imaginativos pero bien tocados, y ya. Y si al grupo no se le hubiera estado dando tanto bombo, no sería tan enorme el abismo entre las expectativas que crean y lo que realmente ofrecen, ni tampoco el consiguiente disgusto. Pero la promoción de un grupo y de un disco también cae dentro del espectro de cosas que hay que considerar en una reseña, y en ese sentido BONDED BY BLOOD son un grupo claramente sobrevalorado.

domingo, marzo 20, 2011

INIQUITOUS- Return to deeds of old (EP, 2010)

Si se deciden finalmente a sacar un álbum completo que siga los pasos de este MCD, será con toda probabilidad uno de los discos del año. En sólo tres temas logran ya dar una impresión excelente y dejan con ganas de más, de mucho más. Pero empecemos por situarnos.

A pesar de tan exigua producción, INIQUITOUS lleva gestándose como grupo desde el 2002, cuando Kenny García, a la voz, y su primo Jeff Wirth, a la guitarra, graban tres temas para un proyecto llamado CHRIST DESTROYED en San Antonio, Texas, aún sin ninguna difusión. Cinco años después, la buena acogida que tienen los temas al colgarlos en internet les induce a crear INIQUITOUS y comienzan a tomarse las cosas en serio, a componer más y desde el 2008 a tocar regularmente por el área de su ciudad. En febrero del 2010 graban esos tres temas en forma de EP aun antes de tener un contrato discográfico, y finalmente ese mismo año el disco acaba viendo la luz a través del sello español Pathologically Explicit Recordings.

¿Y qué ofrecen estos tejanos para haber llamado la atención de la gente y para estar ocasionando un modesto revuelo? Pues básicamente nada nuevo, pero sí la capacidad de unir influencias variadas en un producto con una factura verdaderamente brillante. Según ellos mismos dicen, combinan sonido Old-School americano con elementos más pesados y modernos e intentan incluir en cada canción una gran variedad de material y sorprender al oyente con riffs y más riffs inesperados. No es una mala descripción, desde luego. Esas influencias van desde MONSTROSITY y SUFFOCATION hasta DYING FETUS, toman lo mejor de todos ellos y lo combinan con frescura pero sonando totalmente brutales. Es una fórmula sencilla que, cuando se hace bien, no puede fallar.

Ciertamente, no paran quietos mucho tiempo a lo largo de cada tema, pasan de unas partes a otras, cambian de velocidad sin que al oyente le dé tiempo a darse cuenta y abarcan una amplia gama de ritmos. En muchos de sus riffs más técnicos recuerdan claramente a DYING FETUS, pero les aventajan en que todo está mejor ensamblado y los riffs con más notas no parecen un pegote añadido al resto del tema, como les pasa a veces a los de John Gallagher, sino que están integrados con total naturalidad. El sonido también recuerda un montón a las producciones de DYING FETUS, claridad y nitidez absolutas y una pegada monstruosa con la que aplastan todo lo que se ponga por delante.

Además, por ahora están en estado de gracia en lo que a inspiración se refiere y regalan riffs y pasajes únicos como quien da los buenos días. De remate, la batería la grabó nada menos que Mike Smith de SUFFOCATION, y su ejecución es devastadora, directa al grano e insuperable. A todo esto se le añade una voz gutural a la vez que comprensible y ya tenemos el resultado final: Death Metal del nuevo milenio al alcance de todos los gustos, bien hecho, mejor tocado, ocurrente, variado y brutal.

¿Qué le falta entonces a este disco para alcanzar la perfección? A la música, como digo, no le falta absolutamente nada, pero un disco es algo más que una música grabada sobre un soporte, es ese mismo soporte y justamente todo lo que ello implica. Una serie de elementos físicos –diseño, portada, etc.- y un objeto comercial. Y publicar tres temas es, hoy día, poco menos que un disparate, sobre todo si duran en conjunto diez minutos y medio y, peor aún, si los tres están colgados en el Myspace de la banda (aunque el que aquí titulan, al igual que en la página web de  Mike Smith, “Reprisal of the ravaged” en el disco se llama “My enemy”). Lo más extraño es que el propio grupo declaraba en el 2008 que por aquel entonces casi tenían material para un LP y que preferían grabar esto en lugar de una Demo. No sé qué pasaría con ese material cuando entraron en el estudio dos años más tarde, quizá al estar compuesto en fechas más recientes les parecía coherente no juntarlo con los tres temas de este EP. Así que podemos contar con que vea pronto la luz, y si sigue las líneas de este breve adelanto será sin duda algo apoteósico.

sábado, marzo 19, 2011

WOUNDS + PYÖVELI- Storming Thrash vengeance (Split, 2007)

Siempre es incómodo calificar en conjunto un Split, porque se trata de dos trabajos distintos y dos grupos distintos juntos en un solo formato, pero cada cual con sus propios logros y carencias. Suele haber puntos de coincidencia, que son los que le dan coherencia al álbum y un cierto sentido como unidad, pero las diferencias son inevitables. En este caso también las hay, principalmente por la parte de la producción aunque también por el estilo.

Ambos grupos son finlandeses y ambos grupos practican un estilo salvaje de Thrash veloz y rabioso, en el caso de WOUNDS cruzado con pasajes Grind despiadados. Ya que los menciono, empezaré centrándome en ellos. Estos tipos llevan desde finales de los 90 haciendo el cafre, y eso se nota. En general, siempre se nota cuándo un grupo está haciendo música de forma premeditada o cuándo les sale de dentro, y WOUNDS no son de esos grupos que se han sentado a decir “vamos a hacer música fundiendo tal y cual estilo” o “partimos de la intención de recrear nosequé corriente”. El resultado en uno y otro caso es radicalmente distinto, y se nota de sobra cuándo la música viene de la cabeza o sale de las entrañas. A WOUNDS les sale de unas entrañas endiabladamente podridas y con una violencia genuina a más no poder. Esto no es retro-nada, esto es actitud total, entrega y naturalidad al cien por cien, sin premisas y sin alardes de nada. Fabuloso.

PYÖVELI también se formaron a finales de los 90 y también cuentan con un buen puñado de demos a sus espaldas, pero su caso es diferente por varias razones, en primer lugar porque los temas de WOUNDS en realidad son el EP “Storming death” del 2006 al completo, mientras que PYÖVELI presentan material exclusivo para este Split. El estilo difiere del de sus compañeros de álbum porque lo suyo es Thrash de la vieja escuela sin injerencias de otros géneros, lo que hace su oferta algo más lineal y previsible, y lo único que delata su actualidad es el uso ocasional de algunos blasts. Por lo demás, esto es puro Thrash a la alemana pero ¡aún más rápido! Su pose general es decididamente retro, y títulos como “Speed Metal merchants” o el de su disco del 2005, “The New Renaissance of Speed & Thrash Metal”, así lo demuestran.

Sin embargo, su música tiene garra y espontaneidad y no parece hecha para aspirar a ser contratados por un poderoso sello discográfico. Reproducen clichés, pero lo hacen con tanta convicción y desparpajo que no se les puede acusar de pretenciosos. El gran problema de sus temas es la penosa producción, que arruina casi por completo el resultado. Tiene cierto encanto por su crudeza, pero en realidad la calidad del sonido es propia de una Demo y los instrumentos están poco o mal equilibrados, en especial la batería (sobre todo los timbales agudos, que suenan como los del “Pleasure to kill” pero aún más cantosos). Una pena, considerando que dan caña sin parar y con verdadera agresividad, y una producción siquiera decente habría hecho palidecer a muchos supuestos nuevos abanderados del Thrash. De regalo, nos provocan una carcajada con la broma al final del tema “Executioner” –que es, por cierto, lo que significa el nombre del grupo, retro como no podía ser menos-.

viernes, marzo 18, 2011

LICH KING- World gone dead (2010)

¡Esto es puro EXODUS! Bueno, más rápido, con más energía y sin las genialidades del “Bonded by blood”. La velocidad –y en parte también la voz- la toman prestada de NUCLEAR ASSAULT después de pasarla por el filtro de una producción moderna y brillante, pero desde el primer tema escuchamos retazos que suenan a temas de EXODUS, guiños, parecidos, resonancias, y cuando llegamos al tercero, “A storm of swords”, ya son directamente calcos. De EXODUS, claro, sobre todo en las líneas vocales. Y así sigue todo el disco. No sé qué pasa últimamente con EXODUS, que, pese a haber sacado unos últimos discos bastante soporíferos, parecen haberse convertido en la referencia y en el modelo a imitar, y hasta LAZARUS A.D., uno de los grupos que parecían más dignos y con más personalidad dentro del nuevo Thrash, caen en la tentación e imitan su estilo actual con el reciente “Black rivers flow”, aunque también aportan otra serie de cosas.

Aquí no, en este “World gone dead” no hay más capas donde arañar ni otros ingredientes ni matices que descubrir. Y aun así valorar este tipo de álbumes es difícil precisamente porque el resurgir del viejo Thrash los somete a una notable controversia. Tomaré partido por la idea de que en un disco lo más importante es la composición. Evidentemente, el sonido, la técnica, el diseño, el arte gráfico, lo títulos, las letras, todo es importante y todo ha servido en el pasado para que determinados grupos crearan tendencia o para que se pudiera hablar de un nuevo estilo, pero siempre han sido grupos que tenían una base musical a prueba de bombas. En ella residía su principal aportación y gracias a ella se sustentaba todo lo demás. En un disco esperamos encontrar sobre todo la labor de unos músicos que componen, y el hecho de que sepan tocar se da por supuesto.

En el caso de LICH KING saben tocar, desde luego, y su disco tiene una producción tremenda y un sonido que es una pura orgía de Metal en sí mismo. Qué distorsión, cómo raspa, cruje, corta y lo que haga falta, y qué profundidad tiene el bajo, como en el principio de “Ed-209” cuando al medio minuto entran todos los instrumentos tras la intro hablada. Dan ganas de quedarse oyéndolo una y otra vez hasta el día del Juicio Final. Pero eso son sólo ropajes exteriores y el interior no ofrece mucho de valor, y la mona aunque se vista de seda mona se queda. Pues sí. De hecho, hay discos que han pasado a la historia por tener extraordinarias composiciones pero al mismo tiempo han cargado con la pena, lamentada por todos, de tener una producción birriosa, y sin embargo eso no les ha apartado del merecido trono. Uno de los ejemplos más claros es el “And justice for all”, y en el lado contrario también existen discos que en su momento fueron ignorados o incluso condenados porque el sonido no permitía distinguir la formidable riqueza de ideas que desplegaban, como el “RRRÖÖÖAAARRR” de VÖIVOD. Y, en todo caso, un disco siempre se puede volver a regrabar. Pero los temas son como son, y si valen, valen, y si no, no, y aquí no hay nada sustancialmente valioso, especialmente en cuanto a los riffs, vulgares, sosos y previsibles.

Hacer lo mismo que ya han hecho otros muchos antes no tiene ningún valor, por muy bien que suene, y además dice bien poco de la imaginación de su autor, pero si encima lo hace sin gracia, ya es el colmo. Y argumentar que el disco está hecho y grabado con calidad porque tocan bien es tan tonto como considerar grandes creadores a los miles de guitarristas que por todo el planeta aprenden temas de Satriani y los repiten a la perfección. Es estupendo que existan grupos nuevos de Thrash con músicos jóvenes que desbordan energía, sobre todo para que uno pueda verlos en directo y no te dejen tirado por culpa de los achaques de la edad, y es estupendo que hoy día los discos puedan sonar tan devastadores como este “World gone dead” y uno pueda disfrutar del placer primario y visceral de una guitarra destrozatímpanos. Pero no hablamos de eso. Hablamos de un disco y unas composiciones, no de ir a conciertos ni de los méritos de un ingeniero de sonido. Y en cuanto a eso LICH KING son un plagio, hábil pero plagio, les falta personalidad, son repetitivos y sus temas roban patrones ajenos tanto en estructuras como en riffs. Pese a todo, el disco es un cañón y, de mucho oírlo, se le puede llegar a coger gusto, sobre todo a esas partes hipnóticas de riffs de una nota repetida a velocidad inhumana.

jueves, marzo 17, 2011

DEMONICAL- Death infernal (2011)

DEMONICAL se fundaron en el 2006 sobre las cenizas de CENTINEX, manteniendo la misma sección rítmica y ocupándose Johan Jansson de las guitarras, y esa misma base es la que lleva desde entonces dando caña con su Death Metal clásico pero no retro, al estilo sueco pero sin encasillarse en ninguna de sus variantes y además pudiendo presumir de solera y raíces. Con un único cambio en sus filas, tras entrar a encargarse de las tareas vocales el guitarrista y cantante de sus compatriotas DIABOLICAL desde el segundo disco, “Hellsworn”, se confirman como una formación estable y con una propuesta más que sólida.

No obstante, al igual que ya le pasara a la anterior encarnación del grupo bajo el nombre de CENTINEX, su estilo ha variado notablemente entre los distintos discos, pero más aún en este último y además con unos resultados compositivos extraordinarios. Mirando el conjunto de su carrera, es cierto que no se limitan con exclusividad a ninguna tendencia, pero no es menos cierto que en este tercer disco han dejado de lado todos los elementos propios del Brutal Death que aparecían antes, sobre todo en su iniciático “Servants of the unlight”. En su lugar, han elegido ahondar en la música con genuino sabor sueco de siempre, en el más amplio de los sentidos y tratando de crear un disco intemporal.

Desde luego, no es un disco Old-school, en lo que esto implica de primitivo, pero sí tiene ese regusto, en riffs, en bastantes ritmos y especialmente en el sonido crujiente y menos afilado que en otras ocasiones de las guitarras, aparte de la mencionada ausencia de ingredientes brutales. Tampoco rehúyen incursiones en terrenos más melódicos, aunque no a la manera de los últimos discos de CENTINEX –eso que catalogaríamos como Death melódico de Goteborg-, sino en un sentido más épico, con resonancias de AMON AMARTH o de los holandeses GOD DETHRONED. Pero tienen siempre el buen tino de alternar unos temas y otros y de dosificar con ejemplar equilibrio los cambios de estilo a lo largo del disco, al igual que los tempos de los temas. Así, salta a la vista que los temas impares de la parte central son los más alejados del registro rápido y los más abiertos a otras influencias, pero, sobre todo, los más pegadizos.

Y aquí es donde aparece otra gran novedad del disco y, a mi juicio, una de sus mayores virtudes y un gran avance frente a anteriores propuestas del grupo. Porque han introducido sin ningún complejo unos estribillos pegajosos, llamativos y deliberadamente diseñados para que se queden en la cabeza desde la primera escucha. Y vaya si lo consiguen. Líneas sencillas pero inspiradísimas y temas para corear a pleno pulmón, que de eso se trata. Y que nadie se raje las vestiduras, porque por extremo que sea un género siempre tiene sus “hits” pegadizos y reconocibles, y son precisamente esos los que todo el mundo idolatra, ya sean “Angel of Death”, “Hammer smashed face” o “Scum”, y no creo que ninguno de estos sea sospechoso de herejía, sino al contrario. DEMONICAL lo saben y lo explotan con la cabeza muy alta, y los temas “Black inferno”, “March for victory” y “All shall perish” o mucho me equivoco o a partir de ahora serán piezas indispensables en todos sus conciertos.

El disco ofrece una gama variadísima de ritmos y velocidades, y hay un buen puñado de temas rápidos –aunque sin llegar casi nunca a los blasts- que derrochan energía y músculo a raudales, y que sitúan sabiamente alrededor de los tres recién mencionados. En general todo el álbum transmite una irresistible sensación de intensidad, como si se tratara de un grupo de recién llegados o como si hubiéramos viajado hacia atrás a un tiempo en el que todo estaba apenas sin inventar y era fácil crear música fresca y personal. Eso es lo que han logrado DEMONICAL con este disco, algo impensable después de toda una vida de dedicación a la causa. Pero lo consiguen, y entregan unos formidables ejemplos de música furiosa pero a la vez directa y accesible. A ello contribuye también el usar estructuras no demasiado enrevesadas y el haber dotado a cada uno de los temas de personalidad propia, algo cada vez más difícil de encontrar pero que ya CENTINEX aprendieron a hacer y que DEMONICAL, por su parte, han seguido perfeccionando.

Por si todo esto fuera poco, el sonido orgánico, la voz cavernosa y la contundente producción rematan un disco que prácticamente lo tiene todo. Y de propina la edición limitada saldrá con dos temas extra –incluidos en esta promo-, que están exactamente a la misma altura que todos los demás y que también reproducen su acertada alternancia de carácter: un medio tiempo con aire grandioso y pasajes melódicos junto a un tema veloz y más breve. Entre los dos impulsan la duración de este fenomenal disco hasta unos generosísimos 48 minutos y hacen que dicha edición limitada sea altamente recomendable frente a la normal.

miércoles, marzo 16, 2011

WOUND UPON WOUND- Grievance (EP, 2010)

Antes de nada es importante señalar que estamos ante algo que la banda presenta como un EP pero que dura cerca de 28 minutos. Esto no debería sorprender a nadie, pero visto lo que sucede cada vez de forma más frecuente con muchos discos supuestamente de larga duración que ni siquiera alcanzan ese límite, es algo que merece destacarse. Iba a decir que también es algo que les honra, pero no, lo único que ocurre es que lo contrario deshonra a quienes lo hacen, y en realidad estos irlandeses se limitan a cumplir con lo que es normal y a intentar no dar gato por liebre. Tampoco hace falta necesariamente llegar a los 32 minutos del primer EP de EVILE, pero esta primera entrega de WOUND UPON WOUND es un dignísimo exponente en este sentido, como lo es también, por ejemplo, el primer EP de los valencianos HUMAN VERMIN o incluso el primero de los alemanes RETALIATION, algo más breve. Elijo estos casos porque en todos coincide, además, que fue su primera obra publicada, tal como ocurre con este “Grievance”.

Y pasando ya al contenido musical, lo que más llama la atención es el progresivo cambio de estilo que se percibe a lo largo de todo el EP: al principio es claramente Black, aunque con algún mínimo deje Death, y luego este Black sin complicaciones deja paso a un Black-Doom que finalmente se queda a las puertas de convertirse en sólo Doom. Consecuentemente, los tempos se van ralentizando entre los distintos temas, la presencia de los blasts va desapareciendo a medida que avanza el disco y hasta la duración de los temas va en paulatino aumento. El resultado, la verdad, despista un poco, porque no es como si hubiera una mezcla de influencias o un estilo híbrido o incluso una continua alternancia de estilos, sino que esto empieza en un sitio y acaba en otro. Quizá es el mismo viaje que han ido recorriendo sus composiciones a lo largo del tiempo, pero en ese caso quizá sería más apropiado escogerlas con un mayor sentido de la coherencia o bien esperar hasta tener claro cuáles prefieren ellos mismos.

En cualquier caso, no apunto ese rasgo como algo negativo, ya que se trata de una legítima decisión de los músicos, y me limito a sugerir que “despista un poco”. De lo que sí estoy convencido es de que ni en uno ni en otro estilo dan lo mejor que puede esperarse, porque casi todo suena demasiado plano, demasiado unidimensional, como sin relieve, y tampoco aprovechan el hecho de contar con dos guitarras y un cantante solista. A esto se suma que sus riffs son bastante sencillitos, a veces un par de acordes que repiten y repiten, y muy a menudo el típico riff blacker con trémolo de una nota sin apenas dibujo rítmico, pero en este caso también sin apenas inspiración, y para optar por lo más sencillo hay que contar con grandes ideas. Por otra parte, sólo hacen Black creíble en las partes más violentas de los primeros temas y tampoco culminan el giro doomy que anuncian los últimos, de manera que la mayor parte del disco transcurre en algo que es demasiado pausado para ser Black y demasiado poco obsesivo para ser Doom.

martes, marzo 15, 2011

WOJCZECH- Pulsus letalis (2010)

Grindcore furioso e inteligente desde Alemania, con un sesgo muy metálico en parte gracias a una producción decididamente moderna y a un sonido cristalino. Cada cual tendrá su gusto al respecto, pero todos los instrumentos se distinguen claramente y no por ello pierden agresividad, sino todo lo contrario. El otro elemento que les eleva por encima de los clichés del género es el intentar dar a sus temas una notable variedad compositiva, lo que hace que incluyan diversas secciones, algunas más ralentizadas como las del tema título o el principio de “Rausch”, por citar sólo algunos ejemplos, aunque en realidad todos los temas tienen una o varias y de hecho ofrecen gran variedad de ritmos, lo cual no está nada mal tratándose de temas que rondan una media de dos minutos.

Pero la base de sus esquemas sigue siendo la que dicta el género, es decir, velocidad de vértigo, riffs sencillos y una voz gritosa hasta la histeria. Lo que aquí marca la diferencia frente a, pongamos como ejemplo, congéneres más convencionales como ROTTEN SOUND, es que cada canción es un pequeño universo en el que exprimen el tiempo y las posibilidades con verdadera maestría. Cuesta darse cuenta, porque, aunque sea Grindcore, les ha salido un disco que demanda una fina atención por parte del oyente para percibir todos sus detalles, que los tiene y en abundancia. Lo cierto es que despliegan una interesantísima paleta de recursos pero en todo momento suenan agresivos, rápidos y devastadores, por lo que complacerá a los fundamentalistas del género pero también a quienes le pidan algo más.

Mejor aún es que el disco gana en diversidad a medida que van pasando sus distintos cortes: los riffs se vuelven menos genéricos –si es que en algún momento lo han sido-, explotan ágilmente el doble juego de voz chillona y voz gutural y a veces hasta una tercera un tanto hardcorera, va en aumento la presencia de arpegios (que alcanza su mayor aprovechamiento en los últimos temas, el veloz “Klonkrieger”, donde se oyen unos arreglos casi melódicos a lo BAD RELIGION, y el extrañamente titulado con lo que parece ser unas coordenadas, “67°48'0''N 12°50'0''O”), los ritmos alternan y cambian en fragmentos brevísimos, surgen disonancias, armónicos, e incluso algún pasaje en el que casi cantan, caso de “Zitat”, y otro que le brinda al tema –“Izotope”- un riff inicial prácticamente Thrash al que enseguida le asestan el golpe definitivo que lo conduce por la senda Grindcore.

Y todo esto, como digo, comprimido en temas cortos y directos. En medio del disco, a modo de bisagra, nos encontramos con una revisión del “Maggots in your coffin” de REPULSION, con una personalidad menos oscura que aquella que grabaran NAPALM DEATH en su primer “Leaders not followers”, pero igualmente salvaje. Particularmente, encuentro que la presencia de esta versión sirve para resaltar lo distinta y versátil que es la propuesta de WOJCZECH respecto a los orígenes del género pero a la vez demuestra en qué alto grado se mantienen fieles a su carácter más auténtico y brutal.

Por todo esto es una pena que no hayan hecho un disco verdaderamente ambicioso, al estilo de NASUM o PIG DESTROYER, siendo éstos los modelos a los que parecen tender: once temas propios, con la duración señalada pero después de mostrar tanto ingenio, son verdaderamente muy poco. Y más aún si pensamos que en este género es frecuente incluir veinte o treinta temas y que los grandes hitos que abrieron nuevos caminos, como “Human 2.0” o “Prowler in the yard”, rondaban los cuarenta minutos. Quizá a WOJCZECH les pesa su costumbre de publicar únicamente Splits y algún EP, aparte de otro único larga duración en el 2005 titulado “Sedimente”, de proporciones similares a este “Pulsus letalis”, pero tienen méritos de sobra para jugar en primera división si se deciden a hacerlo.

domingo, marzo 13, 2011

ABORTED FETUS- Fatal dogmatic damage (2010)

Al Slam le pasa lo que a todos los estilos superespecializados, que tienden a volverse repetitivos por la propia limitación de la que parten. Toman un rasgo de la rama musical de la que proceden, en este caso el Death, y lo convierten en elemento exclusivo de su música. Al igual que el Brutal Death se gestó a base de potenciar las partes rápidas, el Slam sigue una radicalización divergente que consiste en centrarse en las partes pesadas. Una música simple, con canciones cortas, abundantes medios tiempos y un particular énfasis en el carácter “groovy”. Lo peor de esta tendencia está representado por los grupos que se ciñen drásticamente a esos cánones y que, por seguirlos a rajatabla, acaban sonando todos igual: un par de riffs en palm-mute, un break, la parte pesada de rigor y una voz plana y casi a modo de ruido de fondo. Por suerte, ABORTED FETUS no pertenecen a esa lista.

Lo que ellos practican es brutal, gutural y despiadado Slam Death pero que no sigue necesariamente un único patrón. Tienen muchas partes rápidas que alternan con otras pesadas según les apetece y, sobre todo, tienen una notable variedad de ritmos, aparte de que las secciones lentas no están siempre en la misma parte de los temas. Son imaginativos sin salirse de la ortodoxia del estilo, cada riff es distinto y tiene su propio ritmo y los cambios suenan fluidos (siempre dentro del gusto por los cambios bruscos e imprevistos común en el género). Recurren una y otra vez, como no podía ser menos, al stop-and-go, pero en ellos resulta un rasgo de estilo creíble, no una obligación ni un síntoma de oportunismo, porque ABORTED FETUS no son una más de las muchas bandas que últimamente parecen haberse subido al carro de la moda del Slam. Al contrario, son grupos como ellos los que están definiendo el estilo, sentando sus bases y al mismo tiempo dándole una amplitud de miras con la que se pueda seguir desarrollando sin asfixiarse en su propia radicalidad.

Su primer álbum fue publicado por el sello ruso Coyote Records y los mostraba ya como un grupo muy destacable dentro de la nueva ofensiva de bandas del género. Este segundo disco, editado por Comatose, sigue los mismos derroteros aunque mejora sensiblemente la producción y le da aún más protagonismo al carácter groovy, de manera que ahora suenan más amenos y enganchan con mayor facilidad. Ahora bien, ambos discos tenían un mismo y grave problema, extensible a muchos otros grupos del género: su duración. Si el primero duraba 22 minutos, éste dura 23, y se limitan a incluir una intro acústica de un minuto y a añadir un tema ambiental de dos minutos al final para que la duración final sea de 26 minutos. Pero es que incluso eso sería escandalosamente poco. Y aquí hablamos no sólo de una serie de temas sino de un disco considerado como un todo, de algo que se edita como objeto concreto, con sus distintos elementos materiales –portada, arte gráfico, letras-, pero también como objeto comercial, y no me entra en la cabeza que esto se publique como un larga duración cuando hay muchos MCDs que duran bastante más y cuando al final lo que nos encontramos es que toda la discografía del grupo a lo largo de sus dos discos ocupa 45 minutos.

viernes, marzo 11, 2011

IMMORTAL SENSE- Call it anything (2010)

Según algunas fuentes, este grupo japonés se hace llamar ENEMA en su país e IMMORTAL SENSE fuera de sus fronteras, pero en la hoja biográfica que acompaña a su CD promocional dicen que “empezaron llamándose ENEMA” en el otoño del 2001, y aunque no confirman que se trate de un cambio de nombre ni especifican cuándo se produjo, en toda la hoja se refieren a sí mismos como IMMORTAL SENSE y esta información es la que aparece también en la página web de la discográfica Rising Records. Además, el CD les presenta con ese nombre incluso tratándose de la edición japonesa a cargo de Beethoven Music (sello en el que también participa el guitarrista del grupo, Masatoshi Kurosawa), por todo lo cual en esta reseña se les denominará IMMORTAL SENSE. Por otra parte, la portada que se adjunta corresponde a la mencionada edición japonesa. Y hablemos ya de su música. Versión corta: Thrash melódico con buena producción y estupendos arreglos de guitarras pero totalmente falto de ideas y de variedad. A partir de aquí, la versión larga.

La supuesta mezcla de estilos e influencias de la que hablan en su hoja de presentación así como en la página de Rising Records no es tal: hacen Thrash melódico, y punto. Como mucho, se podría hablar de Death melódico, al menos en el sentido en que esta etiqueta se empezó a aplicar después de que AT THE GATES publicaran “Slaughter of the soul”. Pero de elementos Metalcore nada de nada, salvo quizá la voz. Y creo que es más apropiado hablar de Thrash que de Death porque aquí no hay atisbos de oscuridad ni nada lejanamente siniestro, pero sí mucha agresividad directa, riffs afilados y una producción nítida y cortante. Es más, si aquella etiqueta se puso de moda fue porque se refería a AT THE GATES y éstos venían de haber grabado una música genuinamente Death en sus dos primeros discos y más aún en el EP “Gardens of Grief”, pero en realidad lo que acabaron haciendo estaba mucho más cerca del Thrash. Pero eso es otra historia.

O no tanto, porque estos japoneses retoman casi todas las directrices de aquel estilo y las plasman en su disco sin más actualización que el contar con una producción brillante y moderna. Por lo demás, es una especie de “Slaughter of the soul” después de haberse desprendido de sus últimas reminiscencias Death. Es decir, algo muy parecido a THE CROWN, DIMENSION ZERO o los efímeros NAIL WITHIN. Se le añaden melodías de guitarra trabajadas con un matiz entre neoclásico y NWOBHM y ya tenemos el patrón para este “Call it anything”, frase, por cierto, que se atribuye al trompetista Miles Davis en relación con su concierto en la isla de Wight en 1970. Pero tal como decía, aquí no encontramos nada del eclecticismo o amplitud de miras o variedad creativa de la que presume el grupo. Más bien al contrario, porque han aplicado el patrón descrito anteriormente a todas y cada una de las diez canciones hasta completar un disco que, oído del tirón, confunde, despista e incluso aburre.

El aspecto del que más abusan con diferencia es la armonía: todos los temas salvo dos recurren a la misma secuencia diatónica en modo menor típica de IRON MAIDEN, y que es, cómo no, la misma de la que ya hicieron un uso extensivo AT THE GATES en el mencionado “Slaughter of the soul”, con la diferencia de que en ese disco había muchas más cosas y aquí no. Salvo el nº 7, con título en japonés, y el nº 9, “War to myself”, la armonía de todos los temas empieza igual y sigue igual, y supongo que los guitarristas estarán entretenidos con sus riffs y sus intercambios de frases, pero el bajista se tiene que aburrir mucho, sinceramente. Yo desde luego, como oyente, sí.

La velocidad de los temas tampoco varía mucho y casi siempre se centra en tempos rápidos, y el aspecto rítmico de los riffs también tiende a repetirse: muchos contratiempos, muchas notas entrecortadas, el diseño convencional y conocido desde hace tiempo. Al menos los israelíes NAIL WITHIN en este aspecto eran, sin abandonar un estilo bastante ortodoxo, más variados y más exigentes. De remate, las canciones de IMMORTAL SENSE no tienen partes que destaquen, “estribillos”, si queremos llamarlo así –salvo quizá la propia “Immortal Sense”-, algo que dé identidad y fuerza a los temas en medio de tanta uniformidad. El resultado final es que, si se escucha todo seguido –y en realidad en eso consiste un disco o eso es lo que evaluamos aquí- es casi imposible retener nada, porque no es que los temas se parezcan entre sí, es que prácticamente son el mismo. Ahora bien, cada uno por separado tiene un innegable atractivo, entre la producción, la agresividad, lo épico de sus armonías y los formidables arreglos melódicos, y creo que son el típico grupo que en una recopilación destacan enseguida pero cuyo disco después no cumple las expectativas.

Eso sí, los temas 7 y 9 son otra historia, sobre todo el 7. Ahí sí tenemos un verdadero trallazo de Thrash Metal directo, brutal, variado y terriblemente eficaz. Por qué no han aplicado estas directrices al resto de su trabajo quedará como un misterio. Al igual que otros aspectos desconcertantes como la duración de los temas, por qué esa indecisión entre los temas largos, más apropiados a su afán por sonar épicos, y los temas cortos de tres minutos o menos, por qué el tema 6 dura poco más de un minuto (¿era un boceto que han colado aquí con calzador?), por qué enlazan el tercero con el cuarto siendo tan parecidos entre sí, por qué una intro de más de tres minutos en el primer tema… ¿es esto lo que entienden por eclecticismo?

En el apartado de méritos destacan la producción y la intensidad que transmite el grupo, que ya es mucho, y, como ya he mencionado, unos fabulosos arreglos de guitarra, muy especialmente en las partes solistas. Y no me refiero a los solos, sino a todos los adornos, rellenos y frases que elaboran, entrecruzan y doblan ambos músicos y a cómo se apoyan entre sí y se intercambian las partes rítmica y solista. Aquí hay que reconocer su enorme valía y el intenso trabajo previo que evidencian. De hecho, dejan muy atrás a las huestes de Steve Harris, por mantener la comparación. Pero me temo que en un disco siempre valoramos más la parte creativa que la de los arreglos, y es lógico, y a todos nos gusta deslumbrarnos ante una idea genial o un fogonazo de inspiración mucho más que apreciar el esfuerzo y la paciencia a la hora de elaborar unos arreglos.

jueves, marzo 10, 2011

HEKSERI- Hekseri (2010)

Primer disco completo de este grupo americano que ahora, por lo que tengo entendido, se han quedado en cuadro, con la única continuidad de sus dos componentes femeninas, ambas a las guitarras y las voces. La sugerente portada es lo primero que llama la atención, por su prometedora mezcla de elementos Folk, Pagan y Black, junto a un logo que aglutina ese mismo tipo de resonancias. Sin embargo, la música se inclina claramente por el Black y no incluye nada relacionado con esos otros estilos, aunque sí con el Thrash y a veces con algunos ramalazos Death. La fusión de géneros los emparenta con grupos como SATHANAS o GRAVEWÖRM –con quienes compartieron un Split en el 2007-, aunque su estilo se mueve por otros derroteros.

Concretamente, HEKSERI potencia de forma singular el componente melódico, siempre dentro de la perspectiva general de Black primitivo. Pero que no piense nadie que por ello les falta agresividad, ni mucho menos, y ese componente se refiere sólo a las armonías que utilizan, más diatónicas que pentatónicas, y al gusto por doblar las melodías de las guitarras con bastante frecuencia, mientras que la voz, por ejemplo, en ningún momento “canta” ni muestra un timbre limpio, sino siempre rasgado y chillón. Por cierto, la principal cantante es una de las dos chicas que permanecen en la banda, aunque en la grabación de este disco la ayudó el bajista aportando un segundo registro algo más grave, sin llegar a gutural.

En efecto, agresividad tienen en cantidades razonables, pero quizá no alcanzan la suficiente sensación de furia y malignidad, y no necesariamente por el componente melódico. También tienen fragmentos con riffs pesados, que vendrían a ser su ocasional conexión con elementos Death, y muchos otros riffs de clara inspiración Thrash, además de tempos por lo general rápidos aunque con pocos blasts. Como se ve, su mayor atractivo es el eclecticismo, siempre que lo consideremos una virtud. Y en líneas generales hay que convenir que lo llevan a cabo con fluidez y que logran una mezcla homogénea, como los buenos platos en los que nada destaca de forma estridente pero que permiten rastrear los ingredientes.

Junto a los rasgos melódico y de eclecticismo, también encontramos un amago de ambiente de caos, un aparente intento de crear una atmósfera verdaderamente malévola. Pero al final esto se limita a los solos de guitarra y poco más, y las insinuaciones de caos y confusión no llegan más allá, lo cual es una pena, porque le habrían dado una dimensión más creíble a su música y una mayor capacidad de impacto, del cual en general carecen. Además la producción acentúa estos problemas, porque presenta todos los instrumentos demasiado diferenciados, dada la orientación de la música; al menos el sonido es crudo y añejo, pero la producción, que es con diferencia el mayor lastre del disco, es demasiado clara y no encaja con el estilo, o lo que parece que pretendían como estilo.

Por otra parte, no hay temas que destaquen sobre los demás, salvo quizá “Enjoin the circle”, con una interesante labor del bajista, o algunas partes más épicas en “Awakened to wrath”, mientras que sí hay varios que tienden a volverse repetitivos y que al cabo de un rato parecen no avanzar, siendo el caso más llamativo “Gods of rotting death”. En general los temas ganan con la brevedad y ésta les da parte del carácter directo que les falta en otros sentidos, pero cuando pasan de los cuatro minutos les cuesta mantener el tipo. En realidad es lo que le sucede al disco entero, que se queda a medias y que deja con la sensación de haber empezado algo valioso a lo que no le han sacado todo su potencial.

miércoles, marzo 09, 2011

ETERNAL- The Berserk's legions defiance (2009)

Francia es una nación un tanto desconocida en cuanto a Metal extremo, pero que cuenta con un panorama variado, rico y de una muy alta calidad. Todos conocemos a ARKHON INFAUSTUS, YYRKOON, ANOREXIA NERVOSA o MISANTHROPE, seguramente también a SUBLIME CADAVERIC DECOMPOSITION, VORKREIST, INHUMATE o KRONOS, e incluso a grupos más recientes como ZUBROWSKA o GOROD. Pero hay otros muchos que creo que no han tenido demasiada repercusión fuera de sus fronteras, aun haciéndolo francamente bien, como BYATIS, KABBAL, GURKKHAS, THE OLD DEAD TREE o RECUEIL MORBIDE, entre otros, y algo me induce a pensar que estos ETERNAL van camino de pertenecer a este último apartado.

Quizá sea por cosas tan irrelevantes como tener un nombre que no destaca en absoluto y que de entrada les da un cierto aura de impersonalidad (vaya, puede que no sea tan irrelevante después de todo), o haber fichado con un pequeño sello alemán, o haber editado sólo un EP y un CD en sus diez años de existencia, o quizá son sólo imaginaciones mías. Así lo espero, porque el grupo realmente merece la pena y presentan un disco muy sólido que bebe de la mejor tradición del Death Metal de MORBID ANGEL, pleno de oscuridad, contundencia y ritmos tortuosos.

También tienen, en mayor medida que los dioses de Florida, tempos rápidos y trallazos de agresión directa, siempre alternando con partes pesadas y consagradas a crear una opresiva sensación de oscuridad. Y ambas cosas las consiguen con absoluta soltura desde el primer tema. De hecho, en este asalto inicial ya aparecen los mismos rasgos que despliegan después a lo largo de todo el disco: riffs nada convencionales, notable irregularidad rítmica, un profundo trabajo compositivo y por encima de todo esa permanente atmósfera tenebrosa y diabólica. La voz es el elemento más invariable, con un único tono y un único registro, pero como todo lo demás cambia continuamente, no supone ningún contratiempo e incluso refuerza así el carácter obsesivo de su música.

El disco en una primera escucha puede no resultar “fácil”, precisamente por lo intrincado de la labor rítmica y porque los riffs no son de rápido acceso. Pero se trata de uno de esos discos en los que este rasgo es una virtud, ya que ofrece matices nuevos con cada escucha y cuando los temas se te quedan grabados, lo hacen para siempre. Todo en él transmite esa impresión de seriedad y trabajo bien hecho que a mi entender poseen los grupos franceses, y junto con la violencia sonora, los blasts y los guitarrazos descarnados ofrecen también un formidable trabajo de arreglos, diseño de temas y conjunción entre los distintos instrumentos, todo un sinfín de detalles que da gusto escuchar e ir descubriendo poco a poco.

Con el tercer tema, “Elemental”, comienzan a indagar más profundamente en los ritmos irregulares y los tempos pesados, sin dejar de lado la velocidad y el doble bombo que redobla sin descanso. Todos los temas salvo uno –aparte del interludio “…And we march through limbo”- están por encima de los cinco minutos de duración, lo que les permite cambiar, explorar y alternar en todo aquello que quieran, y aunque es cierto que la influencia de MORBID ANGEL es considerable, tienen una amplia libertad creativa y una interesantísima unión de tendencias y subtendencias estilísticas. Y al mismo tiempo el disco es de una coherencia interna a prueba de bombas, todo un monumento sin fisuras, un coloso admirable.

En todo caso, las influencias son sólo eso, influencias, no parecidos. Quizá únicamente en “Yog-Sothoth” podemos oír ecos claros del “Covenant”, pero ni siquiera esto es reprochable, y oyendo el disco entero nadie puede dudar que ETERNAL tienen personalidad de sobra y las ideas muy claras. El tema final “Eternal conviction” presenta como novedad unas armonías diatónicas que dan un cierto respiro para terminar el disco tras casi cuarenta minutos de tinieblas y que recuerdan a compatriotas suyos como HYSTERIA. Un final loable para un disco sorprendente y que merece lo mejor.

domingo, marzo 06, 2011

MEMBRO GENITALI BEFURCATOR- Human destruction (2010)

Desde Rusia con dolor, y muy mala uva. Destrucción, miedo, guerra, aniquilación… La cosa no es para tanto, y aunque la portada hace temer un apocalipsis de sadismo sónico y el nombre del grupo sugiere un engendro Gore-Grind, en realidad nos encontramos ante un grupo más de Slam gutural y un disco muy bien grabado, en el que todo se entiende a la perfección sin que ningún elemento de su música se pierda en la maraña que a veces afecta a otras producciones del género. Nada de sonido pastoso ni de perversiones indescifrables, sólo riffs y más riffs, pesados, devastadores, a veces rápidos, y una voz que retumba desde el fondo del abismo.

Dentro del género señalado, se mueven en un terreno semejante al de grupos como CUMBEAST o BEGGING FOR INCEST, por la variedad de ritmos que despliegan y porque lo hacen con verdadera gracia, tienen un punto indiscutiblemente ameno y aciertan con un buen montón de riffs que se quedan sin problema en la cabeza, frente a otros grupos que tienden a ser más lineales o más ultraortodoxos, caso de CLITORIDUS INVAGINATUS o los mismos DEVOURMENT, sin desmerecer a ninguno de ellos. Ya los primeros segundos de “The schizoprhenic” prometen, y en general se puede decir que el resto del disco cumple con estas expectativas.

La voz es el aspecto más monótono, porque se limita a un ruido continuo sin más que un tono y sin ningún diseño rítmico específico, y esto verdaderamente les resta gancho, incluso aunque uno disfrute sin más –como el que suscribe- con el puro placer auditivo de semejante ruido. De vez en cuando se atreven con un gorrinillo, como en “Crisis of our generation“, pero este es un campo que dejan muy desaprovechado. Otro sería el de la oferta musical propia, que se limita a veinticuatro minutos, una vez descontadas las dos versiones que añaden tras los siete temas originales y que, desde una visión de conjunto, parecen demasiadas (aparte de que, estilísticamente, la de MOTÖRHEAD choca bastante).

Pero el mayor inconveniente que arrastran estos MEMBRO GENITALI BEFURCATOR les viene dado en parte por el propio género, ya que al parecer en el Slam –como en buena parte del Brutal Death y sus subgéneros posteriores- imperan las estructuras acumulativas, es decir, esa peculiar tendencia a encadenar riffs y más riffs sin relación entre sí y al cabo de tres o cuatro minutos considerar que ya se ha acabado el tema. De tal forma que uno acaba pensando en riffs más que en temas, es decir, que te quedas con “el riff del minuto X”, “el riff del minuto Y”, etc, y lo que te acaba gustando son fragmentos sueltos que nunca vuelven a aparecer.

Ese es el principal problema, y su consecuencia es otro aún más grave que consiste en que no podemos percibir que ningún tema de este “Human destruction” tenga tal o cual personalidad, porque todos enlazan una sucesión aleatoria de riffs y ritmos y el paso de unos a otros es completamente gratuito. Si al final uno sabe cuál viene a continuación de cuál es sólo por la fuerza de la costumbre –y esto con esfuerzo-, no porque haya algo en ellos que lo produzca de forma fluida o más o menos natural, porque, de hecho, cualquiera podría estar en cualquier otra parte de cualquier otro tema. Pero estas son las convenciones del género, de manera que ni a los oyentes les pillará por sorpresa ni al grupo se le puede reprochar demasiado en este sentido.

sábado, marzo 05, 2011

HERETIC SOUL- Born into this plague (2010)

Un grupo más que o mucho me equivoco o pasará sin pena ni gloria. A no ser que cambien su oferta musical, que en este primer disco completo –tras un EP publicado en el 2008- es de una mediocridad pasmosa. Y no porque hagan  Death convencional –con resonancias más americanas que europeas- sin llegar a ser Brutal, sino en parte porque parece que quieren dar el salto hacia este otro estilo sin decidirse a despegar, pero sobre todo y principalmente porque los ritmos, los riffs, los blasts… todo es monótono hasta aburrir. Tal como comienzan los primeros segundos del disco, así transcurre la mayoría del resto de temas. Algunos como “Suffering from existence” parece que remontan el vuelo al principio, pero enseguida vuelven a las andadas.

Vienen a ser algo así como lo que quedaría si a CANNIBAL CORPSE le quitáramos su brutalidad homicida, su desbordante técnica y su imaginación y variedad prodigiosas durante la mayoría de su carrera. ¿Qué quedaría? Nada. O el esqueleto de la vulgaridad, la radiografía de la ramplonería. Hay que tener muy poco sentido de la autocrítica y un método de trabajo muy poco selectivo para volver a colocar, ya pasado medio disco, un tema como “Faceless”, que tras una entrada mínimamente prometedora vuelve una vez más a los mismos blasts, ritmos, riffs y cambios de todo el disco. Y más de lo mismo con el siguiente “Whorship me”. Y así hasta el final. Encima los temas no tienen ni unos mínimos arreglos, ni partes solistas, intros, dobles voces… algo.

La portada engaña, porque realmente es sugerente y hace concebir la esperanza de que vamos a encontrar una especie de cruce entre MALEVOLENT CREATION y SIX FEET UNDER. Pero nada de eso, como mucho se les puede conceder que recrean su sencillez y su carácter directo, pero no tienen ni de lejos su ocurrencia ni su credibilidad. Son un grupo más entre miles que hacen exactamente lo mismo, pero en este caso con una exigencia mínima hacia sus propios resultados. El sonido, cortante y metálico, es lo único salvable, y la producción ha logrado resaltar todos los instrumentos a la vez que los empasta con consistencia. Pero hoy día hasta eso es relativamente fácil de conseguir y no basta para justificar un disco como éste.